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Del mundo de las comunicaciones a la industria farmacéutica
La vida profesional le ha enseñado a Vanessa Vértiz a valorar el aporte de las personas y la necesidad de colocarlas en el lugar y en el momento apropiados para que sean más productivas y se desenvuelvan con más satisfacción. Ella estudió Comunicación en la Universidad de Lima, trabajó en Merck Sharp & Dohme por catorce años, y desde hace tres años está en Merck, donde se desempeña como managing director.
¿De qué temas te encargas como managing director en Merck?
Desde hace año y medio ocupo esta posición y la de gerente general del área de Salud Humana. Tengo a mi cargo las ventas, los gastos y el manejo de toda la estructura para que esto ocurra. Una de mis prioridades es asegurarme de tener a las personas en las posiciones correctas, para lo cual cuento con indicadores claros de desempeño. Me encargo de desarrollarlos cuando hace falta y de conciliar ideas con el equipo que me reporta, para que todas las indicaciones y lineamientos bajen en cascada. También estoy a cargo de establecer los objetivos e indicadores de ventas y asegurar la rentabilidad, controlando los gastos y asegurándome de que la inversión se realice en proyectos que nos generen retorno sobre la inversión.
Como compañía de la industria farmacéutica, el tema de la precisión debe ser muy importante.
Sin duda. Esta es una industria regulada, tenemos controles de las agencias regulatorias para conseguir aprobaciones y registros sanitarios de los productos para comercializarlos en el país. Hay controles de buenas prácticas de manufactura, de almacenamiento, de distribución, y debemos cumplir bien con todo. El tema de medicamentos es muy delicado y lo asumimos con total responsabilidad, porque trabajamos con la salud de las personas.
¿Cuántos años tiene esta compañía?
Este año cumplimos 352 años en el mundo y 58 en el Perú. Ese legado histórico es muy importante, porque nos habla de una empresa seria, que se ha mantenido tantos años porque hace las cosas bien y busca renovarse permanentemente para seguir creciendo y consolidarse como una empresa de ciencia y tecnología. Realizamos una gran inversión en investigación y desarrollo. Merck busca soluciones para mejorar la salud y la vida de las personas.
¿A qué temas les das mucha importancia en tu rol actual?
Muchas veces, los gerentes generales estamos tan enfocados en el resultado y en el siguiente objetivo que dejamos de ver cómo estamos y de comunicar a todo el personal la estrategia de la compañía. Se necesitan muchas herramientas de comunicación para conseguirlo y yo considero que haber pasado por el área de comunicaciones me ayudó mucho en ese sentido.
¿Cómo te sientes en estos tres años, qué crees que has aprendido en este tiempo?
Es retador pasar a asumir el control de toda la organización, sobre todo cuando trabajas en una corporación grande. En este tiempo he aprendido a tener mucha disciplina, basada en tener clara la estrategia y el foco en las cosas más importantes, no únicamente en las urgentes. En este sentido, la visión de largo plazo es clave, como lo es pensar en qué nos debemos enfocar para garantizar el resultado hoy y a futuro.
¿Qué acción has emprendido que consideras muy importante en Merck?
Trabajar con el equipo de liderazgo de la compañía en un planeamiento estratégico a tres años. Es necesario hacer un alto para ver hacia dónde vamos y qué debemos hacer para llegar a donde queremos. En estos tres años hemos trabajado mucho en eso. También en asegurarnos de que la gente tenga las capacidades correctas y desarrollar el talento para lograr los resultados que necesitamos.
Vienes de trabajar en otra compañía farmacéutica, ¿verdad?
Sí, he trabajado catorce años en Merck Sharp & Dohme, que en un momento fue una sola con Merck. Merck Sharp & Dohme se fundó después de la Primera Guerra Mundial, cuando se rompieron relaciones con Estados Unidos, porque ese país expropió la subsidiaria de Merck en Estados Unidos y Alemania perdió ese negocio, entonces fundó otra compañía llamada simplemente Merck. Ambas son compañías farmacéuticas muy buenas, tienen un compromiso ético muy sólido y están orientadas a la innovación.
¿Qué funciones llegaste a cumplir en la anterior farmacéutica donde trabajaste?
Cubrí distintas funciones. Entré al área de comunicaciones y luego pasé al área de negocios, marketing primero y después a las áreas más comerciales. En mis últimos años ahí y en los primeros aquí, me dediqué al tema de accesos y precios. En salud e innovación hay un objetivo muy importante: conseguir que los productos estén en los formularios y petitorios de las instituciones públicas y privadas. Es necesario sustentar que el valor de la innovación de un nuevo producto es innovador para que sea reembolsado por los seguros públicos y privados. Fue exactamente a eso a lo que me dediqué antes de salir de la compañía anterior y al ingresar a Merck.
¿Qué otros roles desempeñaste allá?
Asumí distintos roles. Fui gerente de Producto, directora de la Unidad de Negocios de los Especializados, manejé el área de Comunicaciones, que abarcaba relaciones públicas, comunicaciones externas, relaciones institucionales con las asociaciones con las que se relacionaba la empresa y comunicaciones internas también.
¿Dónde trabajaste antes de Merck Sharp & Dohme?
Trabajé ocho años en IBM. Los primeros seis como coordinadora de Comunicaciones en el área de Marketing. Fue muy interesante, porque era un perfil nuevo en la compañía. En ese entonces, la persona encargada de Marketing era un ingeniero de sistemas, se ocupaba de brand planning e investigación de mercados; a mí me contrató para ver temas de comunicaciones. Trabajé en un entorno donde la mayoría eran ingenieros de sistemas, así que yo aportaba mi propio background.
¿Qué proyectos desarrollaste?
Hicimos cosas muy interesantes, que no se habían hecho antes. El cargo incluía publicidad, organizábamos megaeventos y desarrollamos el área de Direct Marketing, para las ventas directas. Luego fui gerente de Producto de las portátiles. Siempre tenía la inquietud de aprender cosas nuevas y hacer algo distinto, así que me dieron la oportunidad y debo decir que aprendí mucho del negocio.
¿Ese fue tu primer trabajo?
No, antes de eso estuve cuatro años en una agencia de publicidad. Mientras estudiaba el sexto ciclo de Comunicación, en la especialidad de Publicidad, entré a trabajar en Grey, primero como practicante, luego como asistente de Cuentas y después como ejecutiva de Cuentas de Procter & Gamble (P&G). Fue una experiencia fabulosa, no solo porque disfruté mucho trabajar en una agencia de publicidad, lo cual es fascinante, sino también por el cliente que tuve que atender. Debo decir que aprendí mucho de P&G.
¿Qué haces en tus tiempos libres?
Aparte de mi trabajo, me dedico a mi familia. Tengo dos hijos en la Universidad de Lima: mi hija menor estudia Arquitectura, y el mayor, Ingeniería Industrial. Trato de pasar tiempo con ellos. Además, hago ejercicio todas las mañanas, y, desde hace quince años, practico bicicleta de montaña los fines de semana, con un grupo de amigos. Espero volver a hacerlo pronto.
¿Dónde montabas bicicleta?
En Pachacamac, Cieneguilla o Azpitia. Es muy bonito. No he participado en competencias porque me gusta el deporte, simplemente, por el hecho de hacerlo, sin estrés. Aunque sí he competido en otra disciplina: antes corría con mi esposo. Comenzamos con las carreras de 5k, después 10k, corrí unas 5 medias maratones y cuando él empezó a correr maratones ya me dediqué a otra cosa. Él ha corrido 17 maratones, pero yo siento que 42 kilómetros implican un desgaste muy grande, y sobre todo se requiere mucho tiempo de entrenamiento. En general, me gusta mucho hacer deporte, es un espacio reservado para mí, me pone de buen humor y me reta constantemente.
¿Cómo fue tu experiencia en la Universidad de Lima?
Buenísima, no solo por la parte académica, sino porque la Universidad te ofrece un panorama acerca de lo que puedes ser y hacer en la vida. Yo comencé a trabajar muy pronto y pude darme cuenta de que la Universidad, definitivamente, te da herramientas para enfrentarte al mundo laboral; te da los valores necesarios, la apertura mental, la capacidad para asumir retos y, además, buscarlos, porque nos incentiva la curiosidad por conocer más. Yo tuve profesores espectaculares que me retaron mucho y eso me formó el carácter. Además, por supuesto, generé vínculos fuertes con profesores y amigos, que se mantendrán para toda la vida. Me encantaron los talleres de fotografía, cine y televisión, y me fascinaron los cursos teóricos de psicología, semiótica, análisis del discurso, filosofía, entre otros. Fue una linda época.