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El reto de posicionar una farmacéutica
A Mayte Herrera la contrataron en Merck para crear el área de Comunicaciones, en el 2018. Desde ahí tiene la responsabilidad de organizar las comunicaciones internas y externas, y el branding. También gestiona la comunicación relativa al clima laboral y a Recursos Humanos.
El trabajo de Mayte, en coordinación con otras áreas, ha permitido que Merck Perú gane el premio interno de este grupo: Brand Champion. Ella estudió Comunicación en la Universidad de Lima.
¿Cómo recuerdas tus inicios en Merck?
Fue todo un reto para mí, porque tuve que crear el área desde cero. Fue muy satisfactorio también. Al inicio me propuse conocer cómo se había iniciado la compañía y cómo era su trayectoria de 352 años. Tuve reuniones con cada una de las gerencias para adaptarme a su forma de trabajar y diseñé estrategias para cada área. Recuerdo que pasé una mañana con una persona de la fuerza de ventas, que se encargaba del relacionamiento con hospitales. Fue muy interesante la experiencia, me emocionó mucho conocer cómo se lleva la información de la compañía a los clientes principales del sector farmacéutico.
¿Cuál de tus logros te ha hecho sentir especialmente orgullosa?
El hecho de haber ganado, como Merck Perú, el concurso que organiza Merck a nivel global, desde hace 3 años, Brand Champion. Participan todos los países con lo mejor que han hecho en branding de imagen corporativa. Todo lo que debíamos hacer era subir nuestros trabajos a un blog en intranet. Más que nada, yo quería que Merck Perú tuviera una buena imagen frente al resto de países, pues estamos presentes en 66 países. Quería que Perú fuera visto por el resto de países, que son más potentes, y resultó que nosotros ganamos el concurso, que terminó en febrero de este año. Las evaluaciones duran un año exactamente. Tuve una dura batalla con Brasil, que tenía grandes iniciativas, pero felizmente nosotros ganamos.
¿Qué cosas has hecho que te han permitido ganar este certamen?
La compañía cambió totalmente su imagen, antes tenía una imagen muy sobria, parecía una farmacéutica antigua. En el 2015 cambiamos completamente la imagen. La volvimos más vibrante y llamativa, lo cual refleja precisamente lo que es la ciencia y la tecnología. Trabajamos en el logotipo, los gráficos, el símbolo de la compañía y los colores corporativos. Hemos adaptado todos los colores y las líneas gráficas en general a cada una de las actividades que se llevan a cabo en la compañía, como murales, actividades internas, eventos de integración, reuniones, capacitaciones de marca, etcétera.
Todo eso habrá demandado bastante esfuerzo de tu parte y de todo un equipo de personas.
Bastante esfuerzo, sí. Es un logro respecto al posicionamiento de la marca y es un trabajo en conjunto de todas las áreas.
¿En qué proyecto trabajas actualmente?
Actualmente, tengo el propósito de posicionar a Merck en el pensamiento del colectivo. Si bien la marca tiene 352 años de existencia, su posicionamiento no es el óptimo. El público debe saber quiénes somos. En nuestro canal de comunicación externa, LinkedIn, transmitimos las actividades, además trabajamos con una agencia de relaciones públicas. Inclusive buscamos que la gerente general, Vanessa Vértiz, ofrezca declaraciones en el sector, acerca de la coyuntura. Su posicionamiento como gerente general también nos ayuda a mejorar la imagen de la compañía.
¿Dónde trabajaste antes de Merck?
Estuve tres años en Fénix, una termoeléctrica. Tiene una oficina administrativa en Lima y la planta termoeléctrica se encuentra en Chilca. Yo me ocupaba de la comunicación corporativa y trabajaba de la mano con el área de Responsabilidad Social. Dicho sea de paso, el trabajo en Responsabilidad Social era muy vasto. Extraíamos agua de mar de Chilca, se generaba energía y una parte de esa agua de mar se convertía en agua potable y se distribuía gratuitamente entre la población. Esas personas habían vivido muchos años sin agua, así que eso les benefició muchísimo y llevó a Fénix a posicionarse como una empresa altamente responsable. Fue muy bonito el trabajo ahí, pudimos ganar el Premio de Perú 2021 de Empresa Socialmente Responsable. Yo me encargué de generar la postulación de Fénix, que hasta la fecha ha sabido mantener esa certificación. Eso es muy gratificante.
¿Ese fue tu primer trabajo?
No, antes trabajé en la compañía pesquera Hayduk. Entre mis funciones estaban la comunicación, el clima y la cultura. Hayduk tenía siete plantas en la costa. Yo realizaba actividades internas de comunicación de toda la información a los trabajadores. Ahí estuve pocos meses. Antes pasé un año y medio en una agencia de relaciones públicas, Métrica. Tenía cerca de treinta cuentas y manejábamos las relaciones públicas de esas empresas. Trabajé con ellos las cuentas de Nestlé, Interbank y Procter & Gamble. Me sirvió para forjarme como profesional. Tuve mucho contacto con medios, me gustó bastante esa experiencia.
¿Qué te pareció estudiar en la Universidad de Lima?
Me pareció excelente. La Universidad de Lima es mi alma mater. El tiempo que estuve en la Facultad de Comunicación fue genial. Pude hacer amigos que mantengo hasta la fecha, conocí a grandes profesores, exigentes y muy buenos, que me brindaron información que me servirá para toda la vida. Lo que aprendí de mis profesores hasta ahora lo aplico en mi trabajo. La Ulima es una excelente universidad y yo siempre quise estudiar aquí, desde adolescente. Durante el colegio estuve siempre en el tercio superior, así que tuve ingreso directo.