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La responsabilidad de influir en los líderes
Nadia Abuid se considera una apasionada de los recursos humanos. Pero su punto de vista no es tradicional. Como human resources commercial manager en Kimberly-Clark, ejerce una labor estratégica e influye en la correcta toma de decisiones de los líderes.
En los 11 años que lleva en esta compañía ha asumido responsabilidades no solo para el Perú, sino también para Latinoamérica.
Es una profesional con muchos recursos y nunca olvida que estudiar Psicología en la Universidad de Lima le abrió muchas posibilidades, tanto por la buena plana docente como por los expositores de primera calidad que escuchaba en el campus, así como por los casos estudiados en clase.
Has desarrollado toda tu carrera en el área de Recursos Humanos de Kimberly-Clark. ¿Eso te ha definido como profesional?
Claro que sí. Aquí hice mis prácticas preprofesionales y he pasado por diferentes áreas, como Selección, Talento, Clima Organizacional, Eventos, etcétera. En una etapa de mi carrera me asignaron a un proyecto especial en Colombia, en el área de Comunicaciones. Recuerdo que me preocupaba liderar un área de este tipo sin conocer la estrategia. Pero mi jefe de ese entonces me dijo: “Si tú conoces la cultura de la empresa y entiendes de recursos humanos, te vas a sorprender con las cosas que vas a lograr”. Así que me preparé e hice una campaña de change management.
¿Cuánto tiempo estuviste en Colombia?
Estuve cuatro meses en Kimberly-Clark Colombia y luego regresé al Perú, con el encargo de reportar directamente al presidente de Recursos Humanos de Latinoamérica. Era una posición de business partner de Recursos Humanos para Marketing de Latinoamérica. En ese entonces tenía 27 años.
¿Te sentías muy joven para el cargo?
Me preguntaba cómo podría lidiar con directores tan experimentados y con 20 años más que yo, cómo podrían ellos confiar en mi criterio, en mi potencial. A partir de esa experiencia, el consejo que ofrezco a los más jóvenes es que sean siempre ellos mismos, que no pierdan su esencia y, si tienen conocimientos, la gente va a respetar sus puntos de vista. Mi primer año en este rol regional fue para mí de adaptación. Mi logro fue que confiaran en mí. Tenía que viajar bastante por Latinoamérica, estuve 2 años en esa posición y luego me casé. Salí embarazada y entonces mis prioridades cambiaron. Yo era workaholic, pero con la perspectiva de ser mamá pedí un cambio y regresé a Kimberly-Clark Perú.
¿Qué responsabilidad adquiriste entonces?
La más linda que he tenido, fui business partner para el área Comercial, el área más estratégica y dinámica de la compañía. Ahí comencé a ver todos los procesos de recursos humanos: talento, compensaciones, selección, desarrollo organizacional, etcétera. Tenía que guiar a los líderes en la correcta toma de decisiones. Permanecí en ese rol 3 años y el 2 de mayo de este año me dieron la linda noticia, después de 11 años en la compañía, de que me ascendían a gerente de Recursos Humanos para Kimberly-Clark Perú y Bolivia. Antes había una sola cabeza en Recursos Humanos que se ocupaba del Perú. Ahora hay una cabeza de Recursos Humanos que atiende Operaciones y otra que se encarga del área Comercial y Soporte para el Perú y Bolivia. Este nuevo reto demanda un pensamiento más estratégico, ser multitask, liderar 2 países y tener más personas a mi cargo.
¿Te sientes satisfecha con los logros que has conseguido en tu vida profesional?
Estoy feliz de la vida. Disfruto mucho mi trabajo, soy una apasionada de los recursos humanos y me encanta el contacto con la gente y con el negocio. En esta empresa la comunicación es horizontal, informal, abierta y transparente. Tenemos muy desarrollados los temas de ética y compliance y me siento identificada con ello.
¿Cuál es el proyecto que has liderado a lo largo de tu carrera que ha sido más retador para ti?
Nos enfrentamos a reestructuraciones en las que hemos optimizado recursos de la compañía para hacer las cosas de una manera más eficiente. Ahora estamos abocados a conseguir la mayor eficiencia en los procesos y analizamos qué procesos agregan valor, cuáles no, cuáles debemos escalar y qué otros deben pasar a otras áreas.
¿Sientes que el hecho de trabajar para una transnacional como esta te ha enseñado mucho?
Sin duda. Esta compañía es mi escuela y mi familia. Esta es una empresa corporativa, te enseña muchos procesos, que luego debes adaptar a tu realidad. Además, te da la libertad de crear, te lanza a la piscina y te reta a emplear todos tus recursos para sacar tu mejor versión. Me ha permitido crecer. Acá la gente crece hasta donde cada uno quiere.
¿Cómo enfocan la capacitación del personal?
Cada área tiene su propio plan de capacitación, de acuerdo con sus necesidades. También ofrecemos cursos en línea para desarrollar determinadas habilidades. Por ejemplo, si noto que me falta desarrollar el tema de comunicación e influencia de alto impacto, a partir del feedback que mi jefe me da en la reunión de desempeño, recurro a esa herramienta en línea para capacitarme. Hay entrenamiento, por ejemplo, para la fuerza de ventas, en términos de negociación, ventas persuasivas, finanzas, etcétera. Es un programa muy potente. También tenemos un programa Top Talent para acelerar el crecimiento de algunas personas, para que puedan aspirar a cargos gerenciales. Ellos llevan programas de coaching, mentoring, inglés; se les asigna un proyecto para exponerse, etcétera.
¿Qué tendencias se vienen en recursos humanos?
Muchas veces, la gente piensa que esta es un área de soporte. No es así. Se considera que el gerente general tiene dos manos, una financiera y otra comercial. Yo diría que una es financiera y la otra es de recursos humanos. En Kimberly esta es un área estratégica que ejerce influencia en la correcta toma de decisiones de los líderes. La tendencia que viene es, precisamente, ser un área de influencia, de automatización de procesos hard, no soft. Es un área que tiene que entender el negocio, no encerrarse en los procesos de recursos humanos. Mi equipo tiene que salir al campo para conocer los perfiles de cada posición. Para mí, esa es la tendencia. Y ya no podemos hablar de analistas de recursos humanos, somos business partners.
¿Qué te llevó a escoger la Carrera de Psicología?
Yo quería estudiar Administración hasta que descubrí que lo que me apasiona es la gente. Entonces opté por Psicología Organizacional, con la seguridad de que no quería dedicarme a la parte educativa ni clínica. Para mí, la Universidad de Lima ha sido el motor que me ayudó a decidir que soy una apasionada de recursos humanos. La Universidad le da mucha importancia a la casuística. Es más, yo decidí entrar a Kimberly-Clark porque la Ulima invitó a la entonces gerente general de la compañía. Me encantó su exposición y quise trabajar ahí. La Universidad te da muchas posibilidades, una formación ad hoc a tu necesidad y excelentes profesores con experiencia laboral. Creo que la educación que imparte la Ulima no se limita a las ramas, sino que te da el árbol completo.