24 de Noviembre de 2023

El enfoque está en mejorar la eficiencia y la productividad

Daniel Rubio empezó como practicante en Modasa, en el 2008, y hoy es gerente general. Ha sido muy estimulante para él trabajar tanto en una planta de fabricación de buses y de grupos electrógenos como en la parte administrativa. A lo largo de su trayectoria, se ha preocupado por mejorar procesos, resolver cuellos de botella y disminuir los retrocesos. Daniel estudió Ingeniería Industrial en la Universidad de Lima, donde aprendió lo necesario para desempeñarse profesionalmente.

Has realizado toda tu carrera profesional en Modasa, desde la posición de practicante hasta la de gerente general, ¿cómo te sientes sobre eso?
Me siento muy bien porque el trabajo me gusta bastante. Modasa es una empresa industrial; tiene dos fábricas, una de buses y una de grupos electrógenos, y posee una división de Servicios y una de Innovación y Desarrollo. Yo entré a la compañía como practicante, cuando todavía estudiaba en la Universidad de Lima. Antes había practicado en Ascensores Schindler y en Kimberly Clark, pero he pasado aquí toda mi carrera profesional. En agosto de este año, me nombraron gerente general, así que soy responsable de la compañía y mis principales funciones consisten en promover el crecimiento de la empresa, fomentar la sostenibilidad y la rentabilidad, y ocuparme de los planes a futuro, así como de la administración de la compañía. 

¿Podrías comentar algún proyecto que hayas trabajado a lo largo de tu carrera que sea muy importante para ti o que haya resultado muy exitoso?
Desde el 2008, he participado en varios proyectos importantes. Uno de los primeros fue la fabricación de los casi cuatrocientos cincuenta buses que se hicieron para el Metropolitano, los articulados y los alimentadores. Yo era practicante en ese momento y estaba en planeamiento de materiales y producción. Más adelante, formé parte del proyecto de implementación del SAT y de otros proyectos, como la fabricación de buses para los Juegos Panamericanos Lima 2019 o la exportación de los primeros buses de Modasa, en el 2010, a Chile. Actualmente, tenemos cerca de mil buses exportados a Chile. Casi el 20 % de nuestra producción de buses se destina a exportaciones, a países como México, Chile, Colombia, Ecuador y Bolivia. También, participé en un proyecto de buses muy importante, en Colombia. Fabricamos ochenta buses en total, entre unidades articuladas y de doce metros. En cuanto al rubro de grupos electrógenos, exportamos equipos a más de veinte países y ahora trabajamos proyectos en México y en Estados Unidos. En resumen, he participado en varios proyectos y acontecimientos importantes para la compañía.

¿Por qué puestos has pasado antes de llegar a la gerencia general?
Entré como practicante del área de Calidad, luego pasé a Planeamiento de Producción de Buses. Después, a Logística de Compras y a Almacén, y, posteriormente, fui jefe de esta última área. Tras un tiempo, me nombraron jefe de Planeamiento. Más adelante, fui jefe de Producción en la fábrica de buses, gerente de Planta, gerente de Ingeniería de Manufactura, gerente de la división de Buses y ahora soy gerente general. 

¿Podrías compartir las estrategias que implementaste cuando estabas en la división de Buses para impulsar el crecimiento del área?
Una de las estrategias que implementamos fue fortalecer nuestro negocio en el sector de gas natural, un recurso peruano que es relativamente barato y tiene un precio estable. Luego, fortalecimos las exportaciones para no depender tanto del mercado local. Otro proyecto que llevamos a cabo fue el desarrollo del primer bus eléctrico fabricado en el Perú. Nuestros volúmenes de producción de este tipo de vehículos no son muy importantes en el presente, pero esperamos que aumente la demanda en el futuro. En cuanto a los buses a gas, la gran mayoría se vende en el mercado peruano, aunque también hemos vendido unos en Colombia.

¿Qué mejoras operativas llevaste a cabo cuando trabajabas en la planta?
Como gerente de Planta hicimos varios proyectos de mejora y de productividad, junto con otras áreas, como estudios de tiempo y mejora de procesos. Hacíamos círculos de calidad y de estudios para identificar los cuellos de botella que nos causaban demoras o retrocesos. Trabajamos duro para reducir los retrocesos en la fábrica y para disminuir o eliminar los cuellos de botella. Además, realizamos una inversión en maquinaria de última tecnología de más de un millón y medio de dólares para mejorar la productividad, la eficiencia y la calidad de la fábrica.

Actualmente, ves todo desde una perspectiva estratégica del negocio, en su conjunto.
Así es. En mayo, me nombraron gerente general adjunto y, en agosto, gerente general de la compañía. Y sí, ahora veo temas estratégicos de largo plazo, pero también de cumplimiento de presupuesto, de objetivos de venta, de rentabilidad y de cumplimiento de los indicadores de gestión.

¿Qué recuerdos guardas de tu época de estudiante en la Universidad de Lima?
De esa época, los cursos que más me marcaron y más recuerdo fueron los talleres. Combinaban la teoría con la práctica, y experimentábamos cómo era la fabricación de una pieza o el comportamiento de una estructura y cómo se soldaba. En los talleres, aprendíamos a programar, a maquinar y a fabricar piezas. En el taller de máquinas y herramientas, aprendimos a utilizar un torno, una fresadora y una máquina de soldar. Ya en la práctica, mi carrera ha estado muy relacionada con la industria, pero también he estado en la parte administrativa y he logrado afrontar los retos que se me han presentado, porque el ingeniero industrial Ulima tiene un perfil bastante amplio. Hacia el final de la carrera, sobre todo, llevamos cursos de gestión, de estrategia, de planeamiento estratégico, de calidad, entre otros. Fuimos preparados para planear la creación de una empresa, para administrar, para hacer planeamiento estratégico, para trabajar en equipo, etcétera. Todo lo que aprendí en la Universidad de Lima me sirvió mucho. Los cursos me prepararon para el trabajo y para desarrollarme como profesional. Mi experiencia en la Ulima fue excelente, tengo muy buenos recuerdos de esa época y tuve muy buenos profesores que me marcaron y me ayudaron mucho. Yo practiqué desde muy temprano, fue bastante retador combinar los estudios con las prácticas, pero fue una muy buena experiencia.