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La aventura de crear un juego de mesa
En la época de la cuarentena por la pandemia de la COVID-19, Hugo Leno se dedicó a crear un juego de mesa para divertirse con su hijo. Luego, lo probó con distintos jugadores y, finalmente, lo convirtió en un producto que ahora se vende en el mercado con el nombre de Chaski, bajo el sello editorial de Navespacial.
Está en el mercado desde el año pasado y ya tiene el prototipo de otro juego, que está en proceso de prueba con diversos públicos. A la par de este emprendimiento, Hugo trabaja como abogado en el estudio Rodman & Asociados, enfocado en el tema corporativo. Sus estudios en Derecho los cursó en la Universidad de Lima.
¿Cómo surgió la idea de crear un juego de mesa y en qué año?
Desde hace muchos años, empecé a jugar juegos de mesa como un pasatiempo, con amigos y con mis hermanos. Especialmente, me gustan los modernos, a los que no todos están habituados. Cuando llegó la pandemia, mi hijo iba a cumplir cuatro años, y me dediqué a jugar con él unos que son más sencillos. Vi que le gustaban y que, incluso, aprendió a sumar. Entonces empecé a adquirir más para pasar tiempo con él.
En enero del 2021, ocurrió un hecho determinante: soñé que jugaba un juego de mesa, pero este era mío. Al despertarme, recordaba unas tres ideas al respecto, y me puse a escribir las reglas, a cortar papelitos y a confeccionar las tarjetas a mano para hacerlo realidad. Esto me tomó algún tiempo, lo fui probando con mi hijo y, de pronto, él me preguntó si lo iba a vender en las tiendas. Le dije que sí y, ya con ese compromiso asumido, me puse a trabajar en el proyecto en serio.
¿Qué significó trabajar en ese proyecto en serio?
En primer lugar, consultar con mi esposa, porque se trataba de una inversión. Ella se entusiasmó al verme motivado y decidimos seguir adelante con la idea. Luego, contacté a un amigo, Andrés Paredes, que es editor de juegos desde hace diez años y tiene sus propios títulos en el mercado. Conversamos a mediados del 2021, él acababa de lanzar un producto y lo estaba promocionando. Jugamos con mi propuesta y él me sugirió cambiar algunas cosas y mantener otras.
Después, llamé a mi amigo Giorgio Chiarella, que es ilustrador, le conté sobre el proyecto y le propuse hacer los dibujos. A él le encantó la idea y comenzó a hacer los diseños y todas las ilustraciones. Así avanzamos y, en el 2022, me volví a reunir con Andrés, porque quería que mi juego salga al mercado con su sello. Me dijo que había que probarlo primero con personas ajenas a nuestro círculo, con gente que juega muchos juegos de mesa y con personas que no. Este es un paso fundamental en el proceso y es muy interesante.
¿Cuál fue el resultado de esas pruebas?
Todo salió bien. Hicimos una demostración en una tienda a la que asistieron algunas personas, lo probaron y les gustó. Incluso lo probó un amigo de Andrés, un jugador duro de juegos muy complejos y estratégicos, y a él le encantó y me felicitó, me sugirió un par de ajustes y nada más. Ese día, Andrés decidió que ya se podía poner en marcha el proyecto.
En marzo de este año, tuvimos todo listo. El producto se ha hecho en China, mandamos a hacer un lote de 1000 cajas, que es lo mínimo que hay que hacer para que sea rentable. Y ahora está en tiendas como Día D Juegos, Play Cuy Games, Reinos Olvidados, etcétera. Hay varias tiendas que lo tienen.
Tu juego ha llegado en un momento en que la demanda de estos productos está creciendo. Hay varias tiendas especializadas que hace pocos años no existían.
Eso es cierto. Antes no existían tantas tiendas de juegos de mesa. Incluso, este año se realizó la primera feria de juegos en Lima. Hay un mercado, sin duda. Y no me puedo quejar por las ventas, Chaski ha tenido una gran aceptación. Pero, por supuesto, hay que comprender que uno llega a la tienda y se enfrenta a una gran variedad de juegos, de los que trescientos son famosos en el Perú. Lo importante es que se haga más conocido y que cada vez más personas lo prueben.
¿Cuál es la edad recomendada para jugar Chaski?
En la caja se indica que está dirigido a personas de ocho años a más, porque hay que saber leer para jugar. Pero es un juego que yo inventé para jugar con mi hijo de cuatro años, a quien yo le leía las tarjetas. Después, él aprendió el mensaje de cada una. Es un juego familiar, hay que aprender sus reglas, pero es bastante sencillo.
Aparte del tuyo, ¿qué juegos te gustan más?
A mí me encantan los de estrategia y los temáticos. Soy fan de un autor de 1920 llamado Howard Phillips Lovecraft, de cuya obra se han creado series, películas y juegos de todo tipo. Está relacionada con el horror cósmico, y muchos juegos recogen esta temática y te introducen en un mundo de misterio donde hay que investigar y diseñar cierta estrategia. Son juegos muy complejos y muy solicitados por personas que son asiduas jugadoras. Más allá de eso, me gusta Catan, Carcassonne, Dobble, Fantasma Blitz, entre otros. No tengo una colección muy grande de juegos, poseo alrededor de setenta. Hay personas, en cambio, que tienen unos cuatrocientos.
¿Qué experiencias laborales has tenido desde que saliste de la Universidad?
Trabajo en Rodman & Asociados, llevo por lo menos doce años ahí. Estoy orientado al tema corporativo y trabajo para varios clientes. Me gusta mi profesión, el derecho siempre me ha interesado, y me satisface ejercerla.
¿Has visto la posibilidad de sacar otro juego más adelante?
Sí, antes de que Chaski salga al mercado, tuve otras ideas que desarrollé simultáneamente y ya tengo prototipos. Conversé con Andrés al respecto, y me recomendó ir paso a paso, primero darle su espacio a Chaski y ver cómo va. Y ahora que Chaski ya se vende, hemos probado los dos juegos que hice y me ha recomendado empezar a trabajar en uno de ellos. Estamos en la etapa de prueba con diferentes personas.
Por último, ¿cómo fue tu experiencia en la Universidad de Lima?
A la Universidad le tengo un cariño muy grande. Ahí conocí a mis mejores amigos y tuve una educación privilegiada con profesores muy buenos. Me ha servido mucho estar en la Universidad de Lima. Incluso, en lo personal, tanto mi carrera de Derecho en el pregrado como mi maestría en Derecho Corporativo, que cursé también en la Universidad de Lima, me dieron herramientas para ser la persona que soy el día de hoy. Me siento muy satisfecho por lo que me ha dado la Universidad. La Biblioteca es hermosa y la disfruté mucho. Pienso que la Ulima ha hecho una apuesta muy interesante con la implementación de espacios para la vida universitaria. Me siento orgulloso de haber estudiado ahí.