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La nueva Lima
La necesidad de vivir en una ciudad más compacta que concentre servicios básicos alrededor de las viviendas es el tema que analiza Enrique Bonilla, director de la Carrera de Arquitectura de la Universidad de Lima, en la serie de videos "¿Qué futuro quieres construir?".
Bonilla advierte que, históricamente, las epidemias han sido detonantes para cambiar los rostros de las ciudades. Al respecto, reflexiona:
“La ciudad moderna es una consecuencia de la Revolución Industrial, que produjo gran migración del campo a la ciudad y que significó la construcción de viviendas al lado de las industrias”.
Con el tiempo, se formaron muchos asentamientos y, consecuentemente, hubo tugurización. En ese contexto se desarrolló la epidemia del cólera y fue entonces cuando surgió el concepto de ciudad moderna, que diferencia la zona residencial de la industrial, así como el área residencial del área de trabajo y de comercio. Bonilla considera lo siguiente:
“Esta fue una ciudad distinta, que apostó por unas ideas higienistas, las cuales han permanecido vigentes durante todo el siglo XX. Actualmente, sin embargo, ya es un modelo obsoleto”.
Necesidad de cambio
El director manifiesta que, independientemente de la pandemia, la ciudad de Lima necesitaba ser reorganizada, pues tenía problemas muy serios. Probablemente, el del transporte sea el más significativo, el cual es consecuencia de una mala planificación urbanística y de un crecimiento explosivo. Todo ello plantea la necesidad de configurar una nueva idea de ciudad. Bonilla propone:
“Los urbanistas postulamos la idea de la ciudad de los 15 minutos. Es decir, la vivienda se extiende más allá de la casa habitación, va hacia el barrio y los servicios ubicados dentro del barrio. Esta es la idea de una ciudad mixta, donde el comercio, el trabajo y la residencia estén muy cerca”.
En esta ciudad más pequeña y un poco más densa se podrían concentrar más los servicios. Así, no habría necesidad de desplazarnos tanto, lo cual es una dificultad en este momento. Lima es una ciudad muy extendida, eso favorece los desplazamientos largos, que no son recomendables hoy en día.
Cambios en las viviendas
También advierte la probabilidad de que las viviendas se transformen, porque ahora las personas trabajan y estudian dentro de ellas y, de seguro, gran parte de su recreación se dé en su interior. En ese sentido, Bonilla precisa:
“Eso significa que las viviendas deben rediseñarse para tener espacios en los que cada miembro de la familia pueda desarrollar actividades en simultáneo”.
Finalmente, el director nos recuerda que toda crisis lleva necesariamente a un replanteamiento de ideas. Este es un momento ideal para un cambio y para algo mucho mejor.