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Una carrera entregada al diseño y a la música
Sus habilidades como diseñador llevaron a Kenji Igei a abrir la agencia de comunicación y diseño Tres Puntos Creativos, al lado de su esposa Andrea Cueva. Los principales servicios que ofrecen son de branding, diseño para redes, diseño editorial, diseño y programación.
Kenji es comunicador por la Universidad de Lima. Es conocido en la comunidad nikkei del Perú por la carrera musical que ha forjado, pues la ha vinculado con sus raíces japonesas. Ha escrito canciones sobre la identidad nikkei y ha tocado en Okinawa, distrito al que pertenece su abuelo.
¿Cómo empezaste con tu agencia de comunicación y diseño?
En cuanto salí de la Universidad, en el 2014, me dediqué a trabajar como freelancer en diseño. Formé mi empresa de comunicación y diseño junto con mi esposa, Andrea Cueva. Al principio ella se encargaba de los temas de estrategia de comunicación y la parte organizativa; yo, de la parte gráfica, fotografía y todo lo visual. Ahora ya somos 12 personas en la empresa y abarcamos diferentes áreas. Lo principal es diseño, branding, diseño para redes, diseño editorial, diseño y programación web. Trabajamos temas audiovisuales, fotografía, animaciones, estrategias de comunicación detrás de las redes sociales y toda la planificación que eso involucra. También tenemos un área de música. Yo soy músico y tenemos dos personas que nos ayudan en esta área. A veces nos piden jingles para publicidad o alguna otra temática.
¿Cómo es el proceso de conversar con los clientes, captar sus ideas y plantearles una propuesta?
Andrea y yo tenemos práctica en detectar la necesidad y en captar la esencia del cliente. El primer paso, de hecho, consiste en ahondar en esos aspectos. Tenemos una primera reunión y, a partir de ahí, vamos profundizando en sus aspiraciones, sus deseos respecto al proyecto, sea de comunicaciones o de diseño. Luego lo plasmamos en algo concreto. Hay clientes que tienen una idea fija en la mente, pero les cuesta transmitirla y eso puede demorar un poco el proceso. Pero la idea es no soltar un trabajo hasta que el cliente diga “esto me gusta, esto es lo que quería”.
¿Qué quisieran lograr con la empresa?
Quisiéramos crecer para poderle dar cabida a más diseñadores y comunicadores, para que tengan un lugar donde desarrollarse. Algo que nos caracteriza es que trabajamos como una familia, somos muy cercanos y nos gusta que las personas se sientan a gusto trabajando con nosotros.
¿Qué proyectos has hecho que te han gustado mucho?
Con Casa Andina, por ejemplo, hemos trabajado la comunicación interna; les preparamos un manual que comparten con sus empleados. Nos gusta mucho contribuir a fortalecer las marcas con sentido, con ideales, que crecen y ayudan a los demás; nos gusta ayudarles a encontrar su diferencial. Otro trabajo que recuerdo con mucho cariño es un logo que hice por los 120 años de la inmigración japonesa. Me tocó mucho, porque es parte de mi historia y pude aportar algo a un evento tan importante que sucedió aquí. Además, el logo se hizo muy conocido. En el Centro Cultural Peruano Japonés lo imprimieron en formato gigante. Fue muy bonito ver mi trabajo a ese nivel. Ese año de la celebración tuve la oportunidad de ir a Japón y me llevé una gran sorpresa cuando encontré el logo allí también; hasta me regalaron un polo con el logo. Eso me movió mucho.
¿Qué es para ti ser descendiente de japoneses?
Para mí es muy importante ser parte de una cultura que tiene valores que permiten que una sociedad sea bastante respetuosa e íntegra. La sociedad japonesa se preocupa mucho por los demás, y eso es algo que he aprendido y que ha marcado mi forma de tratar a las personas. Aunque no haya nacido en Japón ni me hayan criado allá, he recibido de mis padres y abuelos valores que quiero conservar siempre: honestidad, laboriosidad, trabajo en equipo, respeto por los demás. Y eso es lo que comparto con las personas que me rodean.
Comentaste que tienes un área de música en la empresa, ¿qué servicios musicales brindas?
Las empresas requieren a veces composiciones para eventos especiales. Por ejemplo, hace años hicimos un jingle para un candidato político; con otro cliente trabajamos una canción para su marca personal y le hicimos su video; incluso desde Estados Unidos una novia nos pidió una canción para sorprender a su novio, pues quería tener la historia de ellos en una canción. Otra canción que escribí fue sobre la identidad nikkei, el hecho de ser descendiente de japoneses y vivir fuera de Japón. En el 2019, cuando se celebraron los 120 años de la inmigración japonesa al Perú, hubo un concurso en el cual participé. Me inspiré en esta canción para hacer el logo y gané. Desde hace dos o tres años tengo un contrato con una disquera japonesa, ya que tengo algunos temas relacionados con mis raíces japonesas. Siempre he sido un amante de la música: me gusta cantar y escribir canciones; también toco guitarra.
¿Alguna vez tuviste una banda?
El primer grupo musical que tuve fue Equación Sin Fin; hacíamos música católica. Grabamos un disco en 2013 o 2014, y en 2015 me fui a Japón gracias a una beca cultural de tres o cuatro meses que otorga el distrito de donde es mi abuelo, Okinawa. Yo postulé a la beca para conocer de más cerca mis raíces y tuve una experiencia muy bonita. Así me inspiré para escribir una canción en la lengua de Okinawa. A partir de ahí quise escribir canciones acerca de mis orígenes. La canción la compartí en un evento y me invitaron a que esta canción sea el himno de un encuentro internacional que iba a haber al año siguiente. Fue bonita la experiencia y pude ir a cantar allá. Más adelante, en 2019, me invitaron para hacer un concierto en Okinawa, el Kenji Dan Concert.
¿Cómo fue el concierto?
Fue bonito porque me armaron una banda. En Japón también viven varios latinos, así que hubo gente latina, incluyendo peruanos; cantamos canciones en español y en japonés. La gente me preguntaba dónde podía comprar mi disco, pero yo no tenía nada grabado. Se lo comenté a un amigo que trabajaba en la Cooperativa Abaco y esta empresa me ayudó a hacer el disco realidad. Ellos tenían contactos con empresas japonesas y una de ellas se animó a invertir. Una de las ramas de esa empresa era, precisamente, ser una disquera. El disco fue lanzado el 2019 en Perú y el 2020 en Japón. Justo antes de la pandemia estuve a punto de hacer una gira por allá, pero ya no se pudo. Hemos hecho discos en físico y las canciones también están en las plataformas digitales.
Por último, ¿cómo te fue en tu época de estudiante en la Universidad de Lima?
Yo amo mi Carrera y le agradezco a la Universidad porque me permitió conocer diferentes disciplinas dentro de las comunicaciones. Llevé todo tipo de cursos de todo: de diseño, de fotografía, de audiovisuales, de comunicación interna, etcétera. Más allá de los cursos obligatorios, siempre me gustó llevar cursos electivos diferentes. Eso me dio una visión bastante amplia de la comunicación y pude adquirir muchas herramientas. Eso me permite ofrecer varios servicios a mis clientes.