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Responde Ulima capacita estudiantes para que se conviertan en agentes de cambio
El Centro de Sostenibilidad de la Universidad de Lima (Responde Ulima) realizó del 5 al 26 de mayo el proyecto piloto de la Escuela de Voluntarios Ulima 2023-I, que se desarrolló durante seis sesiones y tuvo como objetivo que los estudiantes mejoren sus habilidades blandas, refuercen sus conocimientos en ciudadanía con impacto social y ambiental, y se conviertan en agentes de cambio a través de diversas capacitaciones. El evento contó con el apoyo de la consultora Métrica Perú y la Asociación Solidaridad Países Emergentes (ASPEm).
Durante la primera sesión, Vanessa García, jefa del área de Responsabilidad Social de Responde Ulima, definió lo que significa ser voluntario. Señaló que se trata de una forma de apoyo a las organizaciones sin fines de lucro y a las comunidades que atienden. Agregó que las tareas más comunes de un voluntario son recaudar fondos, organizar eventos y campañas, trabajar con grupos vulnerables, gestionar proyectos sociales, entre otras. Como dinámica, se dividió a los estudiantes en grupos que debían crear una campaña para promover un voluntariado relacionado con uno de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas.
El segundo taller trató el tema del voluntario como agente de cambio sostenible y el empoderamiento ciudadano hacia una economía circular, y estuvo dirigido por Ricardo Fernández, de la Asociación Solidaridad Países Emergentes (ASPEm). El ponente explicó el proyecto de Alianzas para una Economía Circular, que involucra a actores públicos y privados en la difusión de los principios de la economía circular y en una mayor concientización de la población acerca de estos principios.
Ricardo Agama, profesor de Responde Ulima, estuvo a cargo del taller “Identificando y desarrollando mis habilidades blandas para la acción”. Entre las principales soft skills se mencionaron la comunicación efectiva, el pensamiento crítico, la creatividad, la empatía, la flexibilidad y la adaptabilidad, la capacidad para la resolución de problemas, la paciencia y la tolerancia, la motivación y la pasión.
Pedro Kanashiro, docente de la Universidad de Lima lideró el taller “Inteligencia emocional”, a la que definió como la capacidad de reconocer emociones propias y las de las demás personas, y de gestionarlas adecuadamente. Entre los componentes de la inteligencia emocional, Kanashiro nombró los señalados por Daniel Goleman: la autoconciencia, la autorregulación, la motivación, la empatía y las relaciones interpersonales.
La ponencia “La relevancia de la vocería en los voluntariados” fue dirigida por Pablo Cateriano, de Métrica Perú, quien señaló que la vocería se trata de un entrenamiento que reciben quienes requieren relacionarse exitosamente con sus stakeholders. Resaltó que el vocero siempre debe estar entrenado, conocer el tema a tratar y coordinar con la gerencia respectiva. Resaltó que existen cuatro reglas que el vocero debe recordar y practicar: decir siempre la verdad, tener claros los mensajes clave, ser claro, simple y conciso, y nunca hablar off the record.
El proyecto culminó con la participación de María Fernanda Peña, de la minera Fortuna Silver Mines, a cargo de la ponencia “Experiencia en la gestión de voluntariados”, en la que explicó que el voluntariado corporativo es una práctica por la que una empresa promueve, facilita y apoya el trabajo voluntario de sus colaboradores para contribuir con el bienestar y desarrollo de la comunidad. Apuntó que un voluntario corporativo no debe olvidar el valor compartido, el lineamiento del core del negocio, la zona de influencia y una política clara de voluntariado corporativo.
Finalmente, Alfredo Estrada, director de Responde Ulima, se dirigió a los voluntarios para animarlos a compartir sus experiencias, además de congregar a más estudiantes a las próximas escuelas de voluntarios.