17 de Septiembre de 2015

Granos andinos conquistan el mundo y el espacio

Con el objetivo de motivar el interés en la riqueza de los granos andinos, principalmente la quinua y la kiwicha, la Carrera de Ingeniería Industrial de la Universidad de Lima e Industrias Alimenticias Cusco - Incasur organizaron, el 28 de agosto en el Auditorio S, la conferencia internacional “Producción y exportación de granos andinos para una alimentación saludable”. La primera ponencia, a cargo del doctor Ángel Mujica Sánchez, giró en torno a la quinua: sus variedades, tecnologías, producción, exportación y aporte a una alimentación saludable. La segunda exposición, titulada “La kiwicha y la futura colonización de otros mundos”, fue dada por Rodolfo Neri Vela, quien en una misión de la NASA orbitó la Tierra 109 veces en el transbordador espacial Atlantis, y llevó al espacio por primera vez la kiwicha, grano andino utilizado en la actualidad por la NASA para la alimentación de los astronautas en sus viajes de larga duración. Esta conferencia se complementó con una exposición fotográfica que se inauguró ese mismo día y con una degustación de productos preparados con estos granos andinos en el hall del Edificio Q.

Riqueza grano a grano 

El rector de la Universidad de Lima, Óscar Quezada, brindó unas palabras de bienvenida a los asistentes, y destacó lo siguiente:

“La quinua representa el 86 % de la producción de granos andinos y sumó en el 2014 la cantidad de 114.000 toneladas. El tarwi o chocho alcanza el 9 % de la producción con 12.000 toneladas en el 2014. La cañihua solo alcanza el 4 % de la producción y el año pasado se produjeron casi 5.000 toneladas; en tanto, la kiwicha apenas llega al 2 % de la producción, con 2.000 toneladas aproximadamente. En conjunto, estos cuatro granos han alcanzado las 133.589 toneladas en el 2014, lo que configura un prometedor aporte a nuestro mercado de divisas”.

Quezada también destacó que los medios de comunicación han divulgado, apoyándose en información de artículos científicos, que la quinua contiene nutrientes y antioxidantes de gran valor, razón por la cual ha sido precisamente revalorada comercial y culinariamente. Por otro lado, resaltó que el valor energético de la kiwicha es de los más altos, tiene de 15 % a 18 % de proteínas, lo que para él explica que los astronautas requieran estos granos para aquellas grandes pruebas que, para el organismo humano, representan los viajes espaciales. Sin dejar de mencionar la importancia de incluir estas “dos auténticas joyas de nuestra biodiversidad natural” en las estrategias orientadas a generalizar el consumo de alimentos saludables a escala planetaria, en un tiempo en el que la calidad de la alimentación humana se ve amenazada por una ola de chatarra que ha generalizado cuadros de salud realmente alarmantes, sobre todo en los sectores más vulnerables de la población mundial, como son los niños.

Finalmente, sostuvo:

“Como institución educativa, como institución universitaria, nos sentimos interpelados en la tarea de investigar, de dar valor agregado y sobre todo de difundir los beneficios de los granos andinos para la salud. Saludamos, en consecuencia, a los miembros de Incasur, a su plana directiva, y les agradecemos su presencia, pues son un ejemplo palpable, contundente, especialmente para nuestros estudiantes de Ingeniería Industrial, de lo que es hacer industria eficiente, eficaz, responsable y solidaria con los más necesitados”.

Emprendimiento familiar de alcance mundial 

Luego Amanda Gallegos, gerente general del directorio de Incasur, también dirigió algunas palabras, recordando que Incasur es una empresa que nació hace muchos años con el sueño de construir un mundo saludable, a través de un portafolio de productos a base de granos andinos, quinua, kiwicha, cañihua, cacao, maca y una serie de cultivos que están revalorando. Afirmó que desean dar el salto de empresa familiar y emprender los pasos necesarios para ser catalogados como una gran empresa global. “Nos enorgullece haber crecido con los granos andinos que estuvieron postergados y olvidados por muchos años, que fueron recogidos gracias al emprendimiento de los fundadores de la compañía”, sostuvo.

Ventajas, impacto comercial y desafíos de la quinua peruana

La primera ponencia estuvo a cargo de Ángel Mujica Sánchez, científico internacional con más de 30 años de experiencia en investigación y transferencia de tecnología de cultivos andinos, particularmente quinua, tarwi y kiwicha, así como asesor principal de proyectos de cooperación técnica internacional. El especialista comenzó afirmando:

“Entre las potencialidades que tenemos los peruanos y los andinos se encuentra la enorme agrobiodiversidad; es decir, tenemos una diversidad y variabilidad de quinuas que alcanzan a 3.000 clases diferentes, y por lo tanto los peruanos y los andinos tenemos mucho que ofrecer al mundo”.

Luego enumeró los diversos atributos de la quinua, como el hecho de que se adapta a diferentes condiciones agroecológicas del mundo, se siembra desde el nivel del mar hasta los 4.000 metros de altura, crece solamente con 145 milímetros de lluvia hasta 3.000 milímetros de lluvia por año y resiste a condiciones adversas, como la sequía y el frío. Además, destacó su versatilidad, pues de ella se obtiene una gran variedad de opciones transformadas por la agroindustria, lo que brinda al consumidor productos de fácil acceso y de sencilla preparación.

Mujica celebró que, gracias al amplio abanico de climas que se dan en nuestro país, se han alcanzado rendimientos que nunca habían imaginado: “Estamos teniendo 7.500 kilos por hectárea en solamente 4 meses, por lo tanto sacan 3 cosechas por año. Es un producto muy competitivo y altamente rentable. El mundo se ha dado cuenta recién de que tiene el alimento más completo para la humanidad”. Asimismo, resaltó que si bien los principales compradores continúan siendo Estados Unidos y luego Canadá, ahora también hay demanda en China y Emiratos Árabes, países que nunca pensaron que podían consumir quinua.

Finalmente, el experto se refirió a los retos más importantes que afrontan los peruanos en relación con estos granos: la necesidad de semilla de calidad para continuar elevando el rendimiento, el control de plagas y enfermedades, solucionar los problemas que se producen en la costa cuando la temperatura llega a los 40 grados y las flores abortan, sin producir nada. Además, enfatizó que es necesario mecanizar el cultivo, organizar a los productores, transformadores y comercializadores para trabajar de forma más eficiente. “Y lo más importante —dijo— es obtener nuevas y buenas variedades para cada zona de cultivo”.

Protagonistas de la conquista espacial 

El encargado de cerrar esta conferencia internacional fue Rodolfo Neri Vela, primer representante latinoamericano en una misión de la NASA, quien orbitó la Tierra 109 veces en el transbordador espacial Atlantis, misión en la cual se colocaron tres satélites de comunicación en órbita, y durante la cual se realizaron experimentos y trabajos fotográficos de la superficie terrestre.

El astronauta comenzó admitiendo que una de las preguntas más frecuentes que le plantean es por qué invertir en la exploración espacial cuando hay otras necesidades. A lo que respondió: “La vida actual no sería lo que es precisamente sin los proyectos espaciales. Hemos recibido beneficios en el campo de la medicina, la farmacéutica, los materiales de construcción, materiales para vehículos terrestres, aviones, prótesis, juguetes, todo tipo de objetos”.

Más adelante, Neri sorprendió a una porción de los asistentes al comentar que los últimos viajes a la Luna ocurrieron hace más de 40 años, en 1972. “Existe una idea equivocada porque se cree que todos los astronautas que vamos al espacio automáticamente vamos a la Luna, y no es así. Nadie ha ido a la Luna después de diciembre del 72. Así que la pregunta inmediata es adónde hemos ido”, desafió al público. A continuación explicó que todos los viajes espaciales desde entonces se han producido exclusivamente alrededor del planeta, pues allí se produce un fenómeno en el que aparentemente la fuerza de gravedad desaparece y todo pierde peso. Mencionó que esta situación es importante porque en ese estado todos los procesos industriales y la fisonomía humana cambian, el cuerpo funciona de otra manera y todos los experimentos que se hagan tendrán resultados diferentes. “Eso nos beneficia porque en algún momento la raza humana va a tener que conquistar otros mundos, y van a viajar a través del espacio en la ingravidez, así que debemos saber qué sucede con los cuerpos cuando estos flotan como globos humanos”, sentenció.

Todo esto dio pie para que comentara sobre uno de los aspectos básicos de las misiones: pensar en qué van a comer los astronautas durante sus viajes, y aprender qué sucede con plantas de distintas especies en aquellas situaciones. Al respecto, el astronauta mexicano dijo que en una de las misiones que integró escogieron un experimento de germinación de semillas de kiwicha, pues los biólogos que lo propusieron sabían que tenía un alto valor nutricional y que era importante promover a la kiwicha al nivel internacional. “De todos los experimentos que hizo México este es el que llamó más la atención en Estados Unidos, porque no conocían las propiedades de la kiwicha y menos de la quinua, pero sí había gente preparada. Así recuperó su auge la kiwicha”, confesó Neri.