- English
- Español
En busca de nuevos retos en TI y telecomunicaciones
Álvaro Merino Reyna tiene más de 29 años de experiencia en la industria de tecnologías de la información (TI) y telecomunicaciones. Ha sido gerente general en 3 multinacionales de tecnología, IBM, Cisco Systems y Oracle, y ahora enfrenta un nuevo reto como CEO de la compañía peruana Sapia.
Álvaro estudió Ingeniería Industrial en la Universidad de Lima y ha encontrado una tremenda motivación en el hecho de dirigir la compañía con autonomía y enrumbarla por un camino de transformación hacia nuevos servicios y nuevas soluciones tecnológicas para sus clientes.
Por su naturaleza, Álvaro no se cansa de innovar y transformar las cosas. Siempre está atento a la competencia, a nuevos mercados y a la capacitación y captación de talento humano especializado, a fin de que los clientes tengan la mejor experiencia.
¿Cómo así decidiste trabajar en Sapia?
Yo trabajé 15 años en IBM, luego asumí la gerencia general en Oracle y después fui gerente general en Cisco Systems, cerca de 9 años, para volver a IBM, donde fui gerente general en Colombia y en el Perú. Luego de casi 30 años trabajando en multinacionales de tecnología, quise hacer un cambio. Las compañías transnacionales tienen un modelo de gestión que se traza en la matriz. La compañía en el Perú es una subsidiaria que trabaja con un modelo diseñado en el extranjero y de lo que se trata es de ejecutar. Si bien es una gerencia general, las posibilidades de cambiar o manejar las cosas son limitadas. Son funciones espectaculares en tres compañías espectaculares, sin duda, pero el rango de acción del gerente general es limitado, por la esencia misma de las compañías. Después de 30 años de haber trabajado en estas empresas, el fondo de inversión que compró Sapia me llamó para manejar la compañía, con un modelo de acción distinto, y me encantó la idea. Entonces me cambié. Sapia tiene la tercera parte del tamaño que tiene IBM en el Perú, pero soy el responsable de toda la operación, es un rol completo de CEO.
¿Cómo te ha ido en estos siete meses al frente de Sapia?
La palabra entretenido no define realmente cómo me siento ni todo lo que estoy haciendo. Tengo el reto de caja, que en una compañía grande no es un tema de estrés. Además, puedo tomar decisiones más rápido sobre un cambio, sin pedir permiso a la organización. Mi portafolio no está limitado por la marca, sino por la ambición, por las capacidades que se tienen, por el futuro, por las capacidades del mercado. Las limitaciones son completamente distintas. Si bien la empresa trabaja de la mano con IBM y en algunos casos compite con IBM en el mismo mercado, el potencial es muy diferente. Dentro de estos siete meses, he tenido la oportunidad de llevar a la compañía a adquirir una empresa llamada Cognitiva, que nace de la mano de IBM, para el tema de inteligencia artificial. Tiene casi dos años en el mercado y más de cuatro años operando regionalmente. Somos un canal distribuidor de IBM, Cisco y Oracle, sigo trabajando ligado a esas compañías, a las que les tengo un gran aprecio, pero este negocio es distinto.
¿Cuál ha sido el reto más importante que te ha tocado?
Esta compañía tiene un reto importante, porque nació como un negocio de integración de tecnología, principalmente de volumen, PC, almacenamiento, impresoras, ciberseguridad, conectividad. Ese negocio sigue existiendo, pero se está migrando hacia la nube, la gente que ya no quiere comprar el hardware, el software, sino que quiere todo como un servicio y no necesariamente sigue siendo un buen negocio dedicarse a lo mismo. Por eso, desde hace algunos años, Sapia ha venido desarrollando otros servicios, como una mesa de servicios, fábrica de software, business process outsourcing, negocios de integración complejos, etcétera. La compañía se está volviendo más compleja. Somos más de 1.400 personas y el reto que enfrentamos es este proceso de transformación de la compañía.
Hablaste de inteligencia artificial y de la compañía dedicada a este tema que han adquirido. ¿A qué crees que se va a llegar, a mediano plazo, con la inteligencia artificial en nuestro país?
