05 de Febrero de 2020
Los Coriat, ‘Polos opuestos’ de una misma aventura
Juan Andrés Coriat, egresado de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Lima, e hijo de Juan Miguel Coriat, docente de nuestra Carrera de Marketing, tuvo el sueño de revivir los momentos que pasó con su padre en su niñez a través de un reto: hacer su primera cumbre de glaciar entre ambos. Esta meta personal se convirtió en el corto documental Polos opuestos, que ganó el premio a mejor película de montaña y el premio del público en el Mountain Film Festival 2019, un logro que ya había conseguido años atrás con otra cinta. Juan Andrés nos cuenta lo que significó esta experiencia y los pormenores detrás del rodaje.
¿Desde cuándo tenías previsto este proyecto documental?
Empecé a darle vueltas a la idea en agosto del 2018, y para marzo del 2019 ya había decidido que lo haría. Sin embargo, el concepto fue evolucionando y no fue hasta mayo que lo tuve mejor concebido. Ahí recién empezamos a trabajar.
El corto ha ganado dos premios en el concurso Mountain Film Festival 2019: a mejor película de montaña y el premio del público. ¿Tenías expectativas altas de ganarlos?
No te voy a mentir, tenía muchísimas ganas de ganar esos premios [risas]. Había ganado los dos mismos premios hace dos años con otro documental, y quería volver a ganar con esta historia. En estos momentos esa película está en proceso de selección en otros festivales internacionales y nacionales, por eso no la he hecho pública en mis redes sociales. Pero, si eres bueno buscando en la web, de todas maneras la vas a encontrar [risas].
¿Qué tanto de ficción tiene Polos opuestos?
El corto solamente tiene de ficción dos escenas: un diálogo en familia durante el almuerzo, y otro entre mi papá y yo compartiendo un almuerzo en la universidad. Pero no son pura ficción, sino que son recreaciones ficticias de diálogos que realmente existieron, pero tuvieron lugar a inicios del año, cuando discutíamos acerca del reto que asumiríamos juntos. Esos diálogos no se registraron, así que consideré oportuno y, además, gracioso, recrearlos. Lo demás es pura documentación de la realidad.
¿Cuánto te llevó convencer a tu padre para cumplir este reto?
Mi papá se prestó desde el inicio para hacer un video juntos. Sin embargo, cuando le propuse la idea de subir una montaña, a inicios del 2019, él no estaba muy convencido de poder asumir el reto; tenía algo de miedo, y demoré un poco en convencerlo. Pero no fue tan difícil. Para abril, él mismo ya se había hecho a la idea de que quería intentarlo.
Te planteas una meta en el corto a través de un desafío y la terminas cumpliendo a través de otro…
Correcto. Nos planteamos un reto específico: intentar subir una montaña. Este desafío tenía una meta propia: llegar a la cumbre de la montaña y hacer nuestra primera cumbre de glaciar juntos. Sin embargo, este proyecto fue, desde el inicio, mucho más que simplemente subir a una montaña. Yo quería traer a mi papá de regreso a esas aventuras en medio de la naturaleza, y revivir las experiencias que teníamos juntos en el pasado, que fueron tan importantes para nosotros en muchos aspectos. Así que, la aventura a la cual yo invito a mi papá a ser parte, es mucho más que solo un viaje a la montaña; por eso, en el documental se muestra más de una aventura. La idea es celebrar la vida y dar las gracias por todo lo que tenemos.
Se te ve muy emocionado con lo vivido.
Para mí fue muy significativo llevar a cabo este proyecto, y lo fue en muchos niveles. Lo que me llevó a tomar la decisión de emprender esta aventura de hacer un documental fue un sentimiento de gratitud muy grande que empecé a desarrollar hacia mi padre hace más de un año atrás, cuando me empecé a dar cuenta de que el lugar en el que me encuentro hoy en mi vida se lo debo en gran parte a él, y a mi madre que es artista, fotógrafa. Quería hacer algo para agradecerle, y para contarle al mundo lo agradecido que estoy, y lo importante que es tomar conciencia de la influencia de nuestros seres queridos en nuestra vida, y lo muy agradecidos que debemos estar con ellos.
Este sentimiento y esta intención me acompañaron en todo el proceso, y en el medio hubo un sinfín de experiencias que me ayudaron a reforzar este sentimiento, me llevaron a conocerme más, a conocerlo más a él. Muchas vivencias que tocaban constantemente mi corazón, diálogos profundos con mi papá, verlo llorar por primera vez en mi vida, esforzarnos juntos por lograr un objetivo difícil, volver después de tiempo a hacer lo que hacíamos muchos años atrás y que nos llevó a ser quienes somos hoy en día. Y todo esto en un ambiente de transparencia y fragilidad. Era imposible no estar constantemente emocionado.
¿A qué se debe el nombre del documental?
El nombre viene principalmente de la idea de que yo considero que mi papá y yo somos significativamente diferentes el uno del otro, incluso opuestos, diría yo, en varios aspectos de nuestras vidas: la manera como reaccionamos ante distintas situaciones, los procesos que seguimos para alcanzar un objetivo, las premisas que tomamos en cuenta para llegar a una conclusión, y más.
¿Las palabras que usas en el título tienen distintas connotaciones a las que aluden?
Sí, como los polos positivo y negativo se complementan, y como los polos norte y sur dan equilibrio a la Tierra, así también consideré que el término polo sería interesante para describir nuestra amistad, pues nuestras diferencias y “oposiciones” nos han permitido lograr una sinergia favorable para crecer tanto en nuestra relación como de manera individual. Finalmente, el nombre también está vinculado al hecho de que nuestra relación se fortaleció en medio de la naturaleza, tanto en el fondo del mar como en las montañas, y ese contraste entre uno y otro connota, de alguna manera, la idea de oposición, y remite también a la idea de equilibrio que hay en la naturaleza.
¿De qué manera te ha cambiado esta experiencia?
Este proyecto ha marcado el inicio de una nueva etapa junto a mi papá, en la que él está retomando el ritmo para seguirme un poco en mis aventuras, y también llevar a mis hermanos menores al encuentro con la naturaleza como lo hizo conmigo en el pasado. Me atrevo a decir que ha roto algunas barreras que él mismo se puso en algún momento, pero que lo alejaban de lo que realmente le apasiona.
¿Cuál es el siguiente paso?
Este proyecto es la primera mitad de un proyecto aún más grande en donde busco dar las gracias a mis padres por haberme llevado a donde estoy hoy en día. Mi condición de filmmaker y fotógrafo de aventura está totalmente influenciada y alimentada por mi padre, el aventurero, y mi madre, la fotógrafa. La siguiente mitad de este proyecto tratará acerca de mi madre, sobre quién es ella, de lo que le debo y de cómo rendiremos homenaje juntos al amor por el arte y la creatividad. Por ahora no hay nada dicho, solo algunas ideas en mi mente que no compartiré ni con ella hasta tenerlas más claras [risas].