Reflexiones modernas en movimiento

Emojins, tablets, identidades en conflicto, máscaras, alertas de nuevos mensajes, aislamiento, color y una soledad rodeada de otros cuerpos; aquellos fueron apenas algunos de los estímulos y recursos de los que se valió El Libro de las Máscaras, el montaje más reciente del Taller de Danza Contemporánea de la Universidad de Lima, para cautivar a los asistentes a sus dos presentaciones, los días 1 y 2 de setiembre en el Auditorio Central. Esta propuesta, dirigida por Úrsula Cazorla Rubio, quien está al frente del Taller de Danza Contemporánea, contó con las actuaciones de Danna Murillo, Fabiana Rojas, Federico Cisneros, Katy Rodríguez, Lucía Salas, Pía Galiano y Sandra Paz.

Creación autocrítica

Como el resto de obras presentadas por este taller, El Libro de las Máscaras ha sido el resultado de un trabajo creativo que ha tomado varios meses y que refleja no solo lo aprendido por estudiantes y graduados, sino también las reflexiones que, a través del movimiento y sus propios cuerpos, este elenco ha venido haciendo a partir de fenómenos contemporáneos que tienen que ver con el apogeo de internet y la forma de relacionarse a través de lo virtual. Las coreografías, que son el reflejo de un trabajo en conjunto, describen el uso y abuso de las redes sociales a través de situaciones que nos llevan a un estado de ceguera inconsciente, atrapándonos en una gran e invisible red llena de imágenes personales tan idóneas y seductoras como falsas, provocando aislamientos, ansiedad y falta de control.

A partir de estos complejos retratos en movimiento el montaje persigue, desde una postura autocrítica en todo momento, la reconciliación y el encuentro real con nosotros mismos, más allá de respuestas rápidas, recompensas inmediatas y múltiples ventanas; al mismo tiempo que promueve el uso adecuado de la tecnología.

Identidades en conflicto

 Quienes se acercaron a ver esta presentación organizada por la Dirección de Bienestar de la Universidad de Lima, a través de su Departamento de Talleres Artísticos, pudieron, por ejemplo, ver a las bailarinas cubriéndose el rostro con máscaras, carteles con emojins o tablets, en una clara alusión al hurto de identidad que los nuevos entornos virtuales plantean. En cada una de las coreografías los personajes aparecieron agobiados por la incapacidad de conectarse entre sí, o en todo caso como títeres controlados por un poder mayor autoimpuesto. Esto último se pudo apreciar en la coreografía “Maniquí”, que fue interpretada por Danna Murillo y está basada en “The Mannequin”, presentada en el episodio 11 de la quinta temporada de Dance Moms.