Hay ejemplos muy claros en el mundo, donde la educación se está transformando. Hay un caso muy conocido, donde un profesor de la Universidad Tecnológica de Georgia tiene un asistente de cátedra en línea, que es un robot llamado Jill Watson y funciona con inteligencia artificial. Es tan bueno que los alumnos creyeron que se trataba de una persona de carne y hueso. ¿Por qué en el Perú no podría haber profesores en línea? Hay otros casos en nuestro país, donde el primer filtro del proceso de selección de personal se hace con inteligencia artificial. En el mundo ya hay muchas experiencias exitosas. La Sunat, por ejemplo, ha lanzado un asistente virtual para contribuyentes que quieren hacer consultas, está basado en la inteligencia artificial. El valor está en que se usa como un apoyo cuando se trata de realizar labores repetitivas. Además, ya existen juguetes basados en la inteligencia artificial. No hay que esperar mucho para ver cómo será el futuro con la inteligencia artificial, porque los cambios ya están ocurriendo.
¿Qué objetivos te has trazado en Sapia?
Uno es la transformación del portafolio para darle más valor y salir un poco de los temas que son integración pura de volumen. Estamos vendiendo soluciones que le aporten un valor agregado al cliente final. Lo segundo es basarnos en temas como la inteligencia artificial o el internet de las cosas para fortalecer las soluciones que tenemos y crear nuevas. Con eso buscamos mejorar los ingresos, la utilidad, la eficiencia, siempre basados en el talento humano, que es valiosísimo. En la industria de la tecnología se requieren niveles muy altos de especialización, por eso seguimos enfocados en el talento, tratando de reducir los niveles de rotación, en mejorar los procesos de meritocracia y el trabajo en función de objetivos, en el entrenamiento del personal, el refuerzo de habilidades o adquisición de nuevas competencias y también trayendo talento de fuera. Todo ello enfocado a que el cliente tenga una experiencia superior y a generar fidelidad.
El mundo de la tecnología se desarrolla muy rápidamente y siempre surgen nuevos competidores. ¿Cómo enfrentas esto?
Lo primero es que siempre hay que estar innovando y revisando la estrategia. El día de mañana aparece un competidor nuevo, muy fuerte en algo que yo pensé que era fuerte… y hay que transformarse. Por eso se revisa la estrategia permanentemente, sobre la base de temas tecnológicos que están transformando el mundo. Y el segundo enfoque es el talento: cómo aprovecho de la mejor manera a la gente que tengo y cómo atraigo el talento adecuado para que la estrategia se convierta en realidad.
¿Qué crees que aportas en Sapia?
Haber trabajado en compañías transnacionales me ha enriquecido tremendamente. Los temas de ética ya no tengo ni que pensarlos, son como haber aprendido a hablar, y en la ética se sostiene la compañía. Las empresas globales te enseñan el valor del recurso humano, de tener un modelo claro y una comunicación apropiada. Por un lado, mi aporte viene de todo lo mencionado. Vengo con las mejores prácticas como parte de mi ADN. Segundo, mi experiencia de casi 30 años en esta industria, dentro y fuera del Perú. Eso te da una visión distinta, te hace aprender que nada está escrito en piedra, todo se puede cambiar y mejorar. Puedo detectar áreas potenciales de negocio, cambiar la estrategia, modernizar la compañía. Por otro lado, vivo pensando que el statu quo es malo y tiene que cambiarse, porque quien no crece decrece. Eso es parte de mi naturaleza, tengo una necesidad permanente de cambiar y transformar.
¿Qué valoras de la Universidad de Lima?
Primero, debo decir que las relaciones sociales me permitieron conocer gente que me facilitó llegar a IBM. Mis amigos me referenciaron y doy gracias a eso, porque mi carrera comenzó muy bien. La Universidad de Lima te forma no solo en lo académico, sino también en lo social, en la interacción y el desenvolvimiento público. Por la parte académica, la Universidad no te marca para hacer algo para toda tu vida. Más bien, te da una base de conocimiento, te ayuda a abrir la mente, a pensar distinto y a enfrentar mejor lo que viene en la vida. Aprecio mucho haber estudiado en la Ulima y haber estudiado Ingeniería Industrial, creo que la carrera y los cursos difíciles te fuerzan a esforzarte. Cursos como geometría descriptiva, cálculo o análisis te hacen entender que las cosas no son tan fáciles y hay que esforzarse y entender el trasfondo para ser alguien en la vida. Eso me ayudó mucho en mi formación y eso se lo agradezco a la Universidad de Lima.