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Una carrera internacional
Nelly Salinas siempre tuvo la intención de hacer una carrera internacional, por eso postuló a una maestría en Boston y, tras culminarla, trabajó un tiempo en Dinamarca y ahora en España. Ella es ingeniera industrial por la Universidad de Lima y actualmente es gerente general de la sucursal en Madrid de una compañía de tecnología de la información llamada OpenJaw Technologies.
¿Cómo llegaste a trabajar en Madrid?
Es una historia larga. Cuando terminé de estudiar la Carrera de Ingeniería Industrial, trabajé en IBM y después en Deloitte, luego hice una maestría en Hult International Business School, en Boston, junto con mi novio, que ahora es mi esposo, porque ambos nos habíamos proyectado hacer una carrera internacional. Luego mi esposo consiguió un trabajo en Dinamarca, así que nos mudamos. Ahí yo conseguí trabajo en EY, en consultoría. Más adelante él consiguió una oferta de trabajo en España y yo hice un traslado interoficinas a Madrid, tras lo cual me pasé a la empresa de tecnología donde trabajo hoy: OpenJaw Technologies. Esta empresa se dedica a desarrollar software para el sector turismo. Yo postulé a un puesto de project manager, que es la posición que venía ejerciendo en EY. Poco después tuve la suerte de que quedara libre el puesto de gerente general; me presenté y me lo dieron. En ese momento yo estaba embarazada, pero de todas maneras lo intenté, quería pasar por ese proceso, estaba preparada y me tomaron. Ya llevo un poco más de dos años en este puesto y me siento muy contenta, el trabajo me encanta.
¿Te sientes a gusto?
Sí, es interesante trabajar el tema de tecnología y viajes. Casi toda mi experiencia profesional anterior había sido en tecnología y ahora la combino con el sector de viajes, que me llama mucho la atención.
¿Qué actividad realiza esta empresa, exactamente?
Hacemos e-commerce. Un ejemplo: cuando una empresa ingresa a una web para buscar un vuelo, el motor de búsqueda que funciona detrás es nuestro. Estamos enfocados en el tema de viajes, porque nuestro motor de búsqueda trabaja las reservas. Principalmente, le damos servicio a aerolíneas, agencias de viajes online, empresas de alquiler de autos, etcétera.
¿Quiénes son sus clientes?
Tenemos clientes de todo el mundo. Desarrollamos proyectos para Aeroplan, que pertenece a Air Canada; para la aerolínea All Nippon Airways, para Viajes El Corte Inglés, que es un cliente español, y hace poco concretamos un acuerdo con TAP Air Portugal. Pero nuestro cliente más grande es British Airways: llevamos diez años trabajando con ellos.
¿Cómo funciona el servicio que dan, ofrecen un producto determinado y a este le hacen adaptaciones, según el cliente?
Exactamente. Tenemos un producto y cada cliente nos pide luego algunos cambios de acuerdo con lo que necesitan. Manejamos un proyecto inicial y luego pasamos a una fase de mantenimiento. Tenemos nuestros servicios en la nube y nos adaptamos a lo que nos pidan. Conforme pasa el tiempo, nos van solicitando cosas nuevas, nuevos desarrollos, y así construimos relaciones a largo plazo.
¿Qué tal es el ambiente de trabajo que diriges?
El ambiente en la oficina es muy bueno. La verdad es que cuando yo ingresé ya era muy bueno. Esta es una empresa relativamente pequeña: cuando entré, éramos aproximadamente 40 personas; hoy somos 73, y puedo afirmar que el ambiente se ha puesto muy familiar. Empezamos como una empresa muy pequeña y, para mí, el reto ha sido mantener ese ambiente, aunque cambiando un poco la mentalidad de los colaboradores, en el sentido de que no somos una empresa tan pequeña y de que debemos apuntar a profesionalizarnos. La gente está muy contenta, las oficinas son modernas, tenemos pelotas de yoga donde la gente se sienta a trabajar cuando quiere, también tenemos una cocina y todos comemos juntos. Por otro lado, la empresa solventa los costos de algunos eventos mensuales, como una parrillada de toda la oficina o cualquier otra actividad. Tenemos un equipo que se encarga de la organización y todos asistimos muy contentos. Eso ayuda mucho a que la gente se lleve bien y a que todos nos conozcamos, a pesar de pertenecer a equipos de trabajo diferentes. Esta es una empresa muy horizontal, cualquiera puede hablar conmigo y aliento a todos a hacerlo.
¿A qué retos te enfrentas día a día?
En la parte laboral, diría que el mayor reto ha sido hacer crecer la empresa sin perder la calidez del ambiente laboral. Por otro lado, actualmente hay una gran demanda de ingenieros de software, por eso estos profesionales están siendo reclutados constantemente. Mi reto no solo es contratar, sino lograr que se queden, y esto ha mejorado mucho en los últimos tiempos.
¿Cómo te fue anteriormente, en tus trabajos en Lima?
Estuve en IBM, que es una empresa grande, con un excelente clima laboral. Un amigo de la Ulima que estaba haciendo prácticas ahí me hizo el contacto para ingresar, así que pasé por un proceso de entrevistas y entré. Me encantó la experiencia y el rubro de tecnología me pareció muy interesante, un mundo diferente, en realidad, con muchas cosas que aprender. Desde entonces me quedé en tecnología.
¿Cómo te fue con los cambios de países? Has vivido en Estados Unidos, Dinamarca y ahora en España.
Muy bien, me ha gustado cada uno de los lugares donde he vivido, también me he sentido bien con la gente que he conocido. Estar en Boston como estudiante fue muy bonito, porque tenía acceso a muchas conferencias, a mucha gente interesante, que no pensaba que iba a conocer algún día. Por otro lado, en Dinamarca fue un poco difícil, porque la cultura es diferente y no conocíamos el idioma, y estábamos solo mi esposo y yo, pero el lugar era muy bonito. Vivíamos en Aarhus, que es la segunda ciudad más grande; sin embargo, tiene unos 200.000 habitantes, nada más. Los extranjeros hicimos un bonito grupo, junto con los daneses que tenían un perfil más internacional, porque habían vivido fuera. La cultura de trabajo me encantó, es muy eficiente y todos son muy profesionales, gente de mucha confianza que cumplía sus encargos perfectamente. Además, todas las relaciones personales eran muy horizontales. El socio podía estar sentado en la oficina al lado del practicante, o a mi lado, que era sénior. Los escritorios eran todos iguales. Cuando me mudé a Madrid me chocó entrar a una empresa muy jerárquica, donde había que pedir permiso a la secretaria para hablar con un socio. Luego pasé a OpenJaw Technologies y parte de lo que experimenté en Dinamarca lo he trasladado a nuestras oficinas.
¿Cómo fue tu experiencia en la Universidad de Lima?
Me encantó todo en la Ulima: la Carrera, las instalaciones, las amistades. Hice un excelente networking con mis compañeros. Cuando estuve en Dinamarca, un chico de la Universidad me contactó a través de LinkedIn; él vive en Holanda y quería entrar a la consultora donde yo trabajaba, así que me pidió consejos. No nos conocíamos, pero ambos éramos de la Ulima, eso bastaba. Lo mismo hice yo cuando me mudé a Dinamarca; algunos me ayudaron, porque somos muchos los graduados de la Ulima dispersos por el mundo.