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Vivencias y desafíos de un actor de doblaje
La popularidad de Mario Castañeda, actor mexicano de doblaje, se debe sobre todo a su interpretación de Gokú, el icónico protagonista de la saga de animación japonesa Dragon Ball. Alonso Alvarado y Rodrigo Álvarez, integrantes del Círculo de Anime de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Lima, conversaron de manera virtual, el 7 de noviembre, con este profesional con más de 35 años de trayectoria.
Los moderadores de la charla recordaron que Castañeda le puso la voz a Gokú desde que este era un adolescente (Gokú, cuando era niño, fue interpretado por otro actor) y le preguntaron si sintió miedo con el desafío. Castañeda respondió que no y argumentó que la decisión estaba justificada debido al cambio físico de Gokú. El mexicano añadió que otro reto fue Dragon Ball Súper, ya que pasaron muchos años desde Dragon Ball GT, por lo que tuvo que recordar las emociones y expresiones de un personaje emblemático que se mostraba más lúdico e infantil, a diferencia del Gokú más serio de otras sagas. Y precisó: “No puedo actuar como quiero. Eso no depende de mí. Tengo que interpretar lo que estoy viendo”.
Además, Castañeda rememoró que, cuando le propusieron el papel de Gokú en los años 90, él rechazó la oferta, ya que quien lo contactó fue Gloria Rocha, con quien tuvo una discrepancia laboral, y que su hijo Arturo −un fan absoluto de Dragon Ball− tuvo que intermediar para que cambiara de opinión.
Asimismo, el actor señaló que un referente del doblaje que él admira es Carlos Becerril, quien puso su voz a Al Pacino en la película Perfume de mujer. Castañeda elogió la naturalidad de su técnica:
“Los que hacemos doblaje no somos naturales. Somos antinaturales, porque nuestra dicción es perfecta en el trabajo, y la gente no habla así. Carlos lograba hacerte sentir que no estaba leyendo ni actuando. Eso me sorprendía y maravillaba. Era un lujo. Su técnica de la naturalidad era única. Al final, lo que importa es que te crean, ya seas un profesor o un asesino en serie”.
Castañeda también recordó que estudió actuación dramática en el Instituto Andrés Soler y que, cuando empezó a trabajar, de pronto las ofertas para hacer doblaje le llegaban una tras otra. Agregó que, como se sentía a gusto y las propuestas económicas lo satisfacían, finalmente decidió quedarse en este rubro. Castañeda comentó: “El doblaje me encontró”.
Del mismo modo, el intérprete señaló que, años atrás, los profesionales del doblaje permanecían en el anonimato, y que hoy, en cambio, son reconocidos. Añadió que los fans suelen acercarse con respeto y agradecimiento, y que, en su caso, la fama no llega a ser fastidiosa.
En otro momento, Castañeda indicó que sus participaciones en distintas convenciones en México y otros países se interrumpieron de golpe por la pandemia de la COVID-19, y que está habituado a trabajar solo, incluso antes de la irrupción del nuevo coronavirus, ya que si bien él y sus colegas son todos buenos compañeros, la dinámica laboral de las compañías de doblaje en México los lleva a trabajar por separado desde hace años.