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Productora Ulima gana en Los Ángeles
Lucía Utano, egresada de Comunicación de la Universidad de Lima, participó como productora general en el cortometraje Alienación. Este se basó en el cuento del mismo nombre de Julio Ramón Ribeyro y fue dirigido por Alex Fischman.
El corto ha pasado por varios festivales y ha resultado ganador en Los Angeles Diversity Film Festival, en la categoría de diversity in the arts. En esta entrevista, Lucía comenta cómo se realizó el corto y menciona a otros comunicadores Ulima que también participaron en este trabajo, entre ellos el actor principal, Aníbal Lozano.
¿Cómo te has sentido con el buen resultado que ha tenido el cortometraje?
Muy contenta con el resultado final de Alienación y con la presencia del cortometraje en cuatro festivales. En el Festival Internacional de Buenos Aires quedó como semifinalista, en el Rhode Island International Film Festival, que es uno de los más importantes en Estados Unidos, porque califica a los Premios Óscar. También fue a Aesthetica Short Film Festival e incluso ganó un premio en Los Angeles Diversity Film Festival, en la categoría de diversity in the arts. Así que estamos muy contentos.
¿Cómo te convocaron para participar en este trabajo?
Yo no conocía a Alex Fischman, el director, quien vive en Nueva York, Estados Unidos. Un amigo en común me comentó que él quería venir al Perú para grabar un corto, y estaba buscando una productora. Así que al día siguiente nos comunicamos a través de una videollamada y acordamos que yo produciría el cortometraje. Esto fue, aproximadamente, en septiembre del 2018. En octubre de ese año comenzamos la preproducción; yo me encargaba de conseguir los actores en el Perú, aunque él ya había pensado en alguien para el papel principal: Aníbal Lozano, a quien había visto actuar en una obra de microteatro y quien también es de Comunicación de la Universidad de Lima. Yo le presenté a la mayoría de los otros miembros del equipo y a los actores, hicimos castings por videollamada. Unas semanas antes de que empezáramos a grabar, Alex llegó al Perú y culminamos algunas cosas, pero casi todo ya se había definido a distancia.
¿Cómo se llevó a cabo el rodaje?
En enero del 2019 tuvimos tres días de rodaje y todo salió perfecto, no hubo ningún problema grande. Tuvimos una reunión con todo el equipo previamente a la grabación, a fin de conocernos. Ya en el rodaje nos llevamos todos muy bien. Grabamos en varias locaciones, fueron tres días muy cargados de trabajo. Ahora la película se puede ver en Vimeo, libremente, porque ya llegamos a las veinte mil visitas.
¿Antes habías trabajado profesionalmente como productora?
Yo terminé de estudiar en el primer ciclo del 2018 y, en octubre de ese año, fui la productora del casting del corto de Carlos Quiroz, que es jefe de práctica de la Universidad. Esa fue mi primera experiencia profesional, pero no tuve tanta responsabilidad como ahora, en que me dediqué a la producción general. En algún momento me sentí un poco nerviosa, pasó por mi mente la preocupación sobre qué pasaría si no cumplía con las expectativas del director, pero todo salió muy bien.
¿Qué comentarios ha recibido el trabajo final?
La verdad es que durante un año casi nadie vio el corto, aparte del equipo y nuestros familiares. Tuvimos un visionado del corto en julio del 2019. Los comentarios fueron muy positivos, a todos les gustó. Ahí, Alex nos contó que lo había mandado a una serie de festivales y que era cuestión de esperar que lo seleccionaran. Después de unos meses vinieron las selecciones, fue emocionante. Además, cuando puse en Twitter la noticia del corto, hubo una reacción enorme de las personas. Luego puse el link para que lo pudieran ver y recibí muchísimos mensajes de felicitaciones. Me decían cuánto les había emocionado el corto, qué bien estaba la producción, la dirección, la adaptación del cuento, etcétera. Eso me dejó sin palabras, sentir la acogida del público me llenó de alegría. El cuento de Julio Ramón Ribeyro tiene muchos detalles, de hecho pasan muchas más cosas en el texto, pero en el corto la historia se ve muy bien reflejada. Se ha dado a entender lo que el escritor cuenta.
¿Qué estás haciendo ahora?
Espero con ansias que pase la pandemia y las cosas se calmen para poder retomar el segundo corto que teníamos en mente con Alex. Nuestro objetivo era grabar en junio un corto sobre los desaparecidos por el terrorismo, así que en enero viajamos a Cusco por cuatro días, para ver las locaciones y otros asuntos. Pero en marzo se complicó todo por la pandemia y pensamos que en octubre ya podríamos llevar a cabo el proyecto. Sin embargo, va a tener que esperar más. Por otro lado, a inicios del año estuve asistiendo a un fotógrafo en su trabajo y realicé un poco de producción. Ahora, mi enamorado y yo hemos puesto un negocio de leches vegetales artesanales. Él las prepara y yo me encargo de la parte administrativa y de la coordinación con los clientes. El negocio se llama Clara Vegetal y la leche de almendras es el producto estrella, pero también tenemos leches de avellana, de pistachos y de cajú. Vendemos a través de Instagram y hacemos entregas a domicilio. No podíamos quedarnos con los brazos cruzados en esta época, así que decidimos emprender.
¿Cuántos jóvenes de la Universidad de Lima participaron en el corto?
Además de Aníbal Lozano como actor principal, en el equipo estuvo Carmen Calderón, que fue mi asistente de producción y quien me ayudó a contactar a los demás miembros del equipo de la Ulima. Ellos fueron Juan Francisco Jara (segundo asistente de cámara), Renato Corpancho (script) y Brad Crucersant (gaffer). Todos ellos participaron con mucho entusiasmo y están muy contentos con el resultado final.
¿Cómo fue para ti estudiar en la Universidad de Lima?
Mi época de estudiante en la Universidad de Lima fue la más feliz de mi vida. Hice los mejores amigos que tengo y conocí a los mejores profesores, quienes siempre nos han encaminado con sus consejos y todo su conocimiento. La Ulima me enseñó mucho. Yo siempre me dediqué a la producción en todos los cortos en los que participé como estudiante. Creo que hacer producción es mi vocación, me encanta estar al pendiente de todo, prever todo y solucionar cualquier inconveniente. Implica bastante estrés, pero ese estrés me da placer. Siempre me sentí cómoda y feliz produciendo, más que en cualquier otro rol que probé, pues en la Universidad pasé por sonido, dirección, cámara, etcétera. Pero producción es lo mío.