09 de Octubre de 2019

Equipo Ulima clasificó por primera vez a las semifinales de Competencia Internacional de Arbitraje

Por primera vez, un equipo de la Universidad de Lima llegó a las semifinales de la Competencia Internacional de Arbitraje, cuya edición 12 se realizó en la Universidad Nacional de Asunción (Paraguay), del 19 al 23 de septiembre, y contó con la participación de más de 50 delegaciones de distintas universidades de América y otras partes del mundo. El evento fue organizado por la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires (Argentina) y la Facultad de Jurisprudencia de la Universidad del Rosario (Colombia).

La competencia fomenta el estudio del derecho comercial internacional y el arbitraje como método de resolución de conflictos. En ella, los alumnos actúan como abogados de la parte demandante y de la demandada en un caso simulado, primero de forma escrita y luego de manera oral, frente a tribunales arbitrales integrados por prestigiosos árbitros internacionales, abogados y académicos, quienes evalúan y califican las presentaciones.

En esta ocasión, se propuso el siguiente conflicto: En 2016, se lleva a cabo una compraventa de 2.000 drones que involucra a dos países ficticios. Sin embargo, en el país de la empresa compradora se emite un decreto que prohíbe el uso de los drones para fines comerciales, por lo que la compañía exige la devolución de los drones y del pago. Dos años después, las mismas empresas son parte de una compraventa de robots. Entonces, la compañía que debe pagar decide no hacerlo y alega que esa medida compensa el dinero que nunca fue devuelto por el caso de los drones.

La delegación Ulima estuvo conformada por los estudiantes de nuestra Facultad de Derecho Carmela Ayllón, César Carrillo, Claudia García, Diana Mariaca, Carla Noriega, Luciana Palomino, Fernando Rodríguez, Samanta Suárez y María Fe Torrejón. Sus entrenadores fueron los docentes Gonzalo Chirinos, Marcial Gutiérrez y José Tam.

Sobre esta experiencia, María Fe Torrejón resaltó que la competencia los impulsó a desarrollar sus habilidades de investigación, argumentación y desenvolvimiento ante un tribunal arbitral, sobre todo si se toma en cuenta que la manera en que se convence a los demás resulta clave.

Por su parte, José Tam subrayó que el evento fue un proceso valioso y estimulante a nivel de formación personal, social y académico, y permitió a los participantes generar una red de contactos que “les servirá para toda la vida”.