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La difusión del descubrimiento de Machu Picchu en el diario ‘La Prensa’ (6 de julio de 1913). Una aproximación retórica
La difusión de Machu Picchu a nivel internacional se realizó en el número de abril de 1913 en la revista National Geographic (Chevarría, 2009). Representa la difusión de Machu Picchu a nivel internacional; así es considerada por la expedición Yale y también por la prensa peruana. El diario La Prensa ofrecerá una de las primeras fotografías sobre la ciudadela de Machu Picchu en su portada principal el domingo 6 de julio de 1913; día, sin duda, de mayor cantidad de lectores y para el cual se reservan las noticias más importantes. Asimismo, se ofrecen dos fotografías más de las ruinas y su proceso de limpieza. Estas tres pertenecen a las que publicó la National Geographic en su edición de abril. El titular principal de La Prensa dice: “Las antiguas civilizaciones peruanas. Grandiosos descubrimientos arqueológicos – La expedición americana de 1912”. El titular, aunado a las fotografías, busca, a todas luces, impactar en el auditorio y crear, así, una percepción mucho más precisa de la realidad arqueológica que aquella a la que se había hecho alusión en ediciones previas. La nota hecha por el editor está antecedida por el subtítulo “En la maravillosa tierra del Perú”. El discurso del editor se transforma en una epidíctica [1]; en esa dirección, tratará de reforzar valores, topos (Meyer, 2013), en el auditorio, colocando sobre la mesa el progreso del país, el avance científico y el histórico. Machu Picchu se configura como lo más valioso, como el hallazgo más importante y, por tanto, el diario La Prensa no puede estar ajeno a tamaño acontecimiento. Señala que Machu Picchu
constituye uno de los más valiosos elementos que se han hallado hasta ahora para el estudio de la historia y de la etnología peruana, vista que [se refiere a la imagen de la portada] “LA PRENSA” se complace en reproducir en esta edición, junto con dos spécimen [sic] de las 800 construcciones que encerraba aquella ciudad, y 250 otros grabados que ilustran el texto. (“Las antiguas civilizaciones”, 1913, p. 1)
El editor, desde la epidíctica, repetimos, desea afianzar valores en el auditorio; también desea proyectar un ethos al asumir la tarea de difundir y presentarle un hito clave para la historia peruana, de carácter único. La explícita emoción del editor, su ethos, busca proyectarse hacia el auditorio para conmoverlo, afectarlo, desea lograr una respuesta (pathos) con la finalidad de adherirlo a su visión. Despliega todo un discurso persuasivo basado en imágenes y topos (valores) que no pueden ser cuestionados por dicho auditorio (progreso del país, avance científico, histórico, etcétera); por el contrario, los comparte, los asume, y a partir de ellos se facilita su acuerdo con el editor, por tanto, su adhesión. Todo esto podemos encontrarlo en el siguiente fragmento:
Hemos conceptuado útil traducir la parte del Boletín de la Sociedad de Geografía que, puede, a nuestro juicio dar idea clara de la expedición y de sus resultados históricos y científicos en general. Nuestro público podrá, pues, apreciar por sí mismo la trascendencia y el valor de este hermoso esfuerzo de la ciencia sobre los campos del pasado y de la geografía nacional y sentir, como nosotros, al leer estas páginas, las gratas emociones que nosotros percibimos al conocer aquellos estudios. (Cursivas mías) (“Las antiguas civilizaciones”, 1913, p. 1)
Esa transferencia empática del ethos del editor hacia el pathos del lector (auditorio) se basa, como se puede observar, en el orgullo que despiertan los hallazgos históricos. Se crea así un punto en el cual convergerían todos y que sería un fundamento para la nacionalidad peruana: la cultura material prehispánica. El editor señala la imperiosa necesidad de divulgar los saberes, pero lamenta no poder hacerlo en su integridad, por ello apela al Gobierno en función de los topos del progreso y conocimiento del país; así como también el de ser un tema de impacto internacional:
Como hay un vivo interés en que este trabajo sea conocido en el país y en las demás naciones sudamericanas, bien para alentar en nuestro propio suelo esta clase de empresas de investigación o de estudios, o para atraer sobre los lugares materia de tales descubrimientos, una corriente de inmigración, de turismo, de ciencia y de arte que puede sernos, muy provechosa, creemos que el gobierno haría bien en solicitar autorización del profesor Bingham para traducir al español y reproducir in integrum las ilustraciones que contiene su relato. (“Las antiguas civilizaciones”, 1913, p. 1)
Invocar al Gobierno para colocar en agenda la difusión de los monumentos patrios es a la vez evidenciar un ethos que trabaja para el bien de la colectividad. Además, muestra los posibles beneficios que tal accionar conllevaría en diferentes planos que van desde lo económico (turismo) hasta el desarrollo cultural (ciencia y arte). Pero el texto del editor no puede concluir sin ofrecer la imagen verbal de Machu Picchu:
Se siente el ánimo sobrecogido de sorpresa por el misterio de Machu-Picchu. Qué pueblo tan extraordinario debe haber sido el que habitaba Machu-Picchu para haber construido sin instrumentos de hierro y sirviéndose tan solo de martillos y cuñas de piedra la admirable ciudad de refugio, en la cima de una montaña. (“Las antiguas civilizaciones”, 1913, p. 1)
Esta es la imagen verbal en la que confluyen la admiración, el orgullo, el misterio, la fascinación sobre la ciudadela. Asimismo, estas características también se extienden a los hombres que la construyeron venciendo una geografía inhóspita y sin las herramientas que el hombre moderno necesitaría para hacer una equivalente. Esta valoración e imagen de Machu Picchu es la que se ofrece al auditorio limeño en julio de 1913. Estas primeras imágenes tanto verbales como visuales son las que siguen aún imperando a la hora de retratar la ciudadela inca en la actualidad. En las páginas de la prensa peruana de aquellos años, se empezaron a diseñar los topos o valores, las estrategias, que diseñaron la primera idea de Machu Picchu, la que hasta ahora sigue en vigencia.
Citar esta entrada de blog (APA, 7.a edición): Lino Salvador, L. E. (2 de agosto de 2021). La difusión del descubrimiento de Machu Picchu en el diario La Prensa (6 de julio de 1913). Una aproximación retórica. Scientia et Praxis: Un blog sobre investigación científica y sus aplicaciones. https://www.ulima.edu.pe/idic/blog/difusion-descubrimiento-machu-picchu-... |
Nota
[1] Género discursivo dirigido al elogio o la censura de alguien.
Referencias
Chevarría, E. (2009). Machu Picchu. Maravilla del mundo. Cusco: Danny’s Graff.
Las antiguas civilizaciones peruanas. Grandiosos descubrimientos arqueológicos – La expedición americana de 1912, (6 de julio de 1913). La Prensa, pp. 1 3.
Meyer, M. (2013). Principia rhetorica. Buenos Aires: Amorrortu.
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