14 de Abril de 2021

Talleres para gestionar el tiempo y la productividad

Jorge Monsalve tiene un emprendimiento basado en el desarrollo y dictado de talleres, cursos y asesorías de productividad y gestión del tiempo: Co Cowch. Brinda sus servicios principalmente a empresas, pero también a profesionales independientes, tanto en el Perú, como en Chile, Argentina y España. También realiza programas de coaching organizacional y mindfulness para empresas.

Jorge sostiene que el trabajo remoto ha desdibujado la línea que separa lo personal de lo profesional; por eso, sus talleres tienen éxito en el mercado. Además de las herramientas prácticas que ofrece, vuelca en ellos su experiencia en el mundo corporativo, como administrador egresado de la Universidad de Lima.

¿Cómo te va con la consultoría y los talleres que brindas?
Me va bien. En marzo del año pasado, cuando comenzó la pandemia, todo se congeló y las empresas no invertían en capacitación. Pero, al pasar los meses, se reanudaron las capacitaciones con unas pocas empresas y paulatinamente se fueron sumando más, en la medida que fueron adaptándose a la nueva normalidad.

¿Cuáles son tus talleres estrella?
Los talleres de gestión del tiempo, que dicto a grupos de no más de diez personas. Algunas empresas me han contratado para ofrecerlo a unos 60 trabajadores, así que hemos llevado a cabo seis talleres, porque la idea es que sea semipersonalizado y que las personas logren captar los métodos de gestión del tiempo más conocidos. Finalmente, aprenden herramientas concretas que les ayudan en su día a día para organizarse mejor, ser más productivos y trabajar más enfocados.

¿Qué herramientas, por ejemplo?
Enseñamos técnicas como el método ABCDE o la matriz de Eisenhower, donde se enseña el cuadrante del tiempo y se aprende a diferenciar lo importante de lo urgente. Inclusive se enseña a definir cosas tan básicas como metas, pues mucha gente no las tiene claras o no sabe qué es lo más importante en su vida. También puede ser que sí tengan metas, pero que no sepan dar los pasos, crear una estructura o trazar un plan de acción para alcanzarlas.

¿De qué se trata el taller de gestión del tiempo?
Principalmente, se trata de que las personas aprendan a organizarse bien y a ser productivas. Si la productividad no está alineada con un propósito, se pueden hacer muchas cosas, pero no exactamente lo que se necesita. El taller parte de esa necesidad y también es parte de un curso más grande: el taller de productividad con propósito. Significa que enseñamos a las personas a gestionar mejor su tiempo, pero desde su propio propósito. A cada persona se le da un tiempo para descubrir cuál es su propósito, pues esa es la orientación del taller. De hecho, hay dos días importantes en la vida de cada persona: el día que nace y el día que sabe para qué nace. Partiendo de allí, enseñamos a las personas a anclar sus metas personales y profesionales, y a alinear esas metas con ese propósito. Cuando uno logra hacer eso eficientemente, siente satisfacción, porque dedica su tiempo a algo trascendental. Pero, aparte de esta rama orientada a la productividad, también tengo una rama dirigida al mindfulness, que tiene que ver más con la concentración y la meditación, basado en la evidencia científica.

¿Qué cursos de mindfulness dictas?
El mindfulness se trata de meditación y atención plena, desde un punto de vista que los profesionales requieren para realizar su trabajo eficientemente. Es un plan de ocho semanas, luego de las cuales las personas adquieren más control sobre sí mismas, mejoran su capacidad de concentración y se sienten más enfocadas. La clave de la productividad es la concentración y el enfoque; por eso, el mindfulness se vincula con los cursos de productividad.

¿Podrías comentar acerca de tu experiencia profesional previa al emprendimiento?
Realicé prácticas preprofesionales en el laboratorio Merck. Y en los últimos cinco años he trabajado en Profuturo AFP, en planeamiento estratégico. Luego trabajé en Centenario, en diferentes áreas, como desarrollo urbano, áreas comerciales, proyectos, etcétera. Después acepté una oferta muy interesante que me permitió viajar a Chile y trabajar en TGA, una empresa que brinda servicios al rubro inmobiliario en Chile, Perú y Colombia. Yo presentaba resultados a las diferentes inmobiliarias de estos países. Estuve ahí un poco más de dos años.

¿Qué proyecto interesante que hayas realizado en tu vida profesional podrías compartir?
El más retador fue irme a Chile. En esa empresa hacía presentaciones en directorios y a otras empresas. De hecho, desarrollé mi emprendimiento mientras estuve en Chile y mis primeros clientes fueron chilenos, a quienes les brindé talleres de habilidades blandas, sobre todo el de gestión del tiempo.

Cuando viniste al Perú, ¿cuán difícil fue hacer clientes?
A inicios del año pasado, fue muy difícil porque la incertidumbre era muy grande y las empresas estaban tratando de sobrevivir: no solo despidieron a mucha gente, sino que tampoco contrataban a nadie. Este año, en cambio, pese a que vivimos una situación similar, las empresas se han adaptado a esta realidad. Ahora contratan este tipo de servicios porque todos los que trabajamos desde casa nos relacionamos de una manera diferente con nuestro tiempo y necesitamos aprender a gestionarlo mejor. Se ha desdibujado la línea que separa lo personal de lo profesional, y las empresas se han dado cuenta de eso, por lo que sienten la necesidad de contratar talleres como los que dicto.

¿Cómo te fue en la Universidad en tu época de estudiante?
Esa fue la mejor época de mi vida. Hoy tengo 33 años; terminé mis estudios en el 2010-II, hace poco más de diez años. Me gustó mucho mi Carrera de Administración, ya que es bastante amplia y, cuando empiezas a trabajar, te permite adaptarte a cualquier reto. He podido trabajar en muchas áreas: planeamiento estratégico, proyectos, y hoy tengo un emprendimiento. Mi carrera me permitió hacer todo eso. Desde el punto de vista social, también fue muy bueno para mí estudiar en la Universidad de Lima, pues hice muy buenos amigos y me vinculé con profesores con quienes hasta ahora mantengo contacto. Además, los docentes de la Universidad de Lima están actualizados, cuentan con información relevante y llevan al aula casos de su experiencia laboral en diversas empresas.