04 de Septiembre de 2023

Impulsora de cambios y transformaciones culturales

Milagros Zegarra ha enfocado su vida profesional en ayudar a las organizaciones y a las personas a potenciar su crecimiento. Se ha desempeñado como gerente de Recursos Humanos en empresas como Delosi, Herbalife y PwC. Desde enero de este año trabaja como CEO en Great Place to Work. Desde ahí, contribuye indirectamente a mejorar ciertas prácticas laborales, con lo que se benefician los trabajadores y, por ende, las compañías y el país. Eso motiva mucho a esta profesional, que terminó la Carrera de Ingeniería Industrial en el primer puesto en la Universidad de Lima.

¿Cómo tomaste tu ingreso a Great Place to Work?
Con gran entusiasmo por el nuevo reto vinculado a una marca muy potente para quienes estamos en recursos humanos. Este nuevo reto profesional implicó para mí un refrescamiento de mi mirada de la gestión de personal. La marca es muy noble y creo que en estos primeros seis meses nos ha ido muy bien. Por eso estoy muy contenta. Por ahora, dedico mucho tiempo a acompañar al jefe de Operaciones para entender el negocio desde el lado de consultoría y para estar cerca del equipo que la ejerce y la vende. Además, creo que es fundamental poner el foco en el negocio, en las metas y las prioridades. En este tiempo, hemos hecho muchos cambios positivos, sobre todo en temas de desarrollo de personas. Eso me ha llevado a mirar muy de cerca el trabajo de todos. Ahora, mi principal objetivo es lograr el crecimiento del negocio a través del desarrollo y el crecimiento de la gente.

¿Qué cambios estás realizando?
Hay muchos cambios positivos con personas que tienen nuevas jerarquías o un rol complementario. Estoy muy cerca de ellos, para acompañarlos, porque esta es una manera distinta de gestionar. Este es un equipo formado por personas jóvenes que conocen el negocio, les gusta lo que hacen y les gusta la marca. Por eso no me preocupa la retención, más bien, lo que hay que hacer es mantener un buen clima, y siempre es más fácil mantenerlo que construirlo. Todo es muy interesante y dinámico, y hay que estar a la orden del día con los clientes.

¿También tienes que evaluar a las empresas concursantes en Great Place to Work?
Sí, en parte. Hay una etapa cuantitativa que se procesa en Estados Unidos y se realiza con un algoritmo, que forma la metodología de Great Place to Work, y es única. Asimismo, los gerentes de recursos humanos de las empresas concursantes llenan un formulario y describen sus prácticas, su visión y sus objetivos. Esto lo evalúa normalmente el equipo de consultores. Una vez que se define cuáles son las empresas finalistas, es mi turno de evaluar en una segunda validación, ya que en la primera no intervenimos nosotros. Hay también algunas aristas muy específicas en las que participo de lleno. Por ejemplo, hay una lista que tiene que ver con sostenibilidad, o sea, las mejores empresas vistas desde la mirada de sostenibilidad. Ahí, evalúo la parte cualitativa. 

En este momento aún no se presentan las candidaturas, ¿o sí?
Hay compañías que ya se han evaluado, pero la gran mayoría se presenta al filo de la navaja, cerca de la fecha de cierre. Nosotros cerramos la encuesta de este año el 29 de septiembre, ahí viene lo fuerte, y los resultados se anuncian al año siguiente. 

¿Cómo es el proceso de evaluación para el equipo?
Es muy exigente. Hay data confidencial que no se abre antes del momento y no se comparte con nadie. Solo algunas cosas se comparten al final, pero el resto es data única y exclusiva de la compañía.

¿Cómo son los parámetros de clima laboral al interior de Great Place to Work?
Internamente, he encontrado un equipo muy bueno. Tenemos personas de diferentes generaciones, todas con una gran actitud hacia el trabajo. Siempre hay puntos de mejora, pero tienen muy buena disposición. Por eso no hay mucha exigencia, todo fluye naturalmente. Lo que sí hay que hacer es facilitar las cosas, porque algo que ellos valoran es la flexibilidad. Con flexibilidad, un trato cercano y una comunicación constante y directa, el tema fluye.

Con tu experiencia en recursos humanos, ¿podrías comentar qué mejoras o innovaciones ves en esta área?
Lo que he observado, a raíz de la pandemia y que se mantiene hasta ahora, es que el mundo de los recursos humanos tuvo un giro de 180 grados. Todas las prácticas que antes de la pandemia podrían haber sido características exclusivas de las grandes transnacionales, se han vuelto comunes en muchas empresas más pequeñas. Las organizaciones no solo han sabido darles a los equipos las facilidades necesarias para tener flexibilidad de horario, sino que también han roto los esquemas de sus estructuras tradicionales. La mayoría contempla espacios más colaborativos, y se habla de organizaciones ágiles. Empoderan a los equipos y disminuyen las barreras jerárquicas. Asimismo, cada vez más, las organizaciones se adentran en la responsabilidad social. Incluso manejan el término de sostenibilidad y dejan atrás lo básico, que era el reciclaje tradicional o la oferta asistencial. Esto no quiere decir que estas acciones no estén bien, pero las compañías ya se encuentran un paso más allá. Otra cosa muy marcada es que las empresas se están digitalizando progresivamente. Muchas ven la manera de incorporar el tema de la inteligencia artificial, sobre todo en selección y en capacitación. Un efecto importante de este concurso es que las compañías se miran y comparten, porque no se trata solo de aparecer en una lista o de obtener un certificado. 

¿Dónde has trabajado anteriormente?
Valoro mucho haber empezado a trabajar en una multinacional como Eli Lilly. Allí aprendí que las cosas más pequeñas te pueden cambiar la vida. Tuve la oportunidad de formar una escuela de ventas y luego me promovieron a Marketing. Después ingresé a IBM, otra excelente compañía . Y luego a Bellsouth, donde contribuí con un cambio importante: la expansión a todo el país de la telefonía celular. Más adelante fui a trabajar a un grupo chileno llamado Altas Cumbres. Entré para ocuparme de un banco local y terminé a cargo de toda Latinoamérica. De ahí pasé a Delosi, trabajé con franquicias y casi diez marcas. También ingresé a PWC, donde aprendí de consultoría. Y después llegué a Herbalife, una experiencia excelente, donde manejé la zona de Sudamérica basada en el Perú. 

¿Cuáles son los más grandes logros que has tenido?
Desde muy joven, tuve responsabilidades gerenciales y regionales, lo que considero un logro. Asimismo, me he preocupado por impulsar cambios o transformaciones culturales. De hecho, para eso era contratada. También he tenido la oportunidad de trabajar con diferentes países, y aunque hablamos el mismo idioma, cada uno es un mundo y tiene una mirada determinada.

Por último, ¿cómo fue tu experiencia en la Universidad de Lima?
Mi paso por la Universidad de Lima fue muy bonito. Mi carrera me encantó. Me dio las herramientas que necesitaba, y la estructura y el pensamiento de un ingeniero. También me presentó una red de contactos, que es muy importante en la vida profesional. Tengo los mejores recuerdos de la Ulima. El cariño que le tengo a mi alma mater es muy grande.