29 de Marzo de 2017
En pos de la inclusión laboral
David Farro y Augusto Enríquez siempre quisieron poner un granito de arena para cerrar las brechas sociales, y cuando se enteraron del concurso para emprendedores Primer Paso de la Universidad de Lima, no lo dudaron: se juntaron y buscaron una idea innovadora que combinara el negocio con el servicio a la sociedad. Así surgió Disiswork, un proyecto que fue evolucionando hasta convertirse en lo que es hoy: un portal laboral que busca la inclusión de personas con alguna discapacidad. Además, realiza servicios de consultoría y talleres especializados para empresas, enfocados siempre en el tema de la discapacidad.
Ambos jóvenes ya terminaron sus carreras: David es egresado de Marketing, y Augusto, de Ingeniería Industrial. Su alma mater fue la cuna de este loable proyecto que han continuado fuera de las aulas y que ahora nos dan a conocer.
¿Por qué se enfocaron en personas con discapacidad?
David: A mí me interesa mucho el impacto social de un proyecto, y el tema específico de la empleabilidad de personas con discapacidad me motivó porque tengo un pariente muy cercano con discapacidad. Así que después de definir el tema que trabajaríamos, nos pusimos a investigar y encontramos el censo del 2012 del INEI, que arroja cifras de la cantidad de personas discapacitadas y también de su empleabilidad y tipo de discapacidad. Vimos que más del 50% de estas personas trabaja de manera independiente. Por eso pensamos que el modelo debía dirigirse a ellas.
¿Cuál fue el siguiente paso?
David: Después de indagar qué se hacía en otros países y de revisar la Ley General de Discapacidad, pensamos crear un portal a través del cual las empresas contraten directamente a personas con discapacidad y nos propusimos funcionar como intermediarios laborales, a través de una bolsa de empleo.
Augusto: Nos planteamos crear una herramienta ágil, exclusiva y direccionada a personas con discapacidad, donde sea fácil registrarse y contactar a la fuerza laboral.
David: Cuando se habla de innovaciones, uno busca una idea que a nadie más se le haya ocurrido, la idea del millón, pero la innovación no consiste únicamente en crear algo nuevo, sino también en tomar algo que ya existe y adecuar eso a ciertos productos o servicios de una manera que no se hace. Eso fue lo que hicimos.
¿Cómo llevaron a cabo la programación?
Augusto: Nos contactamos con Óscar Fernández, que, al igual que nosotros, comparte ese sentimiento de generar un cambio social sostenible. Cuando nos juntamos con Óscar tuvimos más claro el panorama.
¿Qué suerte corrieron en el Concurso Primer Paso?
David: No ganamos, pero quedamos entre los diez finalistas, al lado de muchas otras grandes ideas. Nuestro modelo de negocios no estaba tan sólido como ahora. Primer Paso fue el escalón que nos llevó a consolidar nuestra idea.
¿Qué hicieron después?
Augusto: Nos dedicamos a aterrizar el esquema y modelo de negocio, y estuvimos listos para participar en Start Up Perú, el concurso de emprendimiento del Ministerio de la Producción, y ganamos en la categoría de emprendimientos innovadores. Nos dieron un capital semilla e ingresamos a su incubadora de negocios, donde desarrollamos mejor la idea. Ahora nos encontramos en la etapa de lanzamiento y de servicios.
David: Además, nos hemos asociado con la empresa Fais Perú, con la cual desarrollamos una auditoría al portal y así obtendremos, finalmente, un portal inclusivo con funcionalidades más robustas para empresas y también para instituciones educativas y su población estudiantil. Será un espacio de encuentro e informativo para personas con todo tipo de discapacidad.
¿En qué consiste la auditoría?
Augusto: Consiste en validar las funcionalidades que tenemos y adaptar y crear nuevas, de ser necesario. Queremos que sea una herramienta muy intuitiva para estas personas, para que registren todos los datos de su currículo y puedan postular a los empleos.
¿Creen que las empresas se interesen en sus objetivos?
David: Nos hemos reunido con empresas grandes y medianas y hemos visto que no están preparadas para recibir a personas con discapacidad. Pero sí creo que tienen interés, porque nos han recibido y nos han escuchado. Ahora bien, las empresas no tendrían por qué crear nuevos puestos de trabajo, la idea es contar con los que ya existen. Pero aquí surge otro problema, que el grueso de las personas con discapacidad no cuenta con estudios superiores, la gran mayoría solo ha realizado estudios secundarios y más de 30% no tiene un grado educativo. Sin embargo, quieren trabajar.
¿Qué se podría hacer?
David: Quisiéramos formarlos en ciertas áreas, sobre todo técnicas, en tres a seis meses. Podríamos darles cursos de atención al cliente o capacitarlos para desempeñarse como recepcionistas y luego conseguir empresas interesadas en este programa a las que podamos derivar personal capacitado y con un background en habilidades blandas.
¿Quiénes darían esos cursos?
Augusto: Tenemos amigos psicólogos que quieren dar las capacitaciones, ansían marcar una diferencia y apoyar a otras personas.
David: Empezaríamos con un plan piloto y nos gustaría tener como aliada una institución educativa que nos ofrezca aulas. Creemos que esto les puede interesar a las empresas.
¿Cómo son los talleres que ofrecen en su página web?
David: Bueno, el proyecto creció en el camino, no es solo un portal laboral. Después de definir los puestos de trabajo en una empresa, entregamos una terna de personas seleccionadas y ofrecemos charlas a los empleados. También hacemos un estudio de puestos en la compañía y vemos cuáles son los idóneos para personas discapacitadas. A veces se requiere una ambientación y adecuación del espacio de trabajo, ya que, por ejemplo, una silla de ruedas no podría pasar por ciertos lugares.
Augusto: Las charlas son muy importantes porque los trabajadores deben saber que no va a llegar una persona especial a trabajar, sino un colaborador más, que puede tener ciertas limitaciones, pero no es especial y no merece un trato especial.
¿Qué comentan sus amigos sobre este emprendimiento?
Augusto: Cada vez que les comento algo al respecto se quedan muy cautivados y asombrados del impacto que estamos teniendo y por el cambio positivo que podemos lograr en mucha gente. Nos dan ánimo y nos preguntan cómo pueden contribuir. Yo trabajo en Interbank y ahí también he recibido apoyo, están muy interesados en el desarrollo de la idea.
¿Qué haces en tu trabajo?
Augusto: Soy analista en gestión y administración de efectivo. Esto implica controlar el flujo de dinero del banco a nivel de toda la red de tiendas y sobre todo cajeros. Administramos las cargas, cómo se lleva y recoge el dinero, además hay diversos controles. Llevo un año como practicante y dos como contratado.
Tú, David, ¿en qué trabajas?
David: Trabajo en una productora audiovisual de la industria automotriz, Test Drive. Soy product manager, me encargo de gestionar los videos o fotos; esto demanda un trabajo de preproducción y coordinaciones con equipos proveedores, así como el contacto directo con clientes.
Finalmente, ¿qué valoran más de la Universidad de Lima?
David: Su enfoque de negocios. Mi carrera me permite conocer cómo funcionan los negocios y está orientada a generar valor para las compañías. Por otro lado, el hecho de que la Universidad de Lima tenga una Oficina de Emprendimiento me parece muy importante.
Augusto: Yo valoro el apoyo que recibimos de la plana docente para desarrollar nuestra idea de negocio. Acudimos, incluso, a profesores que nunca nos han dictado un curso y todos nos apoyaron con su tiempo y sus ideas. Nos ofrecieron puntos de vista que no habíamos considerado.