17 de Marzo de 2012

Camino de retos

Yarina Landa, graduada en la Facultad de Administración, es una destacada profesional que no le teme a los desafíos. Por el contrario, ella va tras ellos, incluso se podría decir que los colecciona. Su trayectoria profesional incluye puestos de confianza en prestigiosas empresas nacionales e internacionales. Actualmente se desempeña como gerente comercial y de marketing del Centro Comercial Jockey Plaza. Durante su gestión se han quintuplicado los ingresos del centro comercial debido a la inauguración del exitoso Boulevard, entre otras sobresalientes estrategias.

¿Qué motivos te condujeron a la administración?
Uno de los consejos de mi papá fue que estudie una carrera que me dé una formación integral. La combinación de exigencia, libertad y flexibilidad que me ofrecía la carrera fue lo que más me atrajo. La administración es un libro abierto a múltiples posibilidades.

¿De qué manera complementaste tus estudios de pregrado?
Hice un posgrado en Marketing en la Universidad de Berkeley. Elegí Marketing porque consideraba que un MBA era muy similar a lo que había estudiado durante la carrera universitaria. La Universidad de Lima es una universidad grande a nivel mundial. El nivel de recursos no tiene nada que envidiar al de las otras universidades. Creo que lo más interesante de estudiar fuera es la posibilidad de conocer otras culturas y de enriquecerse de ellas. Aún sigo en contacto con las personas con las que estudié en Berkeley.

¿Cuál ha sido tu trayectoria profesional?
Mi primer trabajo fue en Johnson & Johnson Medical. El trabajo me dio la oportunidad de conocer toda la ciudad, porque me encargaba de mostrar equipos médicos. Luego estuve en Data Link, representante de Hewlett-Packard y fue mi ingreso a un mundo distinto: el del software, los servidores y las tecnologías. Como pro manager de venta de software pude relacionarme con públicos de lo más diversos. Después de unos años en el puesto, decidí emprender vuelo al posgrado. Tuve la suerte de estar en California en el boom del desarrollo de Internet. Trabajé en Kids On-Line America —una start-up de Internet— y en Autodesk, donde viví una experiencia fascinante, ya que era una empresa pionera construida a partir de una filosofía humana enorme.

Después tuve un breve paso por Diveo Telecomunicaciones hasta que apareció la posibilidad de trabajar en Saga Falabella. Conocí la empresa a profundidad porque colaboré en diferentes áreas y mi paso en Saga me sirvió para formarme en lo que soy, para descubrir realmente cuál era mi sector. Dentro de Saga estuve una temporada encargada de la página web y todo lo que involucraban los canales de venta no tradicionales. Después me encargué de ejecutar el proyecto CMR y con ello sumergirme en el análisis de los clientes y de lo que en ese momento era la base de datos más completa de todo el país. También tuve la oportunidad de participar en el proyecto de Tottus en Los Olivos. Para mí fue una experiencia cautivadora, estábamos analizando y descubriendo un nuevo perfil de consumidor y con ello un mundo nuevo.

El mayor reto llegó cuando fui gerente de operaciones de la tienda de San Isidro. No solo logré instruirme sobre logística, también aprendí del contacto y las historias de las más de seiscientas personas con las que trabajé. Fue toda una escuela de vida.

¿Cuáles son los principales desafíos de la Gerencia Comercial y de Marketing del Jockey Plaza?
Cuando ingresé a trabajar al Jockey Plaza, el centro comercial estaba atravesando su mayor crisis y se encontraba en plena reestructuración. Además, no conocía mucho del negocio inmobiliario, pero asumí el reto con entusiasmo. El mundo de los centros comerciales es maravilloso, me ha dado la posibilidad de conocer a empresarios y entender su negocio. Uno de los aspectos más interesantes es observar cómo conviven los negocios inmensos y los pequeños, cómo los pequeños emprendedores se van abriendo campos. Cada una de las tiendas aporta algo. Una buena mezcla comercial se da por las sinergias en las diferencias.

Con todas las nuevas estrategias, que incluyen el Boulevard, el Jockey ha pasado de la crisis a quintuplicar sus ingresos durante los últimos seis años.