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El desafío del aislamiento social
El jueves 13 de mayo, el profesor Jordane Boudesseul, investigador del Instituto de Investigación Científica de la Universidad de Lima (IDIC), fue el ponente invitado al evento correspondiente a los Jueves de Psicología. En la charla, denominada "Confinamiento, regulación emocional y bienestar en tiempo de COVID-19" y organizada por nuestra Facultad de Psicología, se explicó cómo la regulación emocional puede ayudar a preservar la salud mental durante el confinamiento con niveles de ansiedad y depresión relativamente bajos.
El expositor, quien cuenta con un doctorado en Psicología Social Experimental, explicó parte del proyecto que trabajó el año pasado con el IDIC e investigadores de Francia. Boudesseul señaló que la manera de afrontar la pandemia no fue la idónea en nuestro país desde el punto de vista de la salud mental. El expositor señaló:
"Al inicio de la pandemia, copiamos el modelo chino sin pensar en la salud mental; pero hubo muchas indicaciones previas sobre el efecto del confinamiento en la salud mental, no solo en las cárceles, sino en epidemias previas, como el SARS-CoV-1 y el MERS. Brooks señaló en un estudio que, si bien no hubo efectos claros de las variables sociodemográficas en esos casos, otros factores contribuyeron a deteriorar la salud mental de los individuos, como el estrés postraumático y el miedo a la infección".
El expositor señaló, además, que una investigación en China encontró que estudiantes padecieron ansiedad leve, moderada y severa (21,3 %, 2,7 % y 0,9 %, respectivamente), y que en la India 40,5 % de los participantes de otro estudio tenían ansiedad o depresión, 74,1 % señalaba que sufrió niveles moderados de estrés y 71,7 % bajo bienestar.
El estudio encontró, entre otras cosas, que en el Perú, con el confinamiento, surgió una relación negativa entre la calidad del encierro y los síntomas depresivos, y que los niveles de satisfacción con la vida fueron más altos después del confinamiento.