01 of December of 2021

Egresado Ulima pone a prueba su ingenio en ‘show’ de Netflix

Mario Gayoso es un hacedor, un inventor, un fabricante de objetos que tienen un componente tecnológico. Lo ha hecho siempre por pura diversión y también como parte de su trabajo; pero ahora lo hace también para el show de Netflix Delicias de ingeniería. En este programa se forman equipos de dos personas: un pastelero y un inventor. Ambos crean prototipos espectaculares, como un carro de pastel, pero un carro de verdad que un adulto puede conducir.

Mario estudió Administración en la Universidad de Lima. Vive en Estados Unidos desde hace diez años. Ahí ha trabajado en Univisión y Telemundo, y actualmente en una empresa inmobiliaria, aparte de los prototipos que hace a pedido en su casa en impresión 3D.

¿Cómo te contactaron para hacer este episodio de Delicias de ingeniería?
El año pasado, en junio, una persona que vio mi cuenta de Instagram me contactó y me preguntó si me gustaría ser parte de la compañía de streaming más grande del mundo. “¿Netflix?”, pregunté, y me dijo: “Nosotros no lo podemos decir, pero tú lo has dicho”. Como buen peruano, mi primera reacción fue desconfiar. ¿Será cierto o será mentira? Igual les dije que sí, que me gustaría. Total, no tenía nada que perder. Pasé por unos cuantos castings y, finalmente, dijeron que era la persona apropiada para el concurso. Entonces me llevaron a Los Ángeles, a los estudios, para filmar la primera temporada de Baking imposible, que en la televisión hispana es Delicias de ingeniería, un show de competencia en el que se enfrentan nueve equipos compuestos por un chef pastelero y un ingeniero cada uno. En mi caso, un maker, un hacedor. Los nueve equipos compiten por el premio de cien mil dólares.

¿Qué cosas has podido hacer?
La idea es que la gente vea el show, no puedo adelantar gran cosa; pero, en términos generales, lo que se ve son creaciones comestibles de alto impacto creativo, como un postre robot que se mueve, por ejemplo. Ya se terminó de grabar la primera temporada y ahora está en el aire.

¿Qué ha significado para ti participar en este programa?
Ha sido muy enriquecedor. Cuando llegué al estudio, me di con la sorpresa de que iba a competir con gente que trabaja en la NASA, que hace trajes espaciales, que lanza cohetes… un gran reto. También he podido aprender de mentes muy creativas y he descubierto el mundo culinario, las maravillas que se pueden hacer con los materiales comestibles, lo que me llamó muchísimo la atención. Además, hice amigos, estoy en contacto con todos los muchachos del concurso y es increíble ver lo que hacen en el día a día. Yo me siento muy orgulloso de haber sido seleccionado para hacer un show de entre trescientos treinta millones de estadounidenses. Si me eligen a mí, algo especial deben haber visto. Además, para mí es una oportunidad gigante poder representar al Perú, lo cual hago con mucha honra. Introduje la lúcuma como fruta peruana en el show, porque algo tenía que ser peruano. El chef no la conocía, y le encantó. Hicimos un postre con pisco y lúcuma, por recomendación mía. No sé mucho de cocina ni de repostería, pero no hay pierde con la lúcuma. Salió espectacular.

¿Ha habido mucho estrés durante las grabaciones?
Cuando uno aplica a una oportunidad laboral dice que puede trabajar bajo presión, pero la presión es diferente cuando tienes un reloj gigante y te dicen que tienes solo trece horas para crear un producto culinario de algo que jamás has hecho. Por más que seas un ingeniero a tiempo completo —que no lo soy—, es todo un reto si te dicen que tienes que hacer un pastel que flote, y que sea un barco.

¿Habrá segunda temporada?
Lo más probable es que sí porque la primera ha sido un éxito.

¿Cómo puede ayudarte en tu carrera profesional tu participación en Delicias de ingeniería?
Una de las cosas que me gusta es que soy un hacedor, un maker. El maker hace cosas con las manos, fabrica cosas y yo siempre he estado inventándome e inventando cosas. Una de las cosas que hago son impresiones 3D y tengo una empresa de prototipado, tengo mi estudio en casa y, mientras más seguidores pueda alcanzar en Instagram, más auspicios puedo conseguir, puedo hacerme más conocido en el mundo de las creaciones y ver cómo capitalizar. Ahora me encuentran en Instagram como mario_the_ bakineer, que es el término para reposteniero, como le llaman en Latinoamérica. Esta cuenta la tenía siempre, pero antes era EmE Creative LaB. Le he cambiado el nombre por ahora para capitalizar el show.

¿A qué te dedicas normalmente?
Soy director de marketing en una empresa inmobiliaria. Veo temas tecnológicos como automatización de marketing, algo diferente.

Pero siempre has tenido afición por la tecnología.
Siempre, desde chico. Mi papá una vez me inscribió en un curso de robótica y me enamoré de los robots, de lo que se puede hacer con un poquito de programación y mucho ingenio. Me gustó muchísimo. Luego, yo empecé a estudiar Ingeniería Electrónica en otra universidad, pero la carrera no me motivó y no la terminé. Preferí el lado de los negocios y estudié Administración en la Universidad de Lima. Hace diez años, emigré a Estados Unidos y ahí vivo. Siempre he sentido curiosidad por el tema de los inventos y, a modo de pasatiempo, comencé a hacer impresión 3D, a fabricar robots y automatizar. Mi casa, por ejemplo, está automatizada con luces inteligentes. También me gusta dibujar, siempre estoy conectado con mi parte creativa. Y posteo en Instagram todas mis creaciones.

¿Cuál de tus creaciones te gusta más?
Una de las cosas que me gusta más es mi simulador de aviones, que se ve como una avioneta por dentro, además de todas mis impresiones 3D. Compré el software de un simulador y lo que hice fue crear el panel frontal, los paneles laterales; imprimí en 3D las manijas, los detalles, los instrumentos de vuelo los hice con robótica y me quedó muy bien.

¿Qué otros trabajos has tenido?
He trabajado para empresas como Univisión y Telemundo, y he sido director de marketing en dieciocho concesionarias automotrices en el Estado de Wisconsin.

Cuando vivías en Perú, ¿dónde trabajabas?
Yo emigré a los veintiséis años. Trabajaba en Groupon, en Perú, y antes hice prácticas preprofesionales en Pacífico Seguros.

Finalmente, ¿qué te pareció la Universidad de Lima?
Tengo recuerdos lindos de la Universidad. Hice muchísimos amigos, muchos contactos, aprendí bastante sobre la gerencia de empresas. La Universidad te enseña a aprender, lo que es muy importante, porque la vida te enseña todos los días.