19 de Enero de 2017

Todoterreno

Desde muy chico, Lukas Lecic desarrolló un gusto especial por el manejo de herramientas mecánicas y eso lo llevó a construir su primera cuatrimoto cuando todavía estudiaba en el colegio. Años más tarde, como estudiante de la Carrera de Ingeniería Industrial de la Universidad de Lima, fabricó un tubular monoplaza (para una sola persona), que ha recorrido diversos lugares y despertado buenos comentarios. La historia de Lukas nos demuestra que es posible cumplir lo que uno se propone, con una buena cuota de perseverancia, ingenio y algo de audacia también.

¿Cómo así construiste tu propio tubular?
Yo siempre quise una cuatrimoto, desde chiquito, pero no llegaba nunca, así que cuando un amigo del colegio me propuso hacer un carro de madera, no lo pensé dos veces. Lo fabricamos juntos y luego hice otro yo solo. Pasaron un par de meses y, como el carro de madera servía solo para bajadas (no subía pendientes), me aburrí y, a los 16 años, me compré un motor, hice un chasis de madera, le puse llantas pequeñas y ya tenía una especie de carro. Quedó excelente. Todo el mundo me buscaba para usarlo, era conocido en la cuadra.

¿Quién te ayudó?
Bueno, desde muy chico usé herramientas. Mi abuelo me ayudaba, pero YouTube fue mi maestro número uno. Un par de años después hice otro más grande, con llantas más grandes. Con ese me accidenté.

¿Cómo fue el accidente?
Era de noche, estaba en el pueblo de Asia, había un rompemuelle informal, hecho con piedras, no lo vi, lo crucé y salí volando. Iba como a 70 km/h. Felizmente, tenía casco y no me pasó nada grave. Recuerdo, mientras estaba en el piso, que por unos segundos no pude mover las piernas, me arrastré con los brazos, sentí una desesperación enorme. Al parecer fue porque el timón me golpeó el estómago y me faltó el aire, eso puede haber provocado ese efecto. Pero no tuve ninguna fractura, solo un par de cortes.

No te detuviste después del accidente.
Pude haber dicho “se acabó”, pero no. Le dije a mi papá que quería hacer una máquina mejor, una de metal con jaula, algo más seguro. Ahí comenzó de nuevo la historia.

¿Cómo hiciste este nuevo vehículo de metal?
Poco a poco compré herramientas como un taladro, una soldadora, y empecé la construcción de la primera versión del tubular que tengo ahora. Lo hice en mi casa, avancé hasta un 80% o 90%, porque me faltaban herramientas. Entonces, un amigo, que trabajaba en el Laboratorio de Máquinas e Instrumentos de la Universidad de Lima, me animó a hacer el trabajo ahí.

¿Ya habías utilizado ese laboratorio antes?
Ni siquiera había llevado el curso de Máquinas. Todo el mundo me miraba raro al principio. Poco a poco fui construyendo, incluso enseñé a otras personas algunas cosas que había aprendido en los talleres donde armaba mis tubulares. El profesor Juan Carlos Goñi me dijo que fui su primer alumno en terminar un proyecto de ese estilo. Quedé supercontento con el resultado. Pero después de un año comencé a desarmar el tubular, compré otro motor y pedí permiso a la decana para llevar el taller de mi casa al laboratorio de la Universidad, y lo hice. Este último tubular tiene dos años.

¿A qué lugares has ido con el vehículo?
A Paracas, Asia, Tortugas, Cieneguilla y otros lugares. Antes, salía todos los sábados a diferentes sitios, religiosamente, con un grupo que se llama Tubulares Perú. La gente siempre me pregunta quién me ha hecho el tubular, de dónde lo he traído, etc. Es que es agradable a la vista. Muchos de estos modelos monoplaza son feos.

¿Cómo manejas el tema de la seguridad?
Básicamente, debe tener la jaula antivuelco, la estructura debe ser metálica para que proteja a la persona y la butaca debe servir para este fin. Además, el arnés debe estar bien anclado al chasis. En caso de volcadura, te golpeas dentro del vehículo, pero no expones ninguna parte de tu cuerpo hacia afuera.

Ya estás por terminar tu carrera, ¿te fue bien en el curso de máquinas?
Sí, con la experiencia que había ganado me pareció bastante fácil y me gustó mucho. Ese curso abarca un poco de carros, soldadura, tornos, fresadoras. Te da una visión de todo y eso te permite investigar para hacer otras cosas.

¿Estás trabajando actualmente?
Ahora estoy trabajando en el Instituto de Investigación Científica (IDIC) de la Universidad de Lima, para el profesor Goñi y el profesor Fabricio Paredes. Estamos investigando sobre sillas de ruedas, con motores independientes, para darle aditamentos y hacer una patente, es algo muy interesante. Me gusta mucho todo lo relacionado con la invención y la búsqueda de soluciones, sobre todo con la mecánica.

¿En qué tipo de empresa te gustaría trabajar al terminar la carrera?
En un taller de mecánica. O en una empresa de mecánica grande, donde pueda seguir con el tema de la maquinaria. No me llama la atención trabajar sentado en una oficina.