05 de Julio de 2019
“Los países latinoamericanos no somos tan pequeños como nosotros mismos a veces nos vemos”
El doctor Jairo Toro Díaz, docente de la Universidad Autónoma de Manizales, de Colombia, se encuentra desde finales de mayo en la Universidad de Lima realizando una investigación posdoctoral sobre riesgo financiero. Hablamos con él sobre el motivo de su estadía, que culmina hoy 5 de julio, y sobre economía en general.
¿Cuál es el nombre de la investigación que está realizando?
El nombre de mi trabajo, hasta ahora, porque en las investigaciones siempre se hace algún tipo de ajuste, es “Medición y valoración del riesgo financiero de las empresas listadas en la Bolsa de Valores de Lima”.
¿Qué lo llevó a escoger la Bolsa de Valores de Lima?
Este tipo de investigación me interesa desde el doctorado. Inicialmente trabajé el riesgo financiero, pero aplicado a un modelo tradicional en las empresas de las principales ciudades de Colombia. Posteriormente, como tengo oportunidad de ser docente invitado internacional en las universidades de España, específicamente en La Coruña y Madrid, hice contacto con pares académicos de allá. El doctor Ricardo Palomo me propuso hace dos años realizar el mismo estudio con las empresas listadas en la Bolsa española. Posteriormente, en el marco de lo que venimos trabajando todos los países más importantes de la Alianza del Pacífico, como son México, Colombia, Perú y Chile, hice el año pasado el estudio con la Bolsa de Valores de México. Y este año, pensando en siempre dejar un insumo que le sirva al país y a la institución a la que visito, me decidí por Perú porque ya inicialmente, hace cinco años, había estado en Chile. A nosotros nos acerca mucho un tratado que hay en las bolsas de valores de Colombia, Chile, Perú y ahora México, que es el Mercado Integrado Latinoamericano (MILA). Por eso, para mí, Perú fue el foco este año.
¿A qué conclusiones ha llegado?
Las bolsas de valores nuestras, contrariamente a lo que pensamos, no son pequeñas. Tenemos instaurado ese “chip” de países chicos. Como siempre digo en mis charlas, nos llamaron, en algún momento, “países subdesarrollados”; luego les dio pesar y nos empezaron a llamar “países en vías de desarrollo”, y ahora les dio un poquito más de pesar y hablan de “países con economías emergentes”. Un poco es la mirada de que son los mismos pobres, pero con diferente nombre. Pero no somos tales. Cuando veo estos estudios que he hecho con las bolsas de los distintos países, me encuentro muchas sorpresas.
¿Qué similitudes ha podido encontrar entre estas bolsas?
Nos une el MILA y, además de ese convenio, muchos productos financieros que se negocian en esas bolsas. Pero somos incluso mucho mayores en número de empresas listadas en bolsa que las de España. Por la crisis de 2009, España fue más golpeada que nosotros y no llega ni a 100 empresas listadas. Mientras que acá estamos hablando de 233, México 127, Chile está en alrededor de 200 y, entre los 4, el que menos listadas tiene es Colombia, con 85. No somos tan pequeños como nosotros mismos a veces nos vemos.
De hecho, la Alianza del Pacífico es la octava economía mundial.
Exacto. Esas son cosas que debemos darnos a conocer y que debemos promover. Hablando con profesores pares de las carreras de Economía coincidíamos en que tenemos un camino recorrido desde la vieja Comunidad Andina que nos daría una facilidad para crear mercados comunes y potenciar nuestras fortalezas. Mucho más que incluso otras regiones. Hace dos semanas comenzaron Argentina y Brasil a hablar de una moneda común, cuando ellos no tienen siquiera lo que nosotros tenemos desde hace tantos años. Estamos hablando de una economía no solamente bastante estable, como México, Colombia, Perú y Chile, donde muy seguramente en la medida en que nos vean más fortalecidos buscarán unirse Ecuador, Bolivia y Paraguay. Esas son fortalezas que tenemos que volver a mirar. No nos hemos vuelto a mirar entre nosotros. Porque miramos mucho al norte, a Estados Unidos o Europa, lo cual está muy bien, y la globalización nos lo ha mostrado; pero nuestros países tienen cosas comunes cultural y económicamente que podríamos aprovechar para que sumando fortalezas podamos llegar a esos mercados globales que tanto miramos como referencia.
La Unión Europea ha tenido que asumir pasivos de países que no han estado al nivel. ¿Eso podría llegar a pasar con nosotros con una unión similar?
Son riesgos que se pueden correr. Pero, precisamente, mirando y aprovechando esos errores y esas experiencias de otros, se pueden corregir. Tenemos problemas comunes que podríamos tratar de no repetir o de aminorar y controlar de manera articulada y conjunta, como los problemas de pobreza, corrupción y falta de institucionalidad. Si bien los problemas de Grecia, Portugal e Italia, que son los problemas más nuevos y que más recordamos, y que ha tenido que absorber en su momento la Unión Europea de manera conjunta, han sido problemas que se habrían podido prever y que ahora ellos están tratando de corregir. Mira el efecto y el problema que se dio ahora en España: acaban de vivir unas elecciones producto de que hoy todos los países tienen que presentar sus presupuestos ante la Comisión Económica de la Unión Europea y ahí ser aprobados. Esos presupuestos no fueron aprobados, al igual que en su momento no fueron aprobados los de Italia e Inglaterra. Entonces ellos tienen que llegar a hacer nuevas correcciones. Como es un ámbito parlamentario, al no aprobarle los presupuestos al parlamento español, hay nuevas elecciones en España. Ellos están tomando medidas realistas por esas crisis que se vivieron en otros países. Son problemas previsibles que nosotros, mirando las experiencias de otras comunidades como la Unión Europea, podemos hacer los correctivos y llevar el camino por un mejor terreno.
Finalmente, ¿qué cree que ha sido lo mejor de su estancia en Lima?
Me llevo, primero, una grata sorpresa. Es la primera vez que estoy en la Universidad de Lima. Había escuchado de ella. Esta Universidad tiene vínculos con Colombia, especialmente con la Universidad Javeriana de la ciudad de Cali, en donde yo nací, aunque mi residencia está ahora en Manizales. Llego y me encuentro no solo con una Universidad con muy buenos procesos académicos, sino que hay más. Me encuentro con una infraestructura que, como lo he compartido con mis colegas en Colombia, no la he visto en mis estancias en España, en México e incluso en los Estados Unidos. Tienen unas instalaciones de muy alta calidad para mi juicio. En Colombia también trabajo como par académico para el Ministerio en procesos de aseguramiento de la calidad, me toca hacer visitas a diversas universidades. Para mí, tienen altos procesos de calidad comparables con las mejores de Latinoamérica.