31 of January of 2020

Dulce talento

Desde muy niña, Magdala Díaz de Rávago desarrolló una verdadera pasión por la repostería. Le encantaba probar recetas de la televisión, transformarlas, lograr delicias, darlas a probar y ver las caras de gusto. Ahora ha llevado su pasión al plano de los negocios y ha creado Magdala Pâtisserie, empresa propia a la que le dedica sus tiempos libres. Además, esta ingeniera industrial de la Universidad de Lima trabaja en una empresa dedicada al desarrollo y comercialización de franquicias.

¿Cómo nació tu afición por la repostería?
Nació cuando era chica y estaba en el colegio. A los 6 años, mi mamá me enseñó a hacer galletas y, desde entonces, se volvió una tradición que todos los años, para Navidad, yo regalara galletas a la familia. Con el tiempo, mis tíos me fueron haciendo pedidos y mi papá también, para la oficina. De hecho, él me enseñó a hacer bombones de chocolate; luego hice casitas de galletas, casitas de chocolate, etcétera. Recuerdo que, para mi cumpleaños número 8, en lugar de contratar un show de princesas, invité a mis amigas a decorar tortas porque mi sueño era usar una manga de decoración. Así, por unos tres años seguidos, el plan de mi cumpleaños se trataba de que cada invitada decorara su torta. Mucho más adelante, surgió la idea de crear una marca y así llegué a Magdala Pâtisserie.

Cuando eras chica, ¿llegaste a venderle a alguien más aparte de la familia?
Sí, a algunas amigas del colegio y luego de la Universidad. En ese entonces no tenía una marca, pero me hacían pedidos. Después mis amigas empezaron a referirme con conocidos y la red empezó a crecer, lo cual me impulsó a ponerle un nombre a mi marca y a hacerla despegar.

Actualmente, ¿qué te piden más?
Cupcakes personalizados. Me encanta adaptarme a lo que la persona quiera porque siento que un regalo siempre debe ser especial. Una vez hice una entrega de cupcakes con motivos de un perrito, un emoji de WhatsApp, un PlayStation, papitas fritas y un dinosaurio, todo eso en una caja. Fue muy divertido. Mis brownies clásicos o con toppings también tienen buena salida, así como las tortitas personales. Preparo tortas individuales para cumpleaños, de 12 centímetros. Todos los meses las preparo para una empresa con la que tengo un contrato, pero también lo hago para regalar a mis amigas o para otra ocasión especial.

Te queda muy bien la decoración de los postres, por lo que se ve en la cuenta de Facebook de Magdala Pâtisserie.
Decorar me encanta y es lo que más me gusta de la repostería. Siento que les da un toque especial a las cosas, lo cual termina traduciéndose en la sonrisa de la persona que lo recibe.

¿Tus ventas siempre son a pedido?
Todo funciona a pedido y un par de veces he armado mesas de dulces para unos cuantos eventos especiales.

¿Cómo te das el tiempo?
Como yo manejo este negocio sola y trabajo a tiempo completo, aprovecho las noches y los fines de semana para hacer repostería y desconectarme un poquito de la rutina.

¿Cómo has ido recopilando recetas?
Algunas son de mi bisabuela; otras las he sacado de libros y luego las he transformado un poco. También veía Utilísima en la televisión, y ahora en Home & Health y Food Network todo lo dirigido a la cocina. Esos programas me han ayudado a desarrollar ideas y a aplicar soluciones en casos de emergencia. En muchas ocasiones, me he acordado de determinados episodios y he aplicado la solución en algún pedido.

¿Has llevado cursos?
Si veo algo puntual, sobre una técnica en especial, me puedo animar y lo llevo, pero gran parte de mi aprendizaje ha sido en la práctica. A los 15 años, por ejemplo, me inscribí en un curso de 2 días para aprender a hacer la masa elástica, pero después nunca más la hice porque la elaboración demanda 3 días de trabajo. Prefiero pedir la masa elástica a mi proveedor y trabajarla. Sin embargo, gracias a esa clase que llevé, hice mi primera torta de 4 pisos: de mí para mí [risas].

¿Sigues a algún youtuber?
Me encanta Di Paola, que también es de la Universidad de Lima, de Comunicación; aunque no la conozco personalmente, es muy buena. Tiene su marca de postres y me encanta porque transmite muy buena energía. Pero, en general, cada vez que veo algo que me gusta, lo empiezo a seguir. En Australia el desarrollo de decoración de tortas es espectacular; de ahí aprendí la técnica de ponerle ganache de chocolate a las tortas para que queden perfectas. El chef Zumbo tiene una decoración perfecta, las cosas que hace son increíbles.

¿Qué es lo más difícil que has preparado?
Las flores de decoración de fondant de azúcar. Una vez hice una torta que tenía 72 flores para una novia; me demoré una semana completa en hacerlas. Fue un reto enorme. Cuando tengo que hacer tortas que implican mucho arte, como una torta con muñecos, necesito avanzarla una semana antes, porque la masa tarda varios días en secar. He hecho tortas de cumpleaños de Paw Patrol, Minions, Minnie, de unos pececitos de un nuevo programa, etcétera. También he preparado una torta de matrimonio y para el próximo año ya tengo otra torta pedida. Esos son proyectos increíbles.

¿Tu mamá prepara postres?
Ella no, pero mi bisabuela sí lo hacía. Mi abuelo cuenta que, por su santo, le hacía tortas de aviones, de botes, en 3D, lo cual era muy difícil en esa época, y ella era muy buena en eso. Por otro lado, por parte de mi papá aprendí a hacer chocolates y la técnica utilizada para hacer bombones.

Entonces, creciste en un ambiente donde se hablaba de dulces y de repostería…
Así es, eso es lo lindo. En mi casa les encanta lo que preparo y están muy atentos para comer todo lo que queda.

¿Has pensado crecer con este negocio?
Tal vez más adelante porque en este momento estoy muy contenta en el trabajo que tengo. Por ahora, me estoy proyectando y viendo de qué manera crecer, sobre todo, con las redes sociales porque, cada vez que publico la foto de un postre, inmediatamente me lo piden. Mi idea es formar un equipo y habilitar un espacio para mí; así podría salir de la cocina de mi casa y no interferir con el día a día de la familia.

¿Cuáles han sido tus trabajos profesionales fuera de la repostería?
Salí de la Universidad el año pasado y practiqué unos meses en Redondos. En diciembre de 2018 entré a trabajar a Grupo Nexo Franquicia, empresa dedicada al desarrollo y comercialización de franquicias profesionales. En este momento, trabajo en el Área de Consultoría, donde armamos los manuales de restaurantes, cafeterías, hotelería, retail, de todo un poco. Es bonito, porque estoy viendo temas de la carrera y aprendiendo muchísimo.

¿Qué tal fue tu vida universitaria?
Me encantó; además, mi carrera es linda y me entusiasma el hecho de poder aplicarla en cualquier lugar de trabajo, incluso en la repostería. Me gusta mucho la parte de química, y hasta practiqué un año en la Universidad en el área de Tecnología y Procesos, en el laboratorio. Fue un buen año: tomaba clases en la mañana, practicaba en la tarde y en la noche volvía a clases. Siento que tuve una relación muy bonita con la Universidad. Siempre llevé cinco cursos como máximo para tener tiempo de hacer postres, y nunca descuidé mis estudios porque estos tenían la prioridad.