27 of October of 2012

Administrar, fumigar

A nuestro graduado en Administración Enrique Amaro, el ánimo emprendedor lo llevó a conformar una empresa de servicios de fumigación líder en Austin, Texas.

Empezó en un garaje con 12 equipos automáticos para fumigación que había comprado en la vecina Houston. Era abril de 2004: acababa de instalarse en Austin. Ese año vendió las máquinas y se propuso fabricar otras con la idea de duplicar sus ventas el año siguiente. Lo logró. “Ya vamos por los 700 equipos instalados, lo que se traduce en igual número de clientes. Y como los tanques deben ser llenados cada 60 días, cada cliente es un cliente de por vida”, nos cuenta Enrique Amaro de visita en Lima. Tres compañías del rubro le hacen la competencia en la capital del estado de Texas. Pero MCS, que así se llama la empresa de Enrique, se mantiene líder con el 50% de participación en el mercado. En 2009, el negocio se amplió para instalar, además, sistemas de enfriamiento al aire libre. Y fue así como MCS dejó de significar únicamente Mosquito Control Systems. Pasó a ser también Mist Cooling Systems. Y algo más desde este año: Mosquito and Cooling Systems, una tienda virtual que atiende pedidos de cualquier lugar del mundo.

Made in USA

La Facultad de Administración le metió el bichito del buen servicio al cliente, de eso está seguro este empresario. “El 75% de nuestras ventas proviene de gente que nos recomienda” anota. “Atendemos todas las llamadas en menos de 24 horas, ninguna otra empresa trabaja así”. MCS, que aún espera consolidarse antes de conquistar otros mercados, ya puso la mira sobre el Perú. Habría que imaginar nuestros próximos veranos, entonces, con los ambientes exteriores de las casas de playa, de los bares y de los restaurantes, escapando del calor gracias a los sistemas de enfriamiento made in USA por un graduado de la Universidad de Lima. “Ocurre que ya tenemos todo preparado para empezar en 2013 a fabricar nuestros propios equipos para enfriar”, nos adelanta el padre de la criatura, que también evalúa el uso de sus máquinas para fumigación en nuestra avicultura.

Soy de Chincha

Enrique, quien se considera chinchano —su padre era propietario de una hacienda allá—, no baila con su propio pañuelo. Para él todo es un trabajo de equipo, ya sea junto a sus 20 colaboradores o con su esposa y sus dos hijos. “La vida en los Estados Unidos es distinta, muy familiar. Como no hay trabajadoras del hogar, las tareas domésticas las realizamos entre todos. Entonces, creces con tus hijos, los ves todo el tiempo”, explica Enrique, dejando claro que su éxito en Austin no solo es profesional. Cuando hay que matar bichos en casa, él mismo es. Solo por uno se dejó picar.