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Líder de talentos en el sector pesquero
En un área de Recursos Humanos, el ingenio, la creatividad y el compromiso son elementos clave para desarrollar las capacidades de los trabajadores y aumentar la productividad de la empresa. Precisamente eso es lo que Jael Senco, jefa de Desarrollo Organizacional de la pesquera Exalmar, ha demostrado aplicar bien. Ella guía a los colaboradores, a través de capacitaciones y talleres, hacia la consecución de sus metas y lleva a cabo diversos programas para mantener un buen clima laboral.
En esta entrevista, la egresada de la Carrera de Psicología de la Universidad de Lima comenta sobre su gestión y explica cómo esta Casa de Estudios le abrió las puertas de un mundo donde se siente plenamente desarrollada.
¿Cómo llegaste a Exalmar?
Primero estuve en Graña y Montero, en el área de Selección de Personal. Luego mi jefa se cambió de trabajo, a La Positiva, y al poco tiempo me invitó a seguirla. Así que me fui, permanecí tres años allá, y, estando contenta con lo que hacía, me llamaron de una consultora que hacía hunting y me propusieron trabajar en Exalmar. El sector pesquero jamás me había pasado por la mente, pero me pareció un reto y decidí aceptar la oferta.
¿Qué hace exactamente Exalmar?
Su negocio principal es la pesca de anchoveta. Se extrae para producir harina de pescado y venderla en el extranjero. Exalmar tiene fábricas en varias provincias y, si bien su labor principal es la que he mencionado, hace 3 años implementó un nuevo negocio de venta de pescado congelado. Somos 1.300 colaboradores en diferentes puntos del país.
¿Cuáles son tus funciones en la empresa?
Nosotros nos ajustamos a las condiciones del mar. Tenemos unas temporadas de producción y otras de veda, y es en esta última época en que mi área se dedica a capacitar al personal. Ofrecemos cursos y talleres a los tripulantes de los navíos, a los obreros que operan las máquinas que procesan las anchovetas y al personal administrativo. Yo, como jefa de Desarrollo, me encargo de esto directamente y también me ocupo del bienestar de los trabajadores y de la comunicación interna de la empresa.
¿En qué consiste la capacitación que realizan?
Es muy exigente, muy importante y diferente para cada área. Manejamos varios enfoques y abordajes, justamente eso es lo interesante. Una parte de la capacitación tiene que ver con el desarrollo de habilidades blandas, y en este punto me enfoco en las personas individualmente. Como tengo formación en coaching, voy más allá del desarrollo de liderazgo, me dirijo a la persona en particular y trabajo con psicólogos.
¿Has seguido otros estudios?
Sí, he llevado un diplomado en happy management, y aplico esas herramientas para lograr el bienestar de las personas.
¿Qué te gusta más de tu trabajo?
Me gusta mucho que el día a día sea totalmente distinto. Aquí no hay rutinas, somos un sector cambiante y eso hace más rico el trabajo. Cada día necesitamos llegar a la oficina con la creatividad a mil para decidir por dónde intervenir o qué cambios ejecutar. Además disfruto mucho el contacto con la gente. Me gusta saber qué más hay detrás de las palabras de un colaborador y guiarlo hacia la solución de sus dificultades.
¿Cómo trabajas el clima laboral?
Eso es lo más complicado, en el sentido de que tengo sedes distintas, ya que esta es una empresa descentralizada. Para superar esa condición debo aplicar distintas técnicas a diferentes grupos; pero también se trata de replicar lo que sale bien en la sede central, en las otras sedes en provincias, para que haya un solo hilo conductor: actividades de integración interna y con la familia.
¿Recuerdas dónde hiciste tus prácticas?
Practiqué casi toda mi carrera en la Oficina de Práctica y Empleo de la Universidad de Lima. Después, trabajé en una consultora. Ese fue mi primer trabajo fuera de la Universidad.
¿En qué consistía tu trabajo en la Oficina de Práctica y Empleo?
El trabajo consistía en contactar empresas y conocer sus posibilidades de prácticas y empleo para alumnos y egresados. Atendíamos también a muchas personas que venían a solicitar informes, publicábamos avisos, hacíamos seguimiento a quienes habían postulado, hacía las planillas de los practicantes de la Universidad, etcétera. Estuve cuatro o cinco años ahí. Aprendí bastante.
¿Siempre te has dedicado al tema organizacional?
Sí. Después de egresar, entrar en la consultora marcó mi carrera. Confieso que al empezar a estudiar Psicología, mi idea era practicar y trabajar en colegios. Sin embargo, cuando entré en la consultora me encantó el tema organizacional. Mis funciones eran tomar pruebas psicológicas, calificar, hacer los informes para la selección del personal…
¿Cómo te ayudó la formación que te dio la Universidad de Lima?
La Universidad te ofrece conocimientos de todas las áreas: organizacional, educativa y clínica. No se centra en una sola; eso es bueno, porque me dio la oportunidad de conocer todo, incluso de practicar en todos los rubros. Por ejemplo, en la clase de Psicología Educativa íbamos a colegios a trabajar con los niños, y, en la parte clínica, hice mis prácticas en el Hospital Víctor Larco Herrera. La plana docente es de primer nivel, los profesores daban conferencias en diferentes lugares y todos los egresados coincidimos en que nos enseñaron muy bien.