Es probable que la reforma política más gravitante que ha acontecido en América Latina durante el último cuarto de siglo sea, en tanto que reforma estructural, la referida a la sustitución total o parcial de los Sistemas Públicos de Pensiones por el Sistema Privado de Pensiones. Ahora bien, como dicha reforma muestra ya un suficiente marco cronológico de ejecución, sus bondades, limitaciones y eventuales fallos de diseño se prestan a una evaluación fundamentada en testimonios empíricos y, por lo tanto, son susceptibles de contrastación.