16 de Julio de 2015

Gurús internacionales de economía brindaron conferencias a estudiantes Ulima

El futuro de la industria peruana estuvo en discusión en el Auditorio ZUM de la Universidad de Lima, donde se llevó a cabo en junio el Foro Industrial 2015, organizado por la Universidad de Lima y la Sociedad Nacional de Industrias. Dos invitados especiales llegaron a esta cita, ellos fueron los expertos internacionales Cass Sunstein y William W. Lewis. El primero tuvo a su cargo la ponencia “Simplificación de barreras administrativas”, mientras que el segundo fue el expositor principal en el tema “Políticas de productividad para el crecimiento”. Sin embargo, estos gurús internacionales también se dieron un tiempo para dedicar cada uno una conferencia magistral a los estudiantes de la Universidad de Lima.

Por el camino de la productividad 

El 9 de junio la conferencia titulada “El poder de la productividad en el desarrollo” estuvo a cargo de William W. Lewis, quien es fundador y director emérito de McKinsey Global Institute y socio de la consultora McKinsey & Company, firma que ayuda a las principales organizaciones del mundo a mejorar su desempeño. Además, fue administrador académico de la Universidad de California y de la Universidad de Princeton, y también es autor del libro El poder de la productividad y de numerosos artículos.

Lewis destacó la importancia que adquiere la productividad en cualquier estrategia de desarrollo de los países, y destacó que el valor de los bienes que se producen y de los servicios que se brindan a los clientes está basado, generalmente, y debería estarlo, en el precio que los consumidores están dispuestos a pagar y en el número de productos en verdad adquiridos por los consumidores. Luego manifestó que la mejor forma de aproximarse al valor económico producido es observando cuánto trabajo por persona se ha tenido que realizar para crear cada bien.

El gurú internacional también compartió diversas conclusiones a las que llega en su libro El poder de la productividad. La primera fue que mientras los periódicos y la mayoría de economías hablan de los problemas macroeconómicos, los problemas reales y las principales causalidades de la mayoría de países se ubican en el nivel microeconómico, que es distinto para cada sector. Otra conclusión que compartió fue que el ingrediente más importante para que las organizaciones incrementen su productividad es la competencia justa e intensa, pues así las empresas se exigen al máximo para no salir del negocio. Finalmente, afirmó que hoy los países pobres afrontan un problema que los países ricos no tuvieron cuando eran pobres: las amplias exigencias de los gobiernos, que deben recaudar más porque gastan más también. Esto termina por incrementar los precios y beneficia a las empresas informales, que operan y producen sin cumplir con distintos compromisos de las compañías formales. Así que invitó a los asistentes a elegir políticos que trabajen por revertir esa situación.

Regulación y simplificación 

El 10 de junio fue el turno de Cass Sunstein, quien estuvo al frente de la conferencia “El futuro: modernización y simplificación de los procesos”. Sunstein es profesor de la Escuela de Derecho de la Universidad de Harvard, fue jefe de la Oficina de Información y Asuntos Regulatorios de la Casa Blanca durante el primer gobierno de Barack Obama, es fundador y director del Programa de Economía del Comportamiento y las Políticas Públicas en Harvard Law School, así como autor de numerosos artículos y libros, como Más simple: el futuro del gobierno, Republic.com, Riesgo y razón, La segunda declaración de derechos, Leyes del miedo, entre otros.

El experto empezó sosteniendo que la comida que necesitamos, los edificios que construimos, los autos que manejamos, los impuestos que pagamos o no, el hecho de ser contratados o no y cómo somos contratados, todo eso involucra regulación y administración; elementos que permiten a cualquier país lograr su objetivo, es decir, ser una nación donde resulte sencillo hacer negocios. También llamó la atención sobre el hecho de que si bien la economía se puede incrementar o reducir debido a la regulación, nadie pelea revoluciones por ella ni existen partidos políticos que trabajen en su favor, algo fundamental para disminuir los niveles de corrupción y aumentar los de seguridad, así como los niveles de actividad empresarial y de negocios.

Sunstein también aseguró que resulta muy valioso para el crecimiento económico el hecho de que la regulación gubernamental sea simple, que cualquier miembro de la sociedad la pueda comprender sin necesidad de un abogado; algo que ayuda a reducir la pobreza, incrementar la salud y desarrollar todos los valores que le importan a la sociedad. Luego se refirió a los futuros ingenieros y los animó a confeccionar productos fáciles de hacer pues son los más atractivos, y mencionó el ejemplo de Apple como compañía que explotó esta idea de la simpleza como virtud. “Mi consejo es que como ingenieros, o en lo que sea que hagan, creen cosas que trabajen con y no en contra de la mente humana”, sentenció.

Finalmente, destacó que si bien toda nación busca promover el desarrollo económico para que sus ciudadanos se vean beneficiados y gocen de una mejor vida, para una nueva democracia es fundamental liberar la energía creativa y el potencial de los ciudadanos ordinarios. Además, enfatizó la necesidad de que solo se apliquen los requisitos mínimos para poner en marcha una compañía, ya que la gente debe confiar en que puede crear negocios.