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La evolución de las series y su empatía con el público
La nueva empatía con el público generada por las series, especialmente desde la emisión de una producción como Los sopranos, y otros aspectos de las ficciones audiovisuales de los últimos años, fueron los temas abordados en la charla "Análisis psicológico de los recursos narrativos empleados en las series actuales", de los Jueves de Psicología, que tuvo lugar el 31 de octubre en el Aula Magna T-4 de la Universidad de Lima.
El evento contó con la participación de Giancarlo Cappello y Diego Llontop, docentes de la Universidad de Lima. Cappello es guionista, investigador de nuestro Instituto de Investigación Científica (IDIC) y editor de publicaciones como Ficciones cercanas. Televisión, narración y espíritu de los tiempos (Fondo Editorial de la Ulima). Por su parte, Llontop cuenta con una maestría en Filosofía por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y es el autor del libro Filosofía de la idiotez.
Cappello indicó que, en décadas pasadas, las series de televisión eran mucho más conservadoras debido a la presión de los anunciantes, quienes imponían límites sobre lo que se podía mostrar en la pantalla. El especialista añadió que el panorama cambió aproximadamente hacia el año 2000 con la consolidación de la televisión por cable, cuyo modelo de negocio depende más de las suscripciones que de la publicidad, lo que amplió el margen de desarrollo creativo de las ficciones. Él mencionó que un hito en la evolución de las series fue la aparición de Los sopranos, que empezó a emitirse en 1999, con un protagonista como el mafioso Tony Soprano (James Gandolfini) que fue construido con una gama rica y variada de matices, lo que a pesar de su moral ambigua generó un nuevo tipo de empatía con los televidentes. Cappello señaló:
“Las series nos permiten reconocernos en el bien, como sociedad y como sujetos malos, que también lo somos”.
En su turno, Llontop afirmó que las series actuales reflejan la pérdida de la inocencia de estos tiempos, lo que se traduce en una mayor tolerancia a los personajes malvados. Asimismo, indicó que una razón por la que nos interesan las series es que el acto de contar es inherente a los seres humanos; en otras palabras, contar una historia nos reafirma como personas y conecta nuestro mundo interior con el ámbito exterior. El docente agregó que las series confirman nuestra condición de animales visuales, lo que ha llevado a las producciones audiovisuales a desplazar el hábito de leer un libro.