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Agroindustria con tecnología
Después de una exitosa carrera en el mundo de la tecnología, en empresas como IBM y Synopsis, Mariella Freire decidió darle un giro a su futuro profesional para dedicarse a un interesante proyecto de agroindustria que beneficiará a los agricultores de la sierra. Ella se siente doblemente contenta, pues retoma el gran interés que desarrolló por la agroindustria mientras estudiaba Ingeniería Industrial en la Universidad de Lima y porque ayudará a muchas personas a mejorar su calidad de vida.
Has trabajado 14 años en IBM, ¿qué roles has asumido a lo largo de ese tiempo?
Sí, he trabajado 14 años en total en IBM, pero en dos etapas, siete años cada vez. Terminé la Universidad en marzo de 1989 y en junio de ese año entré a trabajar a IBM. Pasé por una etapa de capacitación en Ingeniería de Sistemas, junto con otras personas, y luego de seis meses comencé a asumir diversos roles. Estuve en Soporte en Software, Consultoría, Reingeniería de Procesos, Gerencia de Proyectos. Mi último rol fue comercial, era representante de Ventas del sector financiero. La versatilidad que me da haber estudiado Ingeniería Industrial en la Universidad de Lima me permitió tener esta diversidad de roles.
¿Por qué te retiraste la primera vez?
En ese momento, mis tres hijos eran chicos y yo necesitaba un poco más de flexibilidad en el horario para dedicarle tiempo a la familia, así que renuncié. Al poco tiempo, me contactaron de Synopsis, empresa que desarrolla software a la medida, para trabajar a medio tiempo como gerente comercial. Acepté encantada, porque era justo lo que yo necesitaba. La empresa tenía un perfil muy técnico, no tenía área comercial, así que me tocó desarrollarla. Como resultado, logramos triplicar las ventas. Fue una buena experiencia. Synopsis fue un gran reto para mí porque yo venía de una empresa muy estructurada, donde todo está definido, y de pronto ingresé a una empresa pequeña, local, en la que hay mucho por construir. Durante los siete años que estuve ahí, mis hijos crecieron, así que me pareció que era hora de estudiar un MBA para actualizarme y comenzar a trabajar en horario completo. Hice el MBA en la Universidad Adolfo Ibáñez de Chile y después regresé a IBM, donde estuve otros siete años, hasta junio de este año. En esta segunda etapa en la empresa, fui gerente de Marketing, Comunicaciones y Responsabilidad Social, gerente comercial y, finalmente, gerente de Operaciones para Bolivia, Ecuador y Perú.
Ahora has dado un giro en tu carrera, ¿a qué se debió el cambio?
En los últimos cuatro meses estuve redefiniendo mi objetivo profesional y, aprovechando mi conocimiento en tecnología y mi interés profundo en la sostenibilidad, decidí acercarme al sector agroindustrial. Ese es un antiguo interés mío. Cuando terminé mis estudios universitarios, la agroindustria se iniciaba como un boom en el Perú. Hice mi tesis de bachiller sobre la disposición de una planta procesadora de espárragos, y esa planta se implementó en 1992; pero mi carrera profesional tomó el rumbo de la tecnología en IBM, que era otro de mis intereses, sin duda. Cuando ingresé a la Universidad de Lima, todavía no se había implementado la Carrera de Ingeniería de Sistemas, pero me formé en sistemas en IBM a través de la capacitación y el ejercicio profesional. El hecho es que ahora se volvió a despertar mi interés por la agroindustria y puedo combinar el tema con mis conocimientos en tecnología en un proyecto de agroindustria social muy interesante, cuyo centro de gravedad está en Ayacucho.
¿De qué se trata tu nueva actividad profesional?
Voy a ser la directora ejecutiva de una asociación que estoy por constituir con el Grupo Rocío, que busca recaudar fondos no reembolsables para realizar actividades de certificación y capacitación técnica, así como permitir a los pequeños agricultores de la sierra acceder a mejores condiciones financieras, pues no tienen acceso a los mercados. Me llama muchísimo la atención porque puedo aportar en el desarrollo del pequeño agroindustrial de la sierra de nuestro país.
Te estás alejando del mundo de la tecnología.
Eso podría parecer, pero la verdad es que voy a estar más cerca que nunca de la tecnología. Voy a usarla porque queremos darles una identidad digital a los pequeños agricultores de la sierra, de manera que los mercados del exterior puedan identificarlos a través de internet, puedan saber quiénes son, qué tipo de productos venden, cuál es su historia comercial, etcétera. Para tener acceso a esos mercados, van a usar la tecnología, así que voy a aprovechar muchísimo mi conocimiento en tecnología. Además, estoy desarrollando mi interés en el campo de la sostenibilidad.
¿Dónde vas a realizar este trabajo?
El foco está en la sierra. La próxima semana o la subsiguiente debo estar en Ayacucho. Estamos empezando a trabajar en el tema de paltas, aunque esta no es época de cosecha, pero quiero conocer la planta y a los agricultores. Algunos están en Ayacucho, Huancavelica, Abancay.
¿Te sientes satisfecha con tus decisiones profesionales y con este nuevo proyecto?
Sí, me siento satisfecha y muy motivada con mi nuevo proyecto, tanto en lo personal como en lo profesional, porque voy a desarrollarme en algo nuevo que me interesa mucho y porque, desde mi posición, voy a contribuir a mejorar las condiciones de los agricultores de la sierra. Por otro lado, tengo una familia unida, feliz; tengo dos hijos ingenieros industriales que se formaron en la Universidad de Lima, al igual que yo. Mi hija mayor es arquitecta. Me parece que he conseguido cosas valiosas con mi esfuerzo y ahora quisiera devolver ese bienestar que he construido a través de mi incorporación en este grupo, que tiene gran interés por desarrollar a los agricultores de la sierra.
¿Qué recuerdos guardas de la Universidad de Lima?
Para mí, la Universidad de Lima marcó mi futuro y estoy muy agradecida por el acceso que me dio al conocimiento. Pienso que IBM veía en mí a una persona muy versátil, estructurada y disciplinada, y fue la Universidad de Lima, con su exigencia, que me llevó a desarrollar tales características en gran medida, a ser muy versátil, de mente abierta, con ganas de estudiar y aprender. También me dio grandes amigos. Tengo un grupo lindo de amigos, varios fuimos compañeros de trabajo en IBM, mientras que algunos tomaron otros rumbos.