08 de Abril de 2015

Conceptos y opiniones sobre los conflictos socioambientales en el Perú

Christiam Méndez Lazarte.

El Instituto de Investigación Científica (IDIC) de la Universidad de Lima llevó a cabo el Foro IDIC “Conflictos socioambientales en el Perú”, a cargo de Christiam Méndez Lazarte, docente de la Facultad de Administración a cargo de la investigación titulada “Conflictos socioambientales entre comunidades campesinas y mineras desde la perspectiva de la economía ecológica”. La actividad tuvo como objetivo analizar, desde una perspectiva económica, las posiciones que originan este tipo de conflictos en el Perú. Para ello contó con diversos especialistas en temas vinculados con el impacto de la minería en las comunidades campesinas, quienes a través de sus opiniones formaron parte de este proyecto de investigación.

El trabajo que viene desarrollando Christiam Méndez busca aportar, siempre desde la perspectiva de la economía ecológica, al análisis de los conflictos socioambientales entre comunidades campesinas y empresas mineras. El investigador del IDIC parte del supuesto de que los estudios de impacto ambiental (EIA) carecen de una perspectiva integral de los impactos y, como consecuencia, las propuestas de mitigación no reducen los conflictos entre los proyectos mineros y las comunidades campesinas. El profesor Méndez inició su exposición aclarando que este foro representaba un “espacio de conversación para manifestar opiniones acerca de un tema tan importante en el país”, y más adelante el diálogo giró en torno al caso de Conga.

Posiciones enfrentadas 

Antes de empezar con la ronda de opiniones, el expositor realizó una breve presentación de la investigación que inició a mediados del 2014 y que todavía se encuentra en una primera fase: recopilar información y oír los puntos de vista de personajes vinculados con el tema. Explicó que en su trabajo tomó diversas corrientes de opinión de los clásicos de la investigación en economía, y empezó a plantearse dudas sobre esas posiciones, generando un debate académico acerca dos posturas principales: la economía ecológica y la economía ambiental. Así, halló cuatro puntos de divergencia entre estas dos corrientes de pensamiento: propiedad y uso de los recursos, impactos negativos de la actividad, compensación por el daño y lenguaje de la valoración.

Aplicó esos criterios al caso de Conga, en el que, sostuvo, “hemos encontrado evidencias de reclamos vinculados con el tema de propiedad sobre los recursos ambientales, de repente no directos pero sí manifiestos. Además, ha habido críticas sobre los estudios de impacto ambiental, tanto por la forma como por las fuentes de medición”. Luego señaló que, en el caso de Conga, las evidencias de las opiniones muestran que los argumentos de la economía ecológica han estado mucho más fuertes, más defendidos y más claros en sus posiciones. “El predominio de un enfoque determina a un largo plazo la política pública”, concluyó. 

‘Collage’ de voces 

Luego de finalizar su presentación, Christiam Méndez invitó a los asistentes a compartir sus opiniones, que giraron en torno a dos temas fundamentales para su investigación: la propiedad y los estudios de impacto ambiental. Dentro de los diferentes aportes, los invitados destacaron que en el derecho internacional la simple posesión ancestral de los indígenas sobre sus territorios equivale a propiedad. También se mencionó que el subsector minero tiene sus propios reglamentos, y que hace muy poco se generó una iniciativa legislativa para involucrar a las poblaciones en temas de vigilancia, monitoreo y participación ciudadana vinculada con actividades extractivas. En otro momento un participante se refirió, en relación con Conga, a un documento que salió en el 2004, firmado por una cantidad importante de autoridades locales en la zona, en el que se oponen a que empiecen las exploraciones sobre todo por el sentimiento de un intercambio injusto, la sensación de que la secuencia dar-recibir-devolver, básica en la economía comunitaria, no estaba funcionando, lo que representaba una ofensa. Respecto de los estudios de impacto ambiental, se dijo que estos no toman en cuenta el impacto social, cultural y espiritual; que pueden ver, por ejemplo, un cuerpo de agua donde un grupo humano ve un lugar sagrado. Se comentó que esto hace que los estudios pierdan validez.