16 de Febrero de 2015

¿Por qué el software se está comiendo al mundo?

El martes 10 de febrero se llevó a cabo la primera conferencia del ciclo programado por la Escuela Universitaria de Ingeniería de la Universidad de Lima, en el que las carreras que la conforman (Ingeniería Industrial, Ingeniería de Sistemas y Arquitectura) se alternarán, cada semana, para recibir profesionales destacados y tratar temas de actualidad, además de proyectar las tendencias hacia las que se orientan las organizaciones, la innovación y la tecnología.

En esta primera ocasión la conferencia giró en torno al desarrollo acelerado de las tecnologías, lo que viene produciendo cambios vertiginosos en mercados tradicionales, así como nuevos modelos de negocios y “organizaciones exponenciales” altamente dependientes de programas informáticos debido a la descolocación que permite la nube, la interconexión de las redes sociales y la ubicuidad que confieren los dispositivos móviles inteligentes.

Para tratar estos y otros temas, bajo el título de “¿Por qué el software se está comiendo al mundo?”, el Aula Magna B recibió la visita de Jaime Sotomayor Barrios, ingeniero de sistemas por la Universidad de Lima y emprendedor peruano que radica en Silicon Valley. Es cofundador y CEO de Arcturus Biocloud, startup enfocada en traer la biotecnología a las masas mediante la combinación de robótica, una plataforma de software simple de usar, biología sintética e inteligencia artificial. Se desempeñó, además, como docente en las escuelas universitarias de Negocios e Ingeniería de la Universidad de Lima. Recientemente se ha graduado en Singularity University, que funciona en el Ames Research Center de la NASA, Silicon Valley.

En los tiempos del software 

Jaime Sotomayor empezó con una breve revisión histórica de la trepidante evolución tecnológica:

“Hace seis décadas teníamos la primera computadora, que ocupaba cuartos enteros y hacía procesamientos que hoy realizan computadoras muy básicas y sencillas. Veinte años después llegaron los microprocesadores y hace dos décadas podemos decir que tenemos el internet moderno, el ancho de banda que se necesita para hacer transacciones por internet”.

Luego, aclaró que si bien esta evolución ha ido de la mano del hardware, lo más significativo es el software. Y agregó que ahora más de dos billones de personas se encuentran conectadas a internet, lo que ha creado un nuevo mercado y mayores facilidades para llegar a él.

Sotomayor comentó que “hoy el costo mensual para mantener una simple aplicación web se ha reducido considerablemente en comparación a hace más de diez años, y el software se ha comido a los negocios tradicionales”. Este es el caso de los proveedores de videos y de música, de las empresas de entretenimiento, de producción de películas, de fotografía, en la industria aérea, las plataformas de marketing directo e incluso en el caso de las compañías de reclutamiento. El software también ha generado valor agregado en la industria, los mercados de valores, las instituciones financieras (ahora un celular puede ser un punto de pago), la salud, la educación y la seguridad. Además, se comparte el desarrollo de software y todos se alimentan de esta apertura para desarrollar aplicaciones cada vez más ingeniosas y con mayor alcance.

Crecimiento exponencial y retos

Más adelante, el expositor definió el concepto de tecnologías exponenciales: aquellas que evolucionan rápidamente, por lo que hay que apostar desde un inicio en ellas, aunque en un principio todavía parezcan algo torpes y sin el grado de sofisticación que pronto alcanzarán durante su desarrollo. Mencionó también el concepto de “innovación disruptiva”; es decir, que las compañías son expertas en crear innovación incremental, lo que las lleva a crear nuevas versiones de los productos, aunque no necesariamente mejores. Así, algo que no era rentable antes hoy lo puede ser, solo por el hecho de que se hace de otra manera. Esa es la ventaja del software y de las startups, como sucede en el caso de Apple.

El graduado de Ingeniería de Sistemas resaltó que los desafíos actuales implican que las empresas no encuentren profesionales preparados, con los conocimientos y las habilidades necesarios para este tipo de puestos, y eso es algo que los estudiantes y profesionales de hoy deben aprovechar. Recomendó:

“Deben explorar más, aprender más, especializarse en una rama, porque falta este tipo de personas. El segundo reto es el de retener a estos profesionales, ya que son escasos, como superestrellas. Ya saben que si renuncian, otra compañía los recibirá. Entonces empresas como Google o Zappos crean una cultura de trabajo tan fuerte que no quieres irte”.

Tecnología bacterial

Finalmente, Jaime Sotomayor mostró un poco del trabajo que hacen en Arcturus Biocloud, startup de la que es cofundador y en la que se desempeña como CEO. A partir de su experiencia tocó el tema de las aplicaciones que hoy se les dan a las bacterias. Dijo, despertando la curiosidad de los asistentes:

“Todos los fines de semana ustedes están consumiendo productos que las bacterias han trabajado: los quesos, la cerveza, el vino, etcétera. Son pequeños 'robots' que trabajan para nosotros. Son usados por el ser humano desde hace mucho, aunque no se habían percatado de qué eran estos organismos, y ahora ya sabemos cómo explotarlos”.

Explicó que se han desarrollado bacterias que sacan el oro de las placas de circuitos, bacterias que producen energía, bacterias que reciclan materia orgánica y la convierten en plástico para poder ser reutilizado en impresoras 3D. “Y lo más increíble es que todo esto ha sido desarrollado por gente de la edad de ustedes”, comentó, brindando un guiño hacia el futuro.