Con tasas de referencia cercanas a cero y programas de compras de activos sin precedentes, los bancos centrales de las economías avanzadas parecen estar agotando sus opciones de política monetaria expansiva. En ese marco, la guía futura (forward guidance), cuyo objetivo es comunicar acciones futuras para influenciar expectativas y tasas de interés de largo plazo, ha surgido como una nueva alternativa que ha sido adoptada por Estados Unidos, Nueva Zelanda, Noruega, Suecia y, recientemente, la Eurozona e Inglaterra.