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El placer de experimentar en arquitectura
Tamara Flores terminó de estudiar Arquitectura en la Universidad de Lima en el año 2017. Desde entonces ha tenido diversas experiencias laborales, como el trabajo en interiorismo, la docencia y la experimentación con energías renovables. Actualmente trabaja en una inmobiliaria.
La posibilidad de desempeñarse en ámbitos tan diferentes es lo que más le gusta de su carrera. Por eso a los estudiantes de Arquitectura les aconseja probar todas las oportunidades que se les presenten y nunca dejar de aprender.
¿De qué te ocupas como jefa de proyecto en la inmobiliaria Madison?
Esta inmobiliaria apunta a hacer edificios de lujo para los sectores socioeconómicos A y B. Llevamos a cabo un trato muy personalizado con los clientes, muchos de ellos llevan a sus propios decoradores y quieren realizar cambios en los materiales. Como jefa de proyecto, coordino todos esos temas con ellos. Trabajo de la mano con una asesora de acabados. Cada cliente debe aprobar la arquitectura y los acabados, así que me reúno con ellos en distintas etapas del proyecto. A veces solicitan modificaciones en la instalación del aire acondicionado, de los enchufes eléctricos, los acabados, etcétera. Yo procuro satisfacer las necesidades e inquietudes de los clientes, por supuesto, dentro del presupuesto asignado. Es fácil ofrecerles esas facilidades en este momento, pues la obra todavía no ha empezado, arranca en febrero. La idea es que para ese entonces todos los planos estén correctos y que se llegue con la mínima cantidad de cambios hacia el final.
¿De qué te ocuparás cuando comience la obra?
Si bien ahora mi trabajo consiste en tratar con clientes, más adelante me dedicaré a la supervisión de la obra, a verificar que todo lo que los clientes y yo hemos definido se lleve a cabo.
¿Por ahora trabajas en casa?
Así es, por ahora estamos trabajando de manera remota. Pero tenemos una oficina en Miguel Dasso, San Isidro, donde podemos reunirnos con los clientes para definir todo lo que necesiten.
¿Cuál es tu experiencia laboral previa?
Si retrocedemos hasta mis prácticas preprofesionales, mi historia empezó con una investigación en el Instituto de Investigación Científica (IDIC) con Michelle Llona y Alejandra Acevedo. Participé en el catálogo de la arquitectura del movimiento moderno en el Perú. Luego trabajé en un estudio con la arquitecta Beatriz Pestana. También me he desempeñado como jefa de prácticas en la Universidad de Lima; estuve dos años y medio, que es el plazo máximo que se permite trabajar como jefe de práctica. Me gustó mucho esa experiencia, así que, en parte, con el fin de ser docente más adelante, hice una maestría en la Universidad de Barcelona, en España.
¿De qué se trató la maestría que hiciste?
El tema era Planificación Territorial y Gestión Ambiental, fue muy interesante. Tuve la oportunidad de realizar unas prácticas allá, por medio de la maestría, en una empresa llamada Ofitec, que ofrece soluciones y lleva a cabo proyectos con energías renovables. Me alejé un tanto de los temas de la arquitectura y me adentré un poco en los de ingeniería, lo cual fue muy interesante también. Aprendí mucho al enfrentarme a esas tecnologías y ver cómo funcionaban. Al terminar, este año, regresé al Perú y pensé trabajar como independiente, porque ya he tenido algunos clientes en temas de interiorismo y porque, incluso estando en Barcelona, me llamaban para hacer algunos trabajos en el Perú. Pero se presentó la oportunidad de trabajar en Madison y acepté.
¿Qué piensas que puedes aprender en este nuevo trabajo?
Mi jefa me está entrenando en toda la parte corporativa, que yo desconozco, pero estoy aprendiendo. Me siento muy contenta de estar aquí y de aprender cosas nuevas.
¿Qué te gustaría realizar más adelante?
No podría decirlo por ahora. En este momento me encuentro en una inmobiliaria y considero que eso era lo que me faltaba para considerarme una arquitecta completa. Pero, en realidad, recién estoy empezando y experimentando. Pienso que me falta descubrir más rutas.
¿Qué aconsejarías a los alumnos de Arquitectura?
La Carrera de Arquitectura nos da todas las herramientas para llegar al mundo laboral, y, una vez ahí, no dejas de aprender. Hay que seguir probando y experimentando, estar abiertos a nuevas oportunidades. Por eso valoro mucho también un consejo que me dieron en el IDIC y que me gustó mucho: debemos prepararnos para experimentar y no dejar de aprender. La experiencia es lo que más nos hace aprender.
¿Cómo influyó la educación que recibiste en la Universidad de Lima en tu desempeño laboral?
La Carrera de Arquitectura es muy amplia, me ha permitido trabajar en diversas áreas, lo cual me ha servido bastante. Los arquitectos somos multifacéticos, hoy podemos diseñar una cocina y mañana una ciudad. Ya he tenido experiencia en la docencia, como arquitecta independiente en interiorismo, en temas de ingeniería y ahora en una inmobiliaria. Más adelante me podría tocar hacer algo nuevo y lo haré con gusto y con ganas de aprender. La Carrera me ha dado la flexibilidad necesaria para desempeñarme en diferentes lugares. Lo que no sé, lo aprendo. Esa seguridad me la han dado la Carrera y los profesores, a partir de lo que nos contaban de sus experiencias profesionales. Por otro lado, recuerdo que la Ulima me dio la oportunidad de ir al CADE Universitario, una gran oportunidad para mí. Agradezco el que confiaran en mí para darme esa responsabilidad. Sin duda, la experiencia fue muy motivadora.