Universidad de Lima

Innovar no es un acto de magia, ni un golpe de suerte. Conlleva un proceso en el que podemos determinar pasos concretos. Incluso cuando postulamos a un financiamiento, debemos señalar en qué fase se encuentra el proyecto de innovación, considerando el esquema conocido como technology readiness level (TRL).

Figura 1
Fases de ‘technology readiness level’ (TRL)

Fuente: Colciencias, 2016.

El TRL representa niveles de desarrollo del proyecto, desde la conceptualización de la idea hasta la comercialización. Tiene cierta similitud con design thinking (figura 2), pues ambos incluyen las fases de definición, prototipo y validación. El TRL exime de la empatía, pero finalmente son métodos que nos permiten ver la existencia de un proceso.

Figura 2
Fases de ‘design thinking’

Fuente: Design Thinking: una primera aproximación al concepto, s. f.

Si tomamos esta orientación de la innovación como proceso, es positivo, pues nos da la esperanza de que todos podemos innovar. Sin embargo, actualmente necesitamos innovaciones ágiles en las que no partamos de cero. Retomando el TRL, hemos visto a lo largo de la historia que las ideas de algunos inventores han sido potenciadas por otros, como probablemente haya sido el caso de Facebook, en el que se ha discutido que la idea fue desarrollada por los hermanos Winklevoss, pero Mark Zuckerberg la perfeccionó, y además debemos considerar que incluso ya existían otras plataformas con la tecnología base, pero les hizo falta el toque final.

Por otro lado, no todas las invenciones llegan al punto de operatividad en entornos probados o comercializados. En las universidades y centros de investigación, las patentes pueden quedarse “guardadas en el cajón”; lograron novedad, pero por causas diversas no se comercializan.

Cabe mencionar que el TRL se enfoca en tecnología, pero innovación y tecnología no son sinónimos; se puede innovar manteniendo la tecnología existente y cambiando únicamente patrones del modelo de negocio. Por poner un ejemplo, podemos decir que Netflix tiene el desarrollo tecnológico destreaming y lo tiene patentado, pero Disney+ innovó con networking más fuerte, con los canales exclusivos de deportes, etcétera, además de que cambió el modelo de negocio otorgando acceso a más dispositivos para conexión que otras plataformas, lo cual hace que sus clientes se sientan en mayor libertad y sin elementos que les generen frustración.

Ahora hagamos una analogía sencilla con un equipo de fútbol. Si tenemos la idea de armar un equipo, no podemos ser defensas, porteros y árbitros a la vez. Debemos identificar nuestro rol y armar equipo para tener el mejor talento en cada posición. Tomemos bases ya construidas, talento existente, y generemos innovación en acompañamiento de aquellos que nos complementan.

Elon Musk, con la empresa SpaceX, es el claro ejemplo de innovación sobre lo ya existente: se apoya en patentes desarrolladas por la NASA, las perfecciona y crea productos y servicios para venderlos a la propia NASA.

Los ejemplos nos llevan a considerar que, para innovar, no necesitamos necesariamente un cambio tecnológico, ni tampoco partir desde la base científica o invertir años de I+D (investigación y desarrollo). Podemos ser ágiles y adoptar la innovación con elementos existentes sin aferrarnos a la idea de desarrollar todo con una sola persona u organización. Innovar involucra acompañamiento, complementar para avanzar más rápido, crear redes para no partir de cero, aceptar que no tenemos el conocimiento absoluto y que necesitamos ser más ágiles, potenciándonos en esquemas de interdependencia.

Referencias

Colciencias. (2016). Documento de Política Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación n.° 1602: Actores del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación.

Design Thinking: una primera aproximación al concepto. (s. f.). Blog de Business ADN. https://www.businessadn.com/blog/design-thinking-concepto/