15 de Junio de 2018

‘Coaching’ para el talento humano

Cuando Daniel Castro decidió estudiar Derecho en la Universidad de Lima, su meta era realizar un aporte a la sociedad. Luego de años de ejercer su profesión, quiso ir más allá y ahora tiene una empresa llamada Nexus Sinergia, con la cual realiza consultoría en capital humano y lleva a cabo talleres y conferencias sobre inteligencia emocional, comunicación asertiva, desarrollo del liderazgo, entre otros temas, a partir del coaching.

¿Por qué hiciste este quiebre en tu carrera profesional?
Llegué a un punto de la vida en que me sentí perdido, simplemente me levantaba en las mañanas para ir a trabajar, como un autómata, sin mucha motivación, y me pregunté si esto era todo. Me puse a leer filosofía y a autores de coaching y empecé a encontrar un sentido para mi vida. Me detuve a pensar en qué era lo que realmente quería y dejé a un lado la programación que he tenido durante toda la vida. Viéndolo bien, en realidad, no he cambiado de objetivo, solo de forma. Yo siempre quise realizar un aporte a la sociedad y lo he hecho tanto durante el ejercicio del derecho como ahora, que hago consultoría en capital humano.

¿Cuánto tiempo ejerciste como abogado?
Ejercí el derecho durante diez años, en diferentes estudios de abogados y empresas, pero sentía que algo me faltaba. Me di cuenta de que quería aportar de forma distinta a la sociedad y estudié la Maestría en Desarrollo Directivo, Inteligencia Emocional y Coaching en EAE Business School, en Barcelona, y ahí supe lo que iba a hacer al regresar al Perú: poner una empresa para desarrollar la capacidad humana de las personas.

¿Qué servicios ofrece tu empresa?
Se llama Nexus Sinergia y brinda capacitación en temas de liderazgo, happy management, comunicación, team building, inteligencia emocional, comunicación asertiva, gestión del conflicto, etcétera. Trabajamos mucho a partir de dinámicas, que nos facilitan la observación de ciertos rasgos que luego discutimos en grupo. Sucede que normalmente no nos damos un tiempo para analizar cómo es nuestra manera de actuar ni cómo reaccionamos ante determinadas situaciones, pero es importante hacerlo y, como empresa, ofrecemos un espacio donde esto es posible. Cuando una persona toma conciencia de quién es y de cómo se siente, su crecimiento y su desarrollo como persona se disparan.

¿A qué tipo de público atiende tu empresa?
Estamos enfocados en las organizaciones. Consideramos que el factor más importante en una empresa es el capital humano. Muchas veces hay desmotivación en el personal y las compañías no saben cómo remediar eso, les ofrecen bonos u otros beneficios, pero no se preocupan por cómo está la persona.

¿Qué implica preocuparse por cómo está la persona?
Implica darse cuenta de que la persona no va a rendir mejor por más bonos que le den. En cambio, si logramos desarrollar una capacidad de liderazgo positivo en los jefes, eso sí puede tener un resultado positivo, ellos se pueden preocupar por las personas, darles su apoyo y su confianza, mejorar el clima laboral y, en consecuencia, el trabajador se podría poner la camiseta de la empresa. Muchos estudios determinan que una persona que obtiene reconocimiento puede rendir hasta un 31% más. Una persona que se siente reconocida por sus jefes va a ver los valores de la empresa como propios y se meterá de lleno en el interés de la empresa. Los bonos no calan tanto y duran poco.

Muchos dirían que los bonos son la solución.
Sí funcionan los bonos, pero hasta cierto punto. Te dan una motivación extrínseca, es como una montaña rusa que te durará un tiempo y luego vas a caer otra vez y la empresa va a tener que ofrecer un nuevo bono. Pero eso es insostenible. Y no se trata de hacer una terapia, solo de desarrollar la capacidad del líder para que pueda conectarse con las personas.

¿Qué pasa si te encuentras con un líder que no quiere conectarse con la gente ni ve la necesidad de hacerlo?
En ese caso habría que hacer un trabajo de coaching específico con esa persona, porque no se trata simplemente de que conozca las necesidades de los demás, sino de que se pregunte qué lo lleva a actuar de ese modo, a desinteresarse por los demás, a mostrarse intransigente.

¿Qué clientes has tenido?
Hemos asesorado al Ministerio de Trabajo, a la Municipalidad de Lima y a empresas del sector privado en México, Barcelona, Lima, Arequipa y Huánuco. Trabajamos el sentido humano de las personas, independientemente del sector en el que se desenvuelvan.

¿Cómo recuerdas tu etapa de estudiante en la Universidad de Lima?
A mí me gustaba mucho el sistema de las clases de Derecho porque me hacían pensar. Había muchos cursos y profesores que no solo hacían leer a sus alumnos, sino que los motivaban a analizar y ver cómo se aplicaba aquello que se había leído. Mi último ciclo en la Universidad fue muy bueno, llevé Filosofía del Derecho, orientado básicamente a pensar en situaciones de valores morales. Yo mantengo contacto con compañeros y con profesores a quienes les tengo mucho cariño. Cada vez que entro a la Universidad, me siento en casa, pues todo el sistema e incluso el personal administrativo me hace sentir parte de la Universidad, no simplemente como un egresado. También me gusta ver cómo la Universidad no deja de invertir en mejoras.