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Hacia una ciudad sostenible
Para Jose Alcántara, la sostenibilidad urbana es fundamental. Él trabaja en el Ministerio del Ambiente como director ejecutivo del proyecto Ciudad Bicentenario, un lugar ubicado en Ancón sobre un terreno de ocho mil hectáreas. Se trata del área pública libre más grande que le queda a Lima y se piensa desarrollar una nueva ciudad sostenible, con una adecuada planificación.
Jose estudió Comunicación en la Universidad de Lima. En las siguientes líneas, nos comenta este proyecto en detalle. También menciona el seminario Pensando Juntos las Ciudades que Queremos: A Propósito de la Ciudad Bicentenario, que organiza la Universidad de Lima para los días 3 y 4 de noviembre.
¿Cuáles son las características más resaltantes de Ciudad Bicentenario?
El área tiene más de 8.000 hectáreas, que es más o menos 22 veces el distrito de Magdalena del Mar, el cual cuenta con 360 hectáreas, aproximadamente. Es un terreno enorme, muy heterogéneo en cuanto a ecosistemas. Tenemos una gran parte del área de conservación regional, donde se encuentran las Lomas de Lima. También tenemos quebradas, laderas, dunas y un suelo que puede ser urbanizable. Se ha considerado una zona residencial para más o menos 115.000 personas. Esta cifra equivale a la población de San Borja.
Aparte de la zona residencial, ¿cuáles otras se plantean?
Además, se establecerá aquí el Parque Industrial de Ancón, que estará sobre una superficie de más de 1.300 hectáreas. Se proyecta como el área industrial más grande del país, con el núcleo logístico más importante. Contará con un truck center para asistencia de camiones, un puerto seco conectado a puertos marítimos, una estación intermodal de 7 hectáreas y un patio de maniobras con 10 hectáreas. Esto lo están organizando el Ministerio de la Producción y el Ministerio de Transportes y Comunicaciones. Será un polo industrial importante con un tren de cercanías y mercancías y con una salida hacia el futuro puerto de Chancay. La idea es generar mejores condiciones para el sector industrial y que los industriales de las avenidas Argentina y Venezuela se animen a reorientarse hacia la periferia de la ciudad, además de atraer a otras industrias. Aparte, en este lugar habrá todos los servicios para las personas que vivan ahí, como hospitales, colegios, comisaría, entidades financieras, etcétera. La Municipalidad de Lima zonificó 26 hectáreas para un hospital general, como el Hospital Edgardo Rebagliati, de EsSalud, que tiene aproximadamente 13 hectáreas. Este tendrá 26 hectáreas, sería el hospital más grande del país.
¿Cómo se protegerá la zona de lomas?
Una característica importante de este proyecto es que surgió a partir de las propias condiciones del territorio. No se pensó en un proyecto primero para tratar de acomodarlo en un terreno después. Así, las zonas planas pegadas a la carretera Panamericana son las urbanizables. Conforme la pendiente se eleva, las características del suelo varían y nos acercamos al ecosistema de lomas. Ahí se ha pensado hacer una franja de amortiguamiento de más o menos doce kilómetros, que protegerá las lomas. Para darnos una idea de esa extensión, basta decir que la Vía Expresa tiene más o menos nueve kilómetros. Vamos a forestar esa franja con aguas residuales tratadas. Lima tira gran parte de sus aguas residuales al mar, por eso el Ministerio del Ambiente ha pensado usar las aguas para forestar esta franja, ubicada en la ladera intermedia, donde termina la zona urbana y empiezan los ecosistemas de lomas. Serán más de dos mil hectáreas de forestación, lo que equivale al sesenta por ciento del área verde pública actual de la ciudad de Lima.
¿Cuándo será una realidad este proyecto?
Ciudad Bicentenario abarca varios proyectos. El más avanzado es el Parque Industrial de Ancón, que está a cargo del Ministerio de la Producción, en convenio con Proinversión. En estos días se lanzará la convocatoria para el concurso de la adjudicación del parque industrial. El próximo año, seguramente, ya podríamos tener la adjudicación y la colocación de la primera piedra. En el caso del proyecto de forestación, está terminada la fase de formulación y empezaríamos el expediente técnico, el cual forma parte de la fase de ejecución. Cada proyecto tiene fases progresivas.
La Universidad de Lima ha organizado el seminario Pensando Juntos las Ciudades que Queremos: A Propósito de la Ciudad Bicentenario, en el que participarán representantes de diversos sectores así como diversos expositores, tú entre ellos. ¿Qué se espera de este seminario?
Será un espacio para reflexionar sobre las oportunidades o potenciales mejoras que se podrían llevar a cabo en diversos espacios de nuestro país, a propósito de la Ciudad Bicentenario. Será un lugar de reflexión plural, donde participarán representantes del Estado, la academia, el sector privado y la ciudadanía. La idea es que, entre todos, podamos realizar una propuesta sobre las nuevas ciudades que deberíamos planificar y cómo deberíamos enfrentar nuestros territorios, cómo hacer las ciudades más sostenibles, más saludables, cómo generar ciudades más eficientes, más económicas que generen una mejor calidad de vida a los ciudadanos. Abrirán el seminario la vicerrectora de la Universidad de Lima, Patricia Stuart, y el viceministro de Desarrollo Estratégico de los Recursos Naturales del Ministerio del Ambiente, Gabriel Quijandría. Participarán, entre otros, el director de FD Arquitectos, Alberto Fernández Dávila; Óscar Apaza, representante de la Unión de Estudiantes de Arquitectura de Lima (Udeal); Jorge Caillaux, presidente de la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental, sector privado; Enrique Espinoza, vicepresidente de Capeco; Karina Puente, arquitecta y docente de la Universidad de Lima, quien ocupó el puesto de directora ejecutiva del proyecto Ciudad Bicentenario antes que yo, en el Minam. Habrá exposiciones, mesas de trabajo con una mirada plural. Va a ser muy interesante observar las conclusiones a las que se llegue.
¿Qué satisfacciones encuentras en trabajar en un tema de largo plazo, cuyos beneficios se irán viendo a lo largo de muchos años?
Este es un tema hermoso, que me da la posibilidad de contribuir a escribir la historia de nuestro futuro, de ayudar a planificar cómo queremos vivir. Estos son los temas en los que todos los ciudadanos debemos involucrarnos, no podemos pasar frente a ellos como quien mira el televisor desde el sillón de su sala. Tenemos que pararnos, ingresar a la pantalla, involucrarnos para lograr el bienestar colectivo. Eso es algo que me ha motivado el hecho de trabajar en el Estado, y puedo decir que me siento orgulloso de ser un servidor civil.
¿Cómo empezaste tu carrera profesional y cómo llegaste a los temas de desarrollo sostenible?
Yo empecé practicando en el diario El Comercio, como redactor. Luego trabajé en Apoyo Comunicación Corporativa y después en Toronja. Más adelante entré a trabajar a Serpar, donde había una iniciativa muy importante de crear nuevos parques zonales. Me quedé unos años trabajando para el Estado y me fascinó, por la posibilidad de contribuir a generar un mejor país y un mejor lugar donde vivir. En ese tiempo, fui papá y creo que esa experiencia me volvió más sensible a las necesidades de la ciudad y de las personas. Me empecé a preocupar por algo que iba mucho más allá de mi individualidad. Y eso es precisamente a lo que me dedico en el Estado y lo que me hace sentir muy satisfecho de trabajar en el sector público. Trabajé también como jefe de Comunicaciones del Plan Metropolitano de Desarrollo Urbano de Lima y Callao al 2035. Ahí me involucré con el tema de las ciudades sostenibles. Uno de los proyectos que abarcaba este plan era la Ciudad Bicentenario, liderado por el Ministerio del Ambiente. Tengo estudios de posgrado en desarrollo gerencial y ahora estoy evaluando muy seriamente realizar una maestría en políticas públicas.
¿Qué piensas de la Universidad de Lima?
Para mí la Universidad fue un espacio maravilloso de reflexión crítica, donde los alumnos podíamos construir desde nuestro criterio, motivados por nuestros profesores. He tenido maestros cuya memoria atesoro. Tuve el honor de ser asistente de cátedra de Julio Hevia, que en paz descanse. Julio era una gran persona, siempre nos ayudaba a pensar más allá, tenía mucha perspectiva. Recuerdo con mucho cariño mi época universitaria.