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Un impulso al ecosistema emprendedor
Desirée Alayza tiene la gran satisfacción de aportar al ecosistema de emprendimiento e innovación a través de la promoción de la inversión e internacionalización de modelos de negocio innovadores en el Perú, la región y el mundo. Ella es leader seed en EY. Asesora, da mentoría y es jurado en programas de startups. Es abogada por la Universidad de Lima y tiene una maestría en Derecho Internacional y Relaciones Internacionales por la Universidad Complutense de Madrid. Se ha trazado la meta de contribuir a la generación de empresas innovadoras, resilientes y con proyección internacional que traigan un desarrollo sostenible al país.
¿Cuál es el propósito del área de Seed by EY que estás implementando en España?
Esta área se especializa en venture capital, que es la inversión en startups de impacto. EY es una empresa global que trabaja con grandes corporaciones. Creamos esta experiencia para los diversos actores del ecosistema de venture capital y de innovación en el Perú y Latinoamérica, porque les permitirá ofrecer servicios a corporaciones, startups, incubadoras, aceleradoras, universidades, gobiernos y otras organizaciones interesadas en implementar experiencias innovadoras en emprendimiento. Vimos el impacto positivo que esta iniciativa estaba logrando en la región latinoamericana y decidimos expandirla a Iberoamérica. Actualmente, busco oportunidades para que las startups que hay aquí se expandan hacia allá y viceversa, promoviendo la inversión tanto en Latinoamérica como en España.
¿Qué te motiva de asesorar a emprendedores?
Me apasiona asesorar a diario a emprendedores con modelos de negocio innovadores. Me encanta observar cómo los emprendimientos contribuyen al desarrollo sostenible del país, generan empleo de calidad y mejoran la calidad de vida. Disfruto estar inmersa en el día a día de estas compañías, especialmente en la estrategia que implementan para lograr el anhelado crecimiento exponencial. Mi enfoque abarca tanto la parte estratégica como la estructuración legal, pues soy abogada de profesión.
Ya que has acompañado el crecimiento de varios emprendimientos, ¿qué consideras crucial para que una startup tenga éxito?
En el país, puede faltarnos un poco de visión global. Es necesario pensar que una solución innovadora aporta positivamente a una problemática que no solo afecta a Lima Metropolitana o al Perú. La idea es que la estrategia que se diseña trascienda fronteras y se adapte a modelos de negocio útiles en otros lugares. Creo que, en cuanto a la visión, a veces somos menos ambiciosos, pero es de suma importancia para el emprendedor peruano mirar hacia el mundo, identificar necesidades y oportunidades globales. Este punto es fundamental y marca la diferencia entre una startup, que encarna la innovación en sí misma, y un emprendimiento tradicional. Puede tratarse de una innovación disruptiva o incremental, pero es esencial que ofrezca un valor añadido. Es crucial tener en cuenta esta última parte, porque si no aportamos un diferencial, no innovamos y, por lo tanto, es probable que no logremos el crecimiento exponencial que buscamos.
¿Ves una tendencia entre los emprendedores a crear modelos de negocio tecnológicos?
Ciertamente, muchos emprendimientos ocupan un espacio tecnológico o digital, o se vinculan de alguna manera con estos campos, lo cual es positivo. Por otro lado, también observo innovaciones científicas que no necesariamente se enfocan en la tecnología. Se realizan mejoras significativas en los procesos en diversos ámbitos, como la agricultura y la biodiversidad, entre otros sectores en los que el Perú desempeña un papel fundamental. Tenemos un valor competitivo en el país y podemos generar innovaciones que tengan un alcance global. Este espacio se encuentra cada vez más especializado y, a medida que surgen nuevas tecnologías y se presentan oportunidades para mejorar la calidad de vida y el desarrollo de diversas industrias, vemos un aumento en el número de startups que optimizan los procesos y contribuyen a hacer que la agricultura sea más eficiente y a fortalecer nuestras capacidades para combatir el cambio climático.
¿Las startups comparten la misma visión que las grandes empresas en cuanto a ser sostenibles?
Cada vez más esto se vuelve fundamental. Un punto destacado es la necesidad de que cualquier empresa, desde las startups típicas hasta las más innovadoras, logre una sostenibilidad orgánica. Debe haber una auténtica correspondencia con las demandas del mercado, validada por este último. Es crucial identificar una brecha real en la industria o el mercado que se aborda y asegurarse de que los usuarios finales lo respalden con su necesidad, compra y adopción. Esto es de vital importancia. En el ámbito del venture capital (también conocido como capital emprendedor) solía ser común aspirar a convertirse en "unicornio". Aunque este concepto sigue siendo importante y han surgido algunas empresas con esta valoración en América Latina, el Perú aún no cuenta con una, pero está cerca. Sin embargo, en la actualidad, se valora enormemente la sostenibilidad y se ha desplazado la expectativa del "unicornio" por la del "camello", haciendo referencia a la capacidad de adaptarse y mantenerse a lo largo del tiempo, como un camello que almacena agua para el camino mientras observa cómo responde la industria y el mercado ante las soluciones innovadoras. Las empresas se desarrollan y ajustan sus servicios o productos de acuerdo con las necesidades del mercado, lo cual es esencial en la actualidad. Por lo tanto, la sostenibilidad y la adaptación a las necesidades del mercado son factores fundamentales en la coyuntura actual.
Cuando llegaste a EY, ¿entraste directamente a esta área?
Me contactaron para diseñar esta área dentro de EY. Iniciamos con varios enfoques y también ajustamos nuestra dirección en función de las necesidades del mercado. Fue casi como emprender dentro de EY, explorando cómo funcionaría. A lo largo del camino, hemos adaptado nuestras estrategias y hemos comprendido mejor en qué industrias y, sobre todo, qué tipo de perfiles encajan en el mundo de las startups, y si realmente requieren servicios específicos de EY. Ofrecemos una gama de servicios que incluyen aspectos legales, laborales, tributarios, contables e incluso auditorías para empresas más grandes. Sin embargo, nuestro enfoque principal es la estrategia y el venture capital. Nuestro objetivo es apoyar su crecimiento. A lo largo del camino, hemos ajustado nuestro modelo de negocio y en la actualidad estamos seguros de que el Perú continuará experimentando el auge del venture capital. Esta tendencia se extenderá a todas las industrias, si aún no lo ha hecho. Siempre habrá una startup que atienda las necesidades específicas de cada mercado. Con el tiempo, esperamos que los emprendimientos innovadores sigan prosperando en el país. Es una necesidad, pero también estamos convencidos de la importancia de pensar a lo grande, de tener una visión regional amplia, y eso es precisamente lo que estamos haciendo.
¿Dónde has estado antes de EY?
Vengo del sector público. Soy abogada egresada de la Universidad de Lima. Ahí establecí las bases fundamentales para adentrarme en el ámbito del derecho internacional. Posteriormente, seguí una Maestría en Derecho Internacional y Relaciones Internacionales en la Universidad Complutense de Madrid. Inicié mi trayectoria en el campo del derecho internacional al trabajar para la Embajada del Perú en Madrid, lo que me llevó a formar parte del Ministerio de Relaciones Exteriores en el Perú. Al regresar al país, dediqué un largo tiempo a la Dirección de Ciencia, Tecnología e Innovación del Ministerio de Relaciones Exteriores, donde se empezaron a configurar las primeras políticas en materia de innovación. En el 2013, este tema no era ampliamente discutido, pero había una considerable cooperación internacional en este ámbito, la cual yo seguía de cerca. Después, me incorporé a Promperú, donde tuve la enriquecedora experiencia de trabajar en la Alianza del Pacífico, durante la presidencia Pro Tempore del Perú. La Alianza del Pacífico agrupa a cuatro países: México, Colombia, Chile y Perú. Mi labor en los cuatro países se centró en políticas de innovación y proyectos transfronterizos relacionados con la innovación y el emprendimiento. Durante ese tiempo, pude observar cómo Chile, México y Colombia avanzaban en estos campos. México, sin duda, tenía una ventaja de cinco a diez años en comparación con el Perú, en términos de esfuerzos en innovación. Durante esta etapa, tuve la oportunidad de conocer a personas extraordinarias y colaboramos de manera efectiva en una agenda público-privada. También establecimos una red de aceleradoras y grupos de inversores ángeles en los cuatro países. Después de mi experiencia en la Alianza del Pacífico, Cofide me propuso la idea de aplicar las mejores prácticas de innovación que había observado en esos países en el contexto peruano. Dejé la Alianza del Pacífico y asumí el cargo de subgerente de competitividad en Cofide, donde comencé a abordar temas de innovación. Durante ese tiempo, trabajamos en la concepción y el diseño del primer fondo de fondos peruano de venture capital, que estaba destinado a apoyar a las startups. Este proyecto se financiaría con 70 millones de soles aportados por el Ministerio de Economía y Finanzas, y finalmente se materializó después de tres años de esfuerzo y colaboración de muchas personas. En la actualidad, este fondo beneficia a startups peruanas y algunas extranjeras. Posteriormente, tuve una experiencia en el sector privado, y fui invitada a unirme a EY en esta área.
¿Cómo te sientes, en general, con tu carrera?
Me siento sumamente satisfecha y contenta. Aunque queda mucho por hacer, me encanta mi trabajo, especialmente porque siento que genero un impacto significativo. Esto es esencial, no solo en relación con las startups que asesoro o en las que invierto, sino también en un sentido más amplio, ya que contribuye al desarrollo de nuestro país y promueve la inclusión. Creo firmemente que la innovación es una poderosa herramienta para fomentar la inclusión, y esto me motiva día a día. En la actualidad, en España, opero en un plano diferente, pero el impacto sigue siendo la esencia de mi profesión.
¿Qué te pareció tu carrera y en general tus vivencias universitarias?
La Universidad de Lima me proporcionó una educación que no solo me permitió ejercer como abogada, sino que también me dio las herramientas necesarias para relacionarme con las corporaciones y comprender mejor el mundo de la innovación, lo que finalmente se convirtió en mi línea de trabajo. La época universitaria fue para mí una experiencia maravillosa. En lo personal, establecí vínculos que han perdurado a lo largo de toda mi vida, no solo con mis compañeros, sino también con profesores que me han brindado valiosos consejos y aportes de diversa índole. Disfruté enormemente mi tiempo en la Universidad y todo lo que me brindó, tanto en lo personal como en lo profesional. Considero que la Universidad de Lima me proporcionó un contacto significativo con la realidad corporativa empresarial desde muy temprano. Esto me permitió comprender las necesidades en términos de estructura legal y de estrategia empresarial. La habilidad de analizar las situaciones desde una perspectiva estratégica ha sido fundamental para aplicar de forma pragmática el conocimiento adquirido y combinarlo con la parte técnica, que también recibí en la Universidad. Esta combinación es esencial para lograr que las cosas sucedan. Estoy enormemente agradecida con la Universidad de Lima.