Ilse Wisotzki, rectora emérita de la Universidad de Lima

En el Auditorio Central se efectuó el acto de reconocimiento a la doctora Ilse Wisotzki como rectora emérita de la Universidad de Lima. La ceremonia contó con la presencia de Óscar Quezada, rector de esta casa de estudios; Desiderio Blanco, profesor emérito y ex rector de la Universidad de Lima; Bárbara Farfán, secretaria general de la institución; decanos y directores de nuestras once carreras, docentes, autoridades, personal administrativo e invitados.

Durante el evento, el doctor Quezada señaló:

“A una gestora, académica y educadora de excepcionales dotes corresponde un reconocimiento también excepcional. En ese sentido, es justo y necesario conceder por primera vez el título de rectora emérita a quien ha entregado gran parte de su vida a esta casa de estudios, a quien ha dejado un prístino ejemplo de limpieza, integridad, esmero, dedicación, transparencia, disciplina y sobriedad”.

En su destacada trayectoria, Ilse Wisotzki fue rectora de la Ulima en los períodos 1977-1989 y 1994-2014. Sobre su legado, el rector precisó:

“La impronta de la brillante gestión de Ilse Wisotzki nos rodea por todas partes, tanto en lo que se refiere al orden eficiente y eficaz de nuestro funcionamiento institucional, como en lo que respecta a la óptima calidad académica de las carreras y a la solidez de la infraestructura expresada en nuestro bello campus, llamado a convertirse en una verdadera ciudadela universitaria. Quienes hemos formado el relevo de la gestión de Ilse Wisotzki hemos encontrado un suelo firme, apacible, estable y consolidado, garantía de la mejora continua en los procesos actuales y de las imprescindibles transformaciones estratégicas que deberemos emprender”.

Ilse Wisotzki y el desarrollo de la Ulima 

La doctora Wisotzki empezó sus labores en nuestro centro de estudios en 1967, cuando se hizo cargo de las cátedras de Psicología General, Psicología Social, Propedéutica y Filosofía. Desde un principio, sobresalieron su visión humanista y científica de la educación y su liderazgo, que contribuyó de manera decisiva al desarrollo de la Ulima.

El doctor Desiderio Blanco hizo un recuento de los logros gestionados por nuestra rectora emérita. Entre ellos resaltan, por ejemplo, la creación de la Dirección de Bienestar, la organización del Programa de Estudios Generales y la expansión y mejora constante de nuestra infraestructura. Sobre esta evolución, el ex rector revisó algunas cifras que evidencian un crecimiento facilitado por las acertadas decisiones tomadas por la doctora Wisotzki: “En 1977, nuestro campus de Monterrico poseía una extensión de alrededor de 40.000 metros cuadrados. Hoy, esta abarca 69.958,84 metros cuadrados. El campus de Monterrico disponía de un estacionamiento para cerca de 100 autos; actualmente, esta capacidad asciende a 1.800 carros. En 1977, contábamos con aproximadamente 6.800 alumnos. Hoy tenemos más de 17.700 estudiantes”, enfatizó.

Asimismo, nuestro profesor emérito puntualizó que la doctora Wisotzki nunca pensó en ampliar la infraestructura para masificar la Universidad, sino en priorizar la inversión en este rubro para dotar a nuestras carreras de equipos y laboratorios de última generación y elevar la calidad de los procesos pedagógicos, además de garantizar la comodidad de los alumnos, profesores y miembros de la comunidad universitaria.

Una trayectoria intelectual de primera 

Ilse Wisotzki estudió Filosofía y Educación en la Pontificia Universidad Católica del Perú y obtuvo el grado académico de doctora en Educación en dicha institución. Posteriormente, siguió estudios de posgrado en Alemania en la Facultad de Filosofía de la Universidad de Colonia y en el Instituto de Psicología de la Universidad de Bonn, gracias a una beca del Servicio Alemán de Intercambio Académico. Asimismo, estudió en la Facultad de Filosofía de la Universidad de Múnich gracias a una beca del Instituto Goethe.

A lo largo de su carrera, la doctora Wisotzki ha recibido más de una distinción por sus méritos intelectuales y por su labor en la educación. Entre estos reconocimientos, destacan las Palmas Magisteriales en el Grado de Amauta entregadas por el Ministerio de Educación del Perú o el Doctorado Honoris Causa en Letras otorgado por Saint Thomas University (Minnesota, Estados Unidos).

Sobre la producción intelectual de nuestra rectora emérita, el doctor Blanco anotó que ella ha publicado artículos y ensayos en revistas extranjeras, ha participado en congresos internacionales y ha disertado sobre la influencia de la universidad europea en la sociedad, el rol de la universidad latinoamericana en el desarrollo cultural de las naciones o la identidad latinoamericana y su relación con el trabajo productivo, entre otros temas. Al respecto, dijo: “Si ella se animara a rescatar del olvido todos esos escritos que han ido saliendo de su privilegiado intelecto, estoy seguro de que compondrían más de un grueso volumen”.

Luego, la doctora Wisotzki tomó la palabra:

“Los profesores que nos hemos ido incorporando a esta hermosa empresa de cultura en los diferentes momentos de sus 52 años de existencia, y yo estoy en ella desde hace 48 años, tuvimos siempre la clara convicción de haber venido a continuar una tarea que entraña, sobre todo, vocación de servicio. Llegábamos con la ilusión de entregar a nuestros jóvenes estudiantes lo más valioso que teníamos: el conocimiento y la experiencia. A cambio de esta entrega, los profesores hemos recibido, con creces, más de lo que dimos: prestigio, amistad, respeto y un reconfortante sentimiento de pertenencia a una comunidad digna, sana, vigorosa y estimulante, a la que podemos sentirnos cada día más unidos”.

Además, subrayó la relevancia de Antonio Pinilla, fundador y primer rector de la Ulima:

“Él fue reconocido como el primer y hasta el momento único rector emérito. Si nos encontramos reunidos en esta sala de la Universidad, es porque Pinilla tuvo la iniciativa, la visión, la inteligencia y la tenacidad para construirla; luego, la energía para darle el aliento vital y crearla. Pinilla fue jurista y filósofo, y su vasta producción intelectual fue reconocida por muchos”.

Finalmente, nuestra rectora emérita acotó: “Agradezco las generosas expresiones de Óscar y Desiderio. Si algún mérito tuve, este fue el de haber convocado a un excepcional equipo de trabajo, cuyos miembros me dieron su confianza en reiteradas oportunidades”.