Universidad de Lima

A lo largo de la historia han existido varios artistas masculinos que vestían y actuaban exageradamente como mujeres con el propósito de entregarse a un público y entretenerlo. Hoy en día nos referimos a ellos como drag queens, personajes que por lo general van asociados con la controversia. La charla “Drag queens, ¿arte o exhibicionismo?”, parte de las conferencias Tiempo Fuera, estuvo a cargo de Osmar Rodríguez y Diego Sandoval, quienes dan vida a Go Diva y a Sabrina Slayer, respectivamente; y de Reynaldo Santa Cruz, Alexandra Caravedo y Martín Mac Kay, docentes del programa de Estudios Generales de nuestra Casa de Estudios.

Los tres académicos se encargaron de explicar este arte desde un punto de vista histórico, sociológico y psicológico. El drag queen es una tradición que viene desde la mitología griega, ya que muchos de sus personajes, como Hércules, Aquiles y Zeus, visten como mujer en varias historias en distintas circunstancias. Sin embargo, la referencia más próxima en Occidente tomó la forma del burlesque victoriano, donde hombres parodiaban a las mujeres de la alta sociedad inglesa para brindar entretenimiento a la clase popular.

Asimismo, esta tradición es una disciplina que connota la liberación de un sistema social opresivo traducida en un acto artístico de rebelión. Por ello, con ansias de separarse de aquellos estigmas sociales que los flagelan, Osmar Rodríguez y Diego Sandoval comentaron cómo el drag es un arte que hace que las personas puedan florecer. Diego, conocido en este mundo como Sabrina Slayer, contó su experiencia:

“El drag como arte es uno de los más completos que hay. A veces lo imagino como un microteatro personal. Construir a un personaje a través de la pintura, la actuación, la música y el maquillaje es un proceso en el que nunca dejas de aprender sobre ti. Lo más bello es que uno dota a su personaje con rasgos personales que al fin y al cabo serán interiorizados de una forma más exagerada. En este periodo, el drag cuenta con varias referencias culturales, lo cual le atribuye una presencia estética única”.

El mundo del drag queen es pequeño y altamente competitivo en Lima Metropolitana. Tras el conversatorio, se concluyó que se debe entender esta tradición como una representación artística personal y coyuntural.