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Alumna Ulima publica su primer poemario
Después de algunos años de escribir en silencio, en su celular y en una cuenta de Instagram a la cual accedían solo tres amigos, Guadalupe García ha decidido publicar su primer poemario: Parto contemporáneo.
Guadalupe estudia Comunicación en la Universidad de Lima. Le gusta la fotografía, tiene a Blanca Varela como uno de sus referentes en la poesía y está feliz de que su libro salga a la luz, finalmente, en versión digital.
¿Cómo te animaste a publicar este poemario?
La idea de trabajar el poemario, como tal, surgió en el 2018. Yo venía escribiendo poemas con cierta continuidad desde el 2016. En el 2018 llevé el curso de Expresión Escrita con Jorge Eslava y un día me atreví a mostrarle unos poemas y a pedirle su opinión. Yo era bastante reservada con lo que escribía y antes solo había compartido mis poemas con unos cuantos amigos. Jorge me dio un feedback bastante interesante, positivo y alentador. Así fue que empecé a trabajar con el objetivo de reunir un poemario. Tenía muchísimos poemas que había escrito en el celular, así que en el 2018 me puse a ordenarlos y a escribir otros más, con la idea de publicar este poemario, Parto contemporáneo. Lo terminé a inicios del 2019. Lo dejé reposando y este año me puse en contacto con editoriales independientes y resultó que tuvo buena acogida. Las cosas se alinearon bastante bien, fue muy grato para mí.
El libro se publica en digital, ¿verdad?
Sí, Alastor Editores me propuso publicarlo en versión digital. En un primer momento, la idea era sacar un impreso, pero ante la propuesta de hacerlo en esta modalidad, acepté. Estoy muy agradecida con el resultado. La presentación será el sábado 5 de septiembre, a las ocho de la noche, en la página de Facebook de Alastor Editores.
¿Cuál es el tema que hilvana los poemas que has reunido?
El poemario tiene cinco secciones de seis poemas cada una. Los he reunido bajo la idea del parto. Considero que tengo una mente muy gráfica a veces y concebía estos poemas como una transición bastante visceral. Me gusta plasmar esa idea, de una manera un poco tosca, quizás incómoda, pero ese fue mi sentir en una época. Mi forma de trabajar era bastante introspectiva, pero finalmente llegué a dar a luz, como una forma de liberarme de una etapa o de ciertos enredos personales. Eso es lo que plasmo en este trabajo. Considero que es un poco agrio lo que he escrito. Lo que me han dicho es que se siente una potencia tajante. Los poemas no son muy largos, muchos son un tanto breves, pero te llevan a una sensación de impacto. Eso me parece interesante; bastante sensorial, me han dicho.
¿Por qué elegiste este género?
Creo que no fue una elección mía, no fue algo planeado. Se dio de manera intuitiva. Simplemente, empecé a escribir y salió en este formato. Me identifico mucho con una frase de un autor, aunque ahora mismo no recuerdo cuál es, que decía: “La poesía te elige a ti, tú no la eliges a ella”.
¿Qué sentiste al ver tus primeros poemas publicados?
Fue muy grato para mí, no lo podía creer. El año pasado publiqué unos poemas en la revista Lienzo de la Universidad de Lima. Recuerdo ese momento como de los más gratos en mi vida. Sin duda, publicar es una satisfacción muy grande, te acompaña la sensación de haber logrado algo… lo digo con mucha humildad y siendo consciente de todo el trabajo que me tomó, porque yo era bastante reservada.
¿Cómo venciste el temor o el deseo de no verte expuesta a través de tu obra?
Fue poco a poco, no me gustaba la idea de publicar. En algún momento creé una cuenta en Instagram para publicar mis poemas, pero solamente con tres amigos, no quería que nadie viese lo que escribía. Conforme ha pasado el tiempo, he ido perdiendo un poco ese miedo a exponerme, a dar a la luz un poco de mi vulnerabilidad. Finalmente, concibo el arte como un compartir, así que lo he ido superando, sobre todo porque hay personas que se emocionan de diferentes formas con lo que uno hace, y ahora me parece genial.
¿Escribes desde chica?
Sí, escribía historias de chica. En el colegio me mandaban a escribir cuentos cortos y participaba en los juegos florales. Tengo un recuerdo muy bonito de mi niñez y la poesía, pues en tercero de primaria escribí mi primer poema junto con mi mamá, para una tarea del colegio. Yo estudié la primaria en el Colegio Regina Pacis, ahí nos hacían declamar de pequeños. La cuestión es que en tercero de primaria me mandaron a recitar un poema, pero no encontré uno de mi agrado, así que mi mamá me propuso hacer uno entre las dos. Nos pusimos a leer historias y escribimos, fue genial. Creo que ahí nació cierta motivación, un poco conducida por mi mamá. Por otro lado, hace poco me pasó una cosa curiosa. Estuve leyendo un diario que escribía de niña y encontré, en un pedacito de hoja, la frase: “Me gustaría ser escritora de grande”. Me pareció increíble, no me acordaba de eso. Pero supongo que es una motivación que llevo desde pequeña.
¿Qué autores te gustan?
Bueno, uno de los gatillos que hizo que empezara a escribir fue haber leído a Blanca Varela. Es un gran referente para mí, me gusta muchísimo su trabajo. También me gusta el trabajo de Jorge Eduardo Eielson. No he leído suficiente de César Vallejo, pero lo que he leído de él me ha gustado mucho, sobre todo por esa fuerza que tiene. En cuentos, me gusta mucho Julio Cortázar. Esos son mis referentes más marcados.
¿Qué especialidad piensas seguir en Comunicación?
Estoy cerrando cursos de sexto y de séptimo ciclo. Me interesa la comunicación para el desarrollo, pero también me estoy interesando en la parte audiovisual, me llama mucho la atención la fotografía. Me gusta bastante la carrera, justamente por las múltiples posibilidades que ofrece de combinar diferentes áreas, ir de lo artístico a lo empresarial. Eso me gusta mucho de la Universidad.