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Las empresas familiares en el contexto actual
Las empresas familiares en medio de la crisis actual, los temas que deben discutir para salir adelante, cómo saber si llegó la hora de incluir más miembros fuera del círculo familiar y otros temas de interés para este tipo de organizaciones se expusieron en el webinar “Hoja de ruta para la empresa familiar”. El evento fue organizado por la Carrera de Administración y el Círculo de Estudios de Desarrollo y Sostenibilidad de Empresas Familiares de la Universidad de Lima y se realizó de manera virtual el 24 de septiembre.
Participaron como expositores Jorge Peralta, contador público, experto en gobierno corporativo y dirección estratégica para empresas familiares y socio gerente en Avantage; y el abogado Jorge Echeandía, experto en gobierno corporativo, especializado en la transición de empresas familiares a familias empresarias, oficial de Práctica Ambiental, Social y de Gobierno Corporativo para América Latina y el Caribe en International Finance Corporation (IFC).
Al inicio del evento, las palabras de bienvenida estuvieron a cargo de Julia Velarde Sussoni, coordinadora del Círculo de Estudios de Desarrollo y Sostenibilidad de Empresas Familiares de la Universidad de Lima. Ella comentó que las medidas para contener la pandemia son particularmente difíciles en países como el nuestro, debido a que muchos ciudadanos dependen del trabajo informal, por las limitadas capacidades sanitarias del país, así como por la disminución en las remesas y el comercio mundial, entre otros factores.
Señaló que este webinar ayudará a este tipo de organizaciones a anticipar los cambios y a volver ágil la búsqueda de nuevas oportunidades para adaptarse y prosperar en el repunte inicial poscrisis.
Superaron las crisis
Como primer expositor, tomó la palabra Jorge Peralta. Indicó que en toda la historia de la humanidad las empresas familiares han tenido una presencia destacada en la economía mundial, y han enfrentado otras pandemias, como la gran peste de Londres, la peste bubónica, la gripe española, el ébola y ahora la COVID-19. Inclusive han sobrevivido a dos guerras mundiales y, sin embargo, estas compañías han sabido desarrollar su capacidad de resiliencia y seguir siendo exitosas en el mercado.
Asimismo, se refirió al entorno VUCA que estamos atravesando, término que permite analizar el escenario complejo derivado de la pandemia de la COVID-19 y del cual se desprenden las siguientes categorías de análisis: volatilidad, incertidumbre, complejidad y ambigüedad.
En cuanto a la volatilidad, Peralta dijo que es necesario aclarar cuáles son las prioridades de la compañía y centrarse en lo que realmente importa. Respecto a la incertidumbre, es necesario que todos los miembros de la familia estén al tanto de lo que sucede. Sobre la complejidad, destacó la necesidad de aportar claridad para dar sentido al desorden. Finalmente, en relación con la incertidumbre, comentó que esta va a aumentar en las empresas familiares, lo mismo que la desconfianza, porque los miembros ya no tienen la mirada de antes, sino que están temerosos de lo que pueda suceder. “En estas circunstancias se necesita un líder que no solo sea bueno en momentos de crecimiento, sino que también sepa dirigir en los momentos de crisis”, precisó Peralta.
Y añadió que es necesario que los líderes potencien sus capacidades de observación y de escucha, que piensen de manera divergente. Hay que ser flexibles y desarrollar la confianza, porque hay mucha preocupación. Y es importante moverse rápidamente para aportar soluciones.
Por otro lado, Peralta aconsejó revitalizar el enfoque hacia el futuro, fortalecer la armonía familiar y generar resiliencia. Mencionó que es importante alinear los intereses y las expectativas, para lo cual se requiere un diálogo franco y revisar la visión de futuro.
El experto indicó también que es muy importante revisar la misión de la empresa familiar y quién es la persona indicada para ser líder, pues debe ser alguien que convoque a la familia y la mantenga unida.
En cuanto al capital, Peralta manifestó que es necesario pensar en las carreras y los roles de cada persona, lo cual debe hacerse en función de las competencias, sobre todo ahora que estamos en un entorno VUCA.
Identificar los riesgos
Por su parte, Jorge Echeandía comentó que el primer paso que deben dar las empresas familiares en este momento es identificar los riesgos principales que necesitan atender. Respecto a la propiedad, las invitó a preguntarse si están preparadas, como accionistas, a atender el problema que atraviesan sus compañías. Expresó que, más de una vez, ante diferentes crisis, los accionistas han invertido su propio dinero para mantener a flote la empresa, confiando en que el negocio va a continuar. Por otra parte, explicó:
“Muchas organizaciones están muy golpeadas por la crisis. Otras han llegado a facturar el 70% u 80% de lo que facturaban antes de la pandemia. Y otras incluso han tenido repuntes interesantes. Sin embargo, todas tienen que estar alerta, porque no saben en qué situación se encuentran sus proveedores”.
Por tanto, Echeandía habló de la necesidad de sentarse a debatir varios temas. Uno de ellos: saber si la familia dispone de recursos para sacar adelante la empresa. De lo contrario, pensar en diferentes formas para poder tomar una decisión sin afectar demasiado el patrimonio de la empresa.
En los próximos 30 días hará falta asegurarse de que todos hayan entendido el mismo mensaje y captado los acuerdos tomados, para saber hacia dónde apuntar.
Asimismo, dado que se prevé una recesión, Echeandía sugirió pensar si se va a mantener la condición de familia empresaria o si es un buen momento para sumar a otras personas al negocio.
En los siguientes 60 días, habrá que pensar en un capital de trabajo que permita liquidar todos los inventarios posibles, aplicando estrategias y descuentos; también monitorear la capacidad operativa de producción.
Por otra parte, para los próximos 90, el experto aconsejó no dejar de pensar en las oportunidades que se pueden presentar y cuál será la continuidad del negocio. Un rediseño organizacional financiero se hace indispensable.
En síntesis, Echeandía recomendó tener la meta muy clara, apoyarse en un liderazgo adaptativo y una unidad familiar que permitan participar en la empresa a quienes deben estar y que se comprenda a quienes no quieren o no pueden estar.