Una cerveza californiana, ni artesanal ni comercial, y con una variedad de sabores, fue la elegida por Jorge Stewart, administrador por la Universidad de Lima, para traer al Perú y vender en diferentes canales, la mayoría no tradicionales.
¿Cómo se te presentó la oportunidad de representar la marca de cerveza Lost Coast?
Me di cuenta de que había un espacio en el mercado entre las cervezas artesanales y las comerciales, y que faltaba un producto diferenciado que fuera un híbrido entre los dos mercados. Me asocié con un primo y un tío que viven en California. Mi primo nos recomendó esta cervecería, hicimos las pruebas del producto con personal especializado en la materia y, con la recomendación del gerente general de la cervecería, armamos la distribución del pedido. Esto fue en plena pandemia.
¿Qué ventajas tiene el producto?
Es un producto diferenciado, trabaja bastante en la innovación y la originalidad en los diseños y sabores. También el concepto de la marca es innovador y tiene un estilo costero y muy comercial. En California se la considera una cerveza artesanal, debido a que su venta es muy importante. Las consideraciones para saltar a ser una cervecería comercial allá son enormes; ésta aún no llega a esos niveles de producción y venta; es un híbrido entre las cervezas comerciales y las artesanales, debido a los conceptos innovadores. Son cervezas con sabores diferentes, pero no tan fuertes como las artesanales ni tan comunes como las comerciales. Nos enfocamos en que sean cervezas que no atenten contra el paladar del peruano.
¿Cuáles son los sabores?
La cervecería tiene cerca de veinte estilos, todos con su nombre y concepto diferentes y originales. Hemos incluido cuatro estilos en nuestro portafolio. Uno de ellos es Great White, el más comercial y más vendido de la marca en Estados Unidos. Es de trigo con sabores a fruta. Muy refrescante y ligero para un día en la playa o en la piscina. Otro estilo es Tangerine, una cerveza de trigo con sabor muy marcado a mandarina. La bebes y le notas un estilo parecido a una gaseosa de naranja, pero luego sientes el sabor a cebada y el amargor clásico de la cerveza. Su sabor es muy diferente a los que hay en el mercado. También tenemos el estilo Sharkinator, una White Ipa (India Pale Ale, estilo de Inglaterra con alto nivel de alcohol, amargo y mucho aroma a lúpulo), que nace de una derivación de la Great White, con un trabajo especial en sus lúpulos y especies. Su concepto es una Ipa, pero no llega a amargar con tanta fuerza, lo cual la hace más fácil de tomar. Tiene mayor cuerpo que las demás. Finalmente, la Hazy Ipa, una Ipa con sabores a naranja, uva, arándano y maracuyá. Es el concepto más diferente de todos y una de las mejores Hazy Ipas que hay en el mercado peruano.
¿De qué manera vendes la cerveza y en dónde?
Nuestra fuente principal de venta es nuestro canal directo de B2C, a través de nuestra página de Instagram @Bbrothers.Liquors. Adicionalmente, hemos trabajado todos los canales de venta y tenemos varios intermediarios en Lima y provincias.
¿Qué tan fácil o difícil resulta abrirle mercado a la marca?
Es complicado, pero estamos absolutamente convencidos del producto que vendemos y cada vez recibimos mejores comentarios de diversas personas. Es difícil ingresar por los canales tradicionales de venta, por eso he tenido que buscar canales alternativos y no tan masivos para ir penetrando en el mercado. Pero creo que este 2021 nos ha ido bastante bien y hemos crecido en una forma natural muy interesante.
¿Cuál ha sido la aceptación hasta el momento y qué sabores piden más?
La aceptación de los sabores es lo que más resalto y lo que más nos motiva a seguir trabajando. En cuanto a la venta de sabores, todo se ha vendido en paralelo y nos hemos dado cuenta de que hay mercado para todos los estilos que estamos vendiendo, ya que los gustos de las personas son muy variados. Eso nos da a entender que no hay un mejor sabor de cerveza, sino que todo es cuestión de quien la tome.
Los diseños de los empaques son muy llamativos…
Así es. La marca trabaja mucho en estos conceptos y es parte del ADN de Lost Coast. Es lo más llamativo de la marca. Los dueños viven en la costa norte de California, en un pueblo llamado Eureka, donde el estilo bohemio, creativo y enfocado en la playa son los temas que han inspirado los diseños de los six packs, cajas y etiquetas. También los nombres son bastantes creativos.
¿Qué tal se vende esta marca en su lugar de origen?
Tiene mucha participación y penetración dentro de California y trabajan con distribuidores de venta como Total Whine y Bevmo, entre los más importantes.
¿Anteriormente habías emprendido algo?
No. He trabajado en varias empresas, pero este es mi primer emprendimiento. Lo inicié a los 26 años, durante la pandemia. He trabajado en varias empresas, en distintas áreas, y actualmente lo sigo haciendo. Me considero una persona versátil. A mi edad, conozco bastantes áreas de la empresa, principalmente administración, comercial y finanzas.
¿Dónde has trabajado?
Trabajo desde muy chico, casi desde los 19 años. He rotado básicamente en las áreas de administración y comercial, en empresas como Intelligenxia, Corporación Acme, Reactivos Nacionales y Tiendas EFE. En todas ellas me he caracterizado por ser perseverante, por tener la mente abierta para encontrar nuevas y mejores formas de hacer las cosas, así como con empatizar con diferentes personas. La experiencia y las vivencias en distintas empresas y con diversas personas me ha ayudado a formarme.
¿Cuál es tu actitud frente a los retos?
Hay muchos retos que he superado desde el comienzo de este emprendimiento. Todo es un proceso y creo que lo importante es no dejarse llevar por la rutina, afrontar los problemas de manera directa y “patearlos” para más adelante.
¿Qué les recomendarías a los jóvenes emprendedores como tú?
Les recomendaría que, siempre que vayan a tomar una decisión, se asesoren bastante con gente de más experiencia y que no tengan miedo de preguntar cada vez que duden, así sean cosas muy simples. Lo mejor es estar siempre claros y tranquilos con las cosas que se hace.
¿Qué haces en tu tiempo libre?
Me gusta bastante hacer deporte y me ayuda a equilibrar mi vida. Practico surf, fútbol y corro.
¿Cómo fue tu experiencia como estudiante en la Universidad de Lima?
Fue increíble. Yo pude comenzar a trabajar desde que estuve en el quinto ciclo, así ingresé al mercado laboral desde muy joven, lo cual me dio experiencia en bastantes ámbitos. Por otro lado, en la Universidad hice muchos amigos que aún mantengo.