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Alumno Ulima desarrollará microrreactor para reducir el impacto ambiental
El proyecto denominado “Nuevos procesos fotoelectroquímicos con materiales nanoestructurados para la eliminación de contaminantes orgánicos en medios acuosos” es desarrollado por Renato Montenegro Ayo, alumno del último año de Ingeniería Industrial de la Universidad de Lima. Esta investigación forma parte de su trabajo de tesis y su objetivo es degradar componentes orgánicos tóxicos en efluentes contaminados.
Con el propósito de aprender nuevas técnicas que le permitan desarrollar este proyecto, Renato realizó una estancia en México, durante el mes de agosto, bajo la supervisión del doctor Abraham Chávez Ramírez y la colaboración del doctor Jesús Díaz Real, ambos mexicanos. El estudio se lleva a cabo gracias al apoyo de la Universidad de Lima, del Centro de Investigación y Desarrollo Tecnológico en Electroquímica (Cideteq) de México y de Cienciactiva, una iniciativa del Concytec.
Renato, ¿de qué trata tu tesis?
Mi tesis es un estudio de prefactibilidad para llevar los reactores fotoelectrocatalíticos al mercado. Con la ayuda del Cideteq, voy a desarrollar el microrreactor para mi tesis. Mi objetivo es desarrollar nanotubos de dióxido de titanio para que sirvan como catalizadores para la disección de degradación de compuestos biológicos.
¿Eso quiere decir que se podrá limpiar el agua contaminada?
Exacto. Cuando el tratamiento de agua está en su última fase, usas cloro y puedes eliminar los virus y las bacterias. Con el reactor se degrada todo. Funciona con luz solar y los catalizadores que desarrollamos deben ser fotosensibles a la luz solar. Estos catalizadores se acoplan a un reactor electrocatalítico para degradar los compuestos orgánicos disueltos en el agua, descomponerlos y limpiarlos. Y, aparte de los materiales, estoy haciendo nanotecnología, con la ayuda del doctor Jesús Díaz. Estoy analizando nuevas formas para construir microrreactores catalíticos.
Esto va a ser muy útil para la industria…
Sí, se podría usar para el tratamiento de aguas, en plantas de producción, empresas mineras y más. Aquí, de lo que se trata es de cuidar el medio ambiente y remediar los problemas que el hombre causa.
¿Qué tan novedoso es esto?
Actualmente no hay nada así en el Perú. En Francia, ya se ha desarrollado un prototipo modular. En México, el doctor Jesús Díaz ha desarrollado un microrreactor de fluidos para fines científicos. Acá vamos a hacer algo parecido. El profesor ya tenía un proyecto similar al mío y nos estamos fusionando y pensando en la forma de crecer cooperativamente.
¿Cómo se presentó la oportunidad de viajar?
Yo estaba en el proyecto como tesista, hablé con mis profesores y me animaron a viajar. En la Universidad de Lima no existía un convenio con Cideteq, pero gracias a un informe que hice, después de la estancia de tres semanas en México, se generó una base de datos a mi nombre, como parte de la Universidad, en Cideteq, y se estableció un convenio científico entre ambas instituciones. El centro de investigación desarrolla la parte industrial y la Ulima puede llevar alumnos para participar en la investigación.
¿Por qué decidiste desarrollarte en el campo de la investigación científica?
Estudio Ingeniería Industrial, pero durante más de un año y medio estuve aprendiendo electroquímica. Aprendí siendo practicante del ingeniero Juan Carlos Morales, investigador del Instituto de Investigación Científica (IDIC) de la Ulima. Luego me convocaron como tesista en el nuevo proyecto. Sin proponérmelo, me orienté hacia la investigación y me agrada mucho, porque es una investigación pura. Quiero acoplar mi carrera como ingeniero industrial en esa área, porque quiero aplicar todo lo aprendido.
¿Crees que este es el primer paso para futuros proyectos?
De este proyecto se tiene que desarrollar algo de todas maneras. Yo soy coordinador del Círculo de Tecnología de la Universidad de Lima, un círculo de alumnos que enseñan a otros alumnos. Y siempre los incentivo a investigar, a que se desarrollen en el tema de tecnología. Ellos tienen que buscar formas de investigar y ser únicos. Pero, además, pienso que si desarrollan un prototipo, deben tratar de llevarlo al mercado o a concursos, porque así aportan conocimiento y a la industria; esa es la razón de ser de los ingenieros.
¿Cómo crees que la ciencia aporta al desarrollo del país?
La investigación científica es lo que va a desarrollar al mundo, y esos nuevos conocimientos, si se aplican, se volverán tecnología. Eso necesitamos para crecer como país, para saltar la brecha y ser desarrollados, eso nos va a diferenciar de otros países. En Cideteq se trabaja con la industria. Debemos tener un apoyo. Las universidades producen tantas cosas y a veces las empresas no lo saben.
¿Desde cuándo te interesa la ciencia?
Siempre me interesó la ciencia. Nunca pensé terminar en esta área, yo elegí estudiar Ingeniería Industrial porque me encantaba la idea de producir algo que pudiera desarrollar, por el trabajo en planta.
¿Qué significa para ti este proyecto?
He tenido que aprender muchas cosas, toda la nueva información que se hacía he tenido que estudiarla, muchas cosas no se sabían. Estoy muy contento y agradezco a todos mis profesores, como también a los doctores que me ayudan con esta investigación en México.