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La tecnología garantiza la operatividad en situaciones de crisis
Héctor Rivera Mansilla ha enfrentado importantes retos tecnológicos en el BCP. Uno de los más desafiantes fue la migración a Windows 10 para cerca de 18 000 colaboradores, proyecto que lideró como Project Manager. Actualmente, es subgerente de Continuidad Tecnológica y supervisa la recuperación y funcionalidad de aplicaciones esenciales ante desastres. En esta entrevista, el ingeniero de sistemas por la Universidad de Lima comparte su historia profesional, los desafíos que se le han presentado en el camino y su visión sobre la importancia de la continuidad tecnológica en el sector bancario.
¿Qué reto importante te has asumido en el BCP?
Cuando recién ingresé al BCP, como Project Manager, lideré la migración a Windows 10 para cerca de 18 000 colaboradores. Me encargué de la gestión del proyecto, lo que implicó lidiar con muchas aplicaciones del negocio. Este fue uno de los mayores retos que he tenido en la empresa, porque el nuevo sistema operativo debía cumplir con todos los requisitos sin afectar las aplicaciones ni la continuidad del banco. Este proyecto fue importante, porque me dio la oportunidad de conocer el banco de manera transversal, es decir, de aprender sobre muchas áreas del negocio, como Banca Mayorista, Banca Minorista, Pymes, Call Center y otros productos. Para ello, interactué con los gerentes o jefes de cada área, armé planes según sus necesidades y me aseguré de que el proyecto avance dentro de los plazos estimados. Gestioné este proyecto de migración durante dos años y logramos migrar casi todo el parque de máquinas de los colaboradores. Fue todo un reto, trabajábamos de día y de noche en agencias y en diferentes sedes, y hacíamos previamente validaciones de compatibilidad con las aplicaciones.
Actualmente, ¿qué actividades realizas como subgerente de Continuidad Tecnológica?
En mi día a día, propongo mejoras en los procesos de continuidad tecnológica. Asesoro a los equipos responsables de las aplicaciones para que implementen mejores controles y mantengan actualizados sus procedimientos. Además, sugiero estrategias de recuperación para que estén preparados ante cualquier desastre o incidente que puedan enfrentar con sus aplicaciones. También, me encargo de liderar iniciativas innovadoras, como la de ingeniería del caos, una práctica que nos ayudará a mejorar la resiliencia de nuestras aplicaciones.
¿A qué tipo de aplicaciones te refieres?
Me refiero a aplicaciones como Mobile Banking, Yape y otras que son importantes para el negocio. Nos encargamos de gestionar con los equipos responsables de estas aplicaciones para garantizar su recuperabilidad. Nos aseguramos de que su plan de recuperación esté actualizado y que se realicen pruebas de recuperabilidad anualmente para confirmar que los planes funcionen correctamente en caso de algún desastre. Velamos por que las aplicaciones críticas funcionen correctamente y se recuperen de forma rápida ante cualquier contingencia.
¿Qué hechos se califican como desastres?
Hablamos de desastres naturales como terremotos, inundaciones o incendios. Tenemos dos centros de datos locales, uno en Chorrillos y La Molina, y otro regional, en Brasil. Lo que hacemos es probar escenarios en los que deshabilitamos uno de los centros de datos y verificamos que las aplicaciones funcionen desde el otro. También, simulamos situaciones como inundaciones, cortes de energía o daños estructurales ocasionados por un desastre natural. Nuestro objetivo es garantizar que las aplicaciones sigan operativas y que los clientes no sean afectados.
¿De qué manera fomentas una cultura que promueva la continuidad tecnológica?
La promovemos a través de iniciativas de difusión. Dado que el BCP es un banco grande, concientizamos a las personas que trabajan con las aplicaciones sobre la importancia de la continuidad tecnológica. Esto es clave para garantizar que, ante cualquier incidente o desastre, sigamos operando y brindemos servicio al cliente sin interrupciones.
¿Dónde trabajabas antes de ingresar al BCP?
Antes, trabajaba en la empresa Linde Gas, que produce diferentes tipos de gases, como oxígeno, helio, nitrógeno, acetileno y otros. Me desempeñaba como coordinador en el departamento de Tecnologías. Era responsable de toda la infraestructura de la compañía, lo que incluía el Data Center y las Telecomunicaciones. También me encargaba de la gestión de operaciones, que era crucial para el despacho de los diferentes gases producidos en las plantas. Coordinaba y gestionaba el área de tecnología, tenía a mi cargo a personas que se ocupaban de las aplicaciones y la infraestructura, así como de la mesa de soporte a los usuarios finales. Lo interesante fue que tuve la posibilidad de aprender mucho sobre la industria de gases y, además, propuse varias mejoras tecnológicas. Tenía trato directo con las gerencias, participaba en comités para evaluar qué mejoras tecnológicas podíamos implementar y cómo TI podía contribuir al crecimiento del negocio.
¿Podrías mencionar alguna de las mejoras que llegaron a implementar?
Implementamos el sistema de facturación electrónica, que representó un avance significativo en términos de eficiencia operativa. Fue un proceso clave, porque teníamos que cumplir con los requisitos del ente regulador. Para ello, se realizaron varios cambios y adecuaciones en el sistema, coordinábamos con un partner de Facturación Electrónica que nos ayudó con la gestión ante Sunat. Todo esto se logró en aproximadamente seis meses, sin afectar la operación de despacho, que era crucial para el negocio, y sin perjudicar la atención al cliente. Finalmente, conseguimos implementar la facturación electrónica en ese tiempo. Fue un proyecto importante y de mucho aprendizaje.
También estuviste en Adidas, ¿cierto?
Sí, estuve ahí cuatro años. Disfruté mucho ese tiempo, porque el deporte va muy de la mano con mi personalidad, y el ambiente era muy amigable. Había muchas personas jóvenes y positivas, apasionadas por el deporte. Me desempeñé como especialista en tecnologías, encargado del back office de toda la compañía. También tuve a mi cargo la implementación de algunas tiendas en todo el país, lo que me dio la oportunidad de adquirir experiencia en el mundo del retail.
¿Qué destacas de tu trabajo en el sector retail?
Todo fue muy interesante, porque trabajé en la implementación de tiendas desde cero. Coordiné la parte tecnológica con los partners, en la instalación de infraestructura, puntos de ventas y el sistema necesario para la atención al usuario. Esta compañía maneja estándares globales muy altos en términos de tecnología y atención al cliente, y yo aprendí mucho sobre cómo gestionar estos procesos y tecnologías. Uno de los proyectos importantes en los que participé fue la implementación de una herramienta llamada Shell in Tool. Básicamente, era un catálogo digital para mostrar productos como zapatillas o ropa de Adidas en tres dimensiones (3D). Esta tecnología venía de Alemania, donde estaba la casa matriz, y la implementamos en televisores táctiles para que los clientes, al visitar los showrooms en las oficinas principales, interactuaran con los productos. Veían los modelos, los colores y los acabados, y así seleccionaban una lista de lo que iban a comprar en preventa.
¿Cómo funcionaba el proceso de preventa?
Los clientes seleccionaban los productos y armaban su lista, luego hacían los pedidos, sobre todo a nivel mayorista. Esta herramienta fue muy importante, porque antes había que enviar productos físicos y muestras a cada sede, lo que suponía un costo significativo. Con esta tecnología 3D se eliminaron los envíos de muestras físicas y se hicieron las preventas virtuales.
¿Dirías que un aspecto común de los productos que desarrollas es la practicidad?
Sí, todos los proyectos que desarrollamos tienen un enfoque práctico y deben ser útiles para el negocio. Se trata de proponer mejoras que hagan más eficiente la operación y permitan que la empresa se mantenga estable y continúe creciendo.
¿Has tenido otros trabajos antes de Adidas?
Sí, trabajé en el laboratorio farmacéutico Novartis. Fui coordinador del área de Tecnología. Me encargaba de la infraestructura local de la compañía, lo que incluía el Data Center y la gestión de los usuarios y sistemas que manejábamos. Fue una oportunidad para conocer el mundo farmacéutico. Me quedé unos tres años en ese sector. Durante ese tiempo, propuse e implementé algunas mejoras, como medidas de seguridad y continuidad para nuestro Data Center, a partir de la infraestructura.
Antes del laboratorio, estuve en Sunat por tres años. Mis inicios fueron como orientador informático, un rol en el que aprendí mucho sobre las regulaciones tributarias locales. Mi función consistía en orientar a los contribuyentes en la parte informática para que realizaran bien sus declaraciones tributarias y resolvieran sus dudas. Los guiaba para que entiendan los sistemas y completen correctamente sus trámites.
¿Crees que los ingenieros de sistemas pueden trabajar en cualquier tipo de empresa?
Sí, definitivamente. Los ingenieros de sistemas de la Universidad de Lima somos muy versátiles, podemos desempeñarnos en diferentes áreas, como telecomunicaciones, infraestructura, seguridad o funciones de dirección como la gestión de tecnología, como es mi caso actualmente. La formación recibida en la Ulima nos da un background completo y la capacidad de adaptarnos a cualquier tipo de negocio. Además, podemos proponer mejoras tecnológicas y relacionarnos con todas las gerencias. Esa versatilidad es clave hoy en día, en un mundo tan globalizado y flexible. También, podemos trabajar para empresas del exterior sin necesidad de estar fuera del país, lo que amplía aún más nuestras oportunidades profesionales.
¿Cómo ves el impacto de la tecnología en el trabajo remoto?
Lo bueno es que ahora tenemos muchas herramientas con las que podemos conectarnos y trabajar en remoto desde cualquier parte del mundo, para atender lo que sea necesario. Creo que esto ocurre en todas las carreras, pero en tecnología contamos con nuestras propias herramientas que nos dan la posibilidad de acceder a los sistemas y trabajar desde cualquier lugar.
¿Cómo es tu experiencia con el trabajo híbrido en el banco?
No necesito estar en la oficina todo el tiempo. Vamos dos veces por semana y el trabajo fluye de manera muy eficiente. Trabajamos por objetivos y proyectos, y asesoramos aplicaciones importantes. Contamos con todas las herramientas necesarias para proponer mejoras, lo que hace que el proceso sea muy ágil.
¿Cómo manejas la parte de liderar equipos y coordinar con otras áreas?
El esquema de Ingeniería de Sistemas de la Universidad de Lima nos prepara para interactuar a todo nivel. Tener a cargo a diferentes personas nos permite gestionar recursos humanos, que son lo más valioso de las compañías. Además, las habilidades blandas que desarrollamos en la Universidad nos ayudan a liderar equipos, resolver conflictos, entender a las personas e impulsarlos a crecer.
¿Cómo funciona la colaboración en tu trabajo?
En una organización tan grande como el banco, interactúo con diferentes equipos de aplicaciones. Por ejemplo, cuando trabajo con el product owner, el líder técnico o el equipo de desarrollo de una aplicación, podemos coordinar y desarrollar las iniciativas que queremos implementar. Es importante entender sus prioridades, ya que muchas veces están enfocados en sus propios temas. Con buena conversación y entendimiento, se pueden lograr iniciativas muy buenas.
Finalmente, ¿cómo fue tu experiencia en la Universidad de Lima?
La Universidad de Lima fue una gran experiencia en mi vida. Me brindó las experiencias y los conocimientos necesarios para desarrollar mi carrera, tanto en la parte técnica como en las habilidades blandas. Me sentí muy a gusto en la Ulima, aprendí mucho de los diferentes profesores, a quienes recuerdo con mucho cariño. Además, me dio todas las facilidades para estudiar, teníamos muy buena infraestructura, y la malla curricular de Ingeniería de Sistemas me pareció muy completa. Me dio la capacidad para desarrollarme profesionalmente en diferentes compañías. Asimismo, disfruté mucho la interacción con mis compañeros. Por último, recuerdo que practicaba en el área de Help Desk. Ayudábamos a los usuarios, y a veces nos llevábamos sus máquinas para revisarlas. Esa experiencia fue muy valiosa, porque conocí más sobre la parte técnica. La Universidad nos brindó esa facilidad para hacer prácticas mientras estudiábamos